ᴍᴏɴꜱᴛᴇʀ🩸 [ ꜱᴍᴘ!ᴅʀᴇᴀᴍ ]

𝐓𝐎𝐌𝐌𝐘 𝐘 𝐓𝐔𝐁𝐁𝐎 [ 𝟒 ]

   Procedió a explorar los alrededores mientras admiraba las contrucciones, que no tenían parecido alguno con las de su hogar.

   Pasó por una colina, en cuya cima había un gran árbol y justo debajo, una pequeña casa dentro de la montaña. Unos minutos después, salieron los chicos a los que vio nada más despertar, que al verla, el castaño no dudó en correr en su dirección seguido del rubio.

– ¡Hola, señorita! – Saludó el oji-marrón una vez estuvo frente a ella, al rato su amigo se posicionó a su lado. – Tenías esto entre tus pertenencias cuando Dream te trajo, se me olvidó dártelo cuando despertaste. – Dijo mientras sacaba de su bolsillo un collar.

Era un colgante con un adorno simulando un Ojo de Ender, poseía a cada lado seis perlas moradas.

[ Me gustó la idea del collar así que lo hice najsjajajs ]

   La chica murmuró un pequeño "Gracias", tomando el objeto y guardándolo.

  – No tuvimos tiempo de presentarnos antes, soy Tubbo. – Volvió a hablar con una tierna sonrisa. – Y este es... – Antes de que terminara la frase, fue interrumpido por el rubio.

 – Soy Tommy. - Se presentó el más alto. – ¿Por algún casual no serás americana? –

 – Err... Creo que no. – Respondió un tanto extrañada. ¿Americana? ¿Qué significaba eso?

 – Perfecto, entonces podremos ser amigos. – Comentó con una sonrisa de alivio, haciendo que el de hebras castañas riera.

 – Yo soy Aislinn, un placer conoceros. – Formó una leve sonrisa, era entretenido interactuar con los chicos.

 – ¿Qué estabas haciendo? –

 – Explorar, Dream me dijo que buscara un lugar para construir mi casa. – Explicó a los jóvenes, quienes la bombardearon con preguntas entusiasmados.

   "¿Te quedarás a vivir en Dream SMP? ¿Te dijo algo de nosotros ese maldito chico verde? ¿Te gusta el SMP? ¿De verdad que no eres americana?"

 – ... No he entendido nada de lo que habéis dicho. – Dijo asustada por la rapidez con la que estos podían hablar.

 – Perdón. – Murmuró Tubbo. – ¿Has encontrado ya un buen lugar? –

 – Mmm... Todavía no. –

 – Oh ¡Yo puedo ayudarte! Sé todos los lugares más increíbles de aquí. – El de orbes azules llevó una mano a su pecho, orgulloso.

   Y así, prosiguieron la búsqueda de la joven, ahora con dos nuevos amigos hechos.

   Encontraron no muy lejos una pequeña llanura, era un campo lleno de flores desde donde se podía ver la Casa Comunitaria.

 – Sino recuerdo mal, pasados esos árboles hay un lago. – Informó Tommy.

   Al escuchar la palabra "lago", los ojos celestes de la chica brillaron, como si hubiera tenido una idea.

 – Muchas gracias por ayudarme, chicos, a partir de aquí creo que continuaré sola. – Agradeció formando la sonrisa más creíble que pudo.

   Los mencionados no se opusieron a la petición, por lo que dieron media vuelta, despidiéndose de la chica.

   Cuando supo que ya no había nadie a su alrededor, caminó en dirección a aquel lago antes mencionado.

   Buscó tras los árboles, siguiendo las indicaciones del rubio, y finalmente lo encontró.

   Se arrodilló cuando estuvo en la orilla, sacó el colgante que Tubbo le había devuelto y se lo colocó.

   Una vez hecho, acercó una de sus manos al agua y la tocó con la yema de sus dedos, retirándola rápidamente al escuchar el sonido de una quemadura.

   Elevó la mano a la altura de sus ojos, viendo como las quemaduras que ahora tenía en sus dedos desaparecían lentamente. Miró su colgante, notando como una de sus perlas se había tornado negra.

 – Por lo menos todavía funciona... – Murmuró para posteriormente volver al prado, comenzando a reunir materiales para su nuevo hogar.