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No estaría mal.

Maratón 5/5
Capítulo dedicado a BarryAllenBeauchamp

Después de un par de horas recostados nos levantamos para preparar la cena.

Está vez le ayude hacerla porque le dolía un poco la cadera.

Al acabar de prepararla coloco los platos sobre la mesa junto a los vasos y los palillos.

Comenzamos a cenar mientras hablábamos tranquilamente.

Nuestras platicas siempre son tranquilas, graciosas, divertidas y amenas, no hay silencios incómodos ni nada parecido a lo que ocurre de vez en cuando con mis amigos al tener diferentes opiniones, Sasuke respeta mis opiniones e incluso solemos debatir un poco cuando no estamos de acuerdo en algo y al final cada uno entiende las razones y forma de pensar del otro.

Es muy agradable, y cuando no tenemos de qué hablar simplemente nos quedamos en un silencio muy cómodo y el que podemos romper fácilmente con cualquier tema de conversación.

Me gusta saber que no importa de que hable él siempre me escucha, opina al respecto y en ocasiones suele hacer bromas por lo que digo.
Yo también escucho todo lo que me dice.

Suelo sentir que ha pasado poco tiempo desde que le pedí que fuera mi novio, porque la felicidad es la misma, o mayor, a la que sentí cuando me dijo que sí.

Pero también siento que ha pasado mucho tiempo desde que nos hicimos novios, porque parece que lo hemos sido toda la vida, nuestra confianza es mucha y mutua.
Es un poco raro, lo sé.

Acabamos de cenar y lavamos los platos como de costumbre.

Hay varias cosas que ya se nos hacen costumbre, como lavar los platos juntos, ver películas por la tarde, salir a entrenar, entre otras cosas; pero no se nos hacen tediosas ni nada por el estilo.

Muchos piensan que por ser una costumbre o una rutina tiene que ser pesada, cansada, tediosa, aburrida o estresante.

Pero no todas lo son, hay costumbres o rutinas que se convierten en algo especial y deseas que sigan siendo así porque te traen calma, tranquilidad y felicidad al realizarlas.

Esta es una de las costumbres que atesoro mucho, porque aquí podemos hablar con más seriedad, puedo contarle mis dudas, mis miedos o tormentos y él los escuchará con tranquilidad y me aconsejará con demasiada sabiduría que es rara de ver en alguien tan joven.
Él también me cuenta sus temores, sus problemas y todas las cosas que lo sobrepasan, yo trato de darle los mejores consejos que puedo y le recuerdo que estoy para ayudarlo en todo.

Es nuestro momento de desahogo y siempre hay algo que queremos sacar de nuestro sistema, por lo que nunca nos quedamos callados cuando lavamos los trastes.

Al terminar de lavar los platos decidimos ir al jardín.

Después de la cena y de lavar los platos siempre hacemos algo distinto, ya sea ir a la sala a platicar o ir al jardín a ver las estrellas, salir a caminar un rato o quedarnos en la cocina a tomar un té antes de ir a dormir, ver alguna película o simplemente quedarnos en la sala en silencio por un rato.

En esta ocasión vamos a ir al jardín a ver las estrellas.

Cuando hacemos esto solemos sacar nuestro lado más romántico, causa un poco de gracia pensarlo pero aprovechamos la tranquilidad de la noche y la bella atmósfera que se crea con las estrellas y la luna para decir cuanta cursilería nos pase por la mente y el corazón.

Tomamos nuestras manos y vemos en silencio las estrellas, luego de unos minutos uno de nosotros rompe el silencio y lo llena con palabras dulces, amorosas y cursis.