Protegerte.

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Pov. Sarada

Después de que se fueron Chōchō y yo nos sentamos en la cama.

-. ¿Estás segura de esto?.- preguntó luego de unos segundos en silencio.

-. Sí, muchas veces papá me protegió de mamá, aunque ellos piensen que no lo recuerdo por ser muy pequeña.- suspiro
-. Es mi turno de protejer a papá de mamá, después de todo me dí cuenta que no está bien la forma en que trata a papá; ya muchas veces ha ido al hospital por ser herido de gravedad a causa de mamá, no quiero que llegue el día en que no sea capaz de recuperarse.

-. Lo entiendo.- suspiró -. Aunque debes estar completamente segura de esto, después de todo la internarán por mucho tiempo.

-. Lo estoy.

Un rato después se escuchó como subían las escaleras.

Mamá entró al cuarto con el ceño fruncido.

-. ¿Por qué está abierta...

No terminó su pregunta al vernos.

Palideció y buscó con la mirada a papá por toda la habitación.

-. Si te lo preguntas, papá ya no está aquí.- digo mientras me pongo de pie.

-. ¿Él te llamó?.- preguntó fingiendo que todo estaba bien -. Bueno supongo que te extrañaba mucho, ¿Volverá pronto? Traje un poco de fruta para él, también hay para ti y para Chōchō; podemos comer un poco en lo que regresa.- sonrió y puso la bolsa que traía en la mesa.

No puedo creer que sea capaz de actuar así, como si no hubiera, prácticamente, secuestrado a papá.

-. Le dije a tu padre que no saliera para que descansará más, en unos días se irá de nuevo y quiero que esté bien descansado.- comenzó a pelar unas manzanas.

Chōchō y yo nos dirigimos una rápida mirada.

-. ¿Quieren un poco?, Las manzanas están muy buenas.- sonrió extendiendo la manzana recién pelada y cortada.

-. Mamá, tenemos que hablar.- digo con seriedad.

Chōchō caminó hacia la ventana, dándonos un poco de espacio para hablar, pero sin dejarme sóla.

-. ¿Sucede algo hija?.

-. Sí, sucede que no puedes seguir así.- el enojo creció en mi interior al ver como fingía -. Sé lo que sucede con papá, estoy al tanto de sus discusiones y de que lo golpeas y amenazas.

Su expresión pasó de una sonriente a una seria.

-. Papá no es tu sacó de boxeo para que te desquiten con él cada que quieras, necesitas ayuda para controlar tu temperamento.- me acerco dos pasos a ella -. Podemos conseguir ayuda en un hospital para eso, sé de uno que es muy bueno y te ayudarán sin problema; solo tienes que ir a sesiones de terapia. Creo que también sería bueno que aceptes separarte de papá, ninguno de los dos es feliz y solo lo utilizas a conveniencia, además de que no están casados; cada uno puede hacer su camino y llevar las cosas en paz, no tiene porque terminar mal.

-. Ir a terapia, separarnos dices.- sonrió y se acercó a mí.

También sonreí al pensar que aceptaría.

-. Sí, serían solo unos días a la semana y ellos...

Mis lentes caín al suelo y mejilla duele.

Mis ojos van hacia ella sin voltear el rostro, que quedó de lado debido a la cachetada que acabo de recibir.

Escucho el chillido de asombro por parte de Chōchō.

-. Pero hija, ¿Qué estás diciendo?.

Inevitablemente mis ojos se llenan de lágrimas.

Tiempo | BoruSasu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora