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Las niñas dicen que ser una princesa es un hermoso sueño hecho realidad. Algunos niños suelen soñar con ser los mejores grandes guerreros y luchar por su gente, definitivamente todos los niños hemos tenido ese deseo de vivir en un enorme y elegante palacio ¿No suena genial? Pues vivir con grandes lujos y siendo admirado por la sociedad por tu simple existencia... No es tan divertido como parece.

- Bonnie, hijo ¿Me estás escuchando?

Nuestro protagonista, el chico de cabellos morados, inmediatamente reaccionó, dando un pequeño salto en su lugar.

- ¡Pero claro que sí, Pa!

Bonnie embozó una sonrisa de manera nerviosa, puesto que para ser completamente honesto, había dejado de escuchar desde el principio. Su padre le miró arqueando una ceja, no lo suficientemente convencido, sin embargo, se limitó a resoplar, ya conocía a su hijo perfectamente.

- Está bien ¿Podrías ir con Henry? Él te dará tu lista de deberes de hoy.

El más chico se limitó a rodar los ojos, emitiendo un "mhm" en respuesta a su padre e inmediatamente se levantó de la elegante silla en la que se encontraba descansando, en una mala postura, como de costumbre. Caminó por los pasillos del palacio con su espalda encorvada, dirigiéndose de manera un tanto perezosa a donde se encontraría su mayordomo.

- ¿Podrías enderezar la espalda?

Escuchó la exclamación de su padre, y a regañadientes obedeció, mejorando así su postura.

En poco tiempo llegó en donde su mayordomo se encontraba, al cuál se le veía estresado, como siempre. A veces Bonnie se preocupaba por su salud mental, pero no era su problema.

- Príncipe Bonnie, qué alegría verlo llegar tan puntual. Mire, aquí tiene su lista de deberes, necesito que la lea con extrema atención. En primer lugar tenemos la clase de música, seguido de esto debemos ir a la inauguración del nuevo orfanato, por lo que le solicito que se mantenga presente, sabe a lo que me refiero, Príncipe. Después usted tendría que...

El de ojos rojizos leía la lista, mientras oía desinteresadamente al más alto. Bonnie suspiró, hoy sería un largo día, como siempre... A no ser... Bonnie sonrió levemente mientras observaba a su alrededor, localizando cada parte del lugar en el que se encontraban, debía haber un lugar, y ¡Bingo!

- Para finalmente ir a la sesión de fotos en la tienda de mascotas de los cachorritos felices ¿Entendido, Príncipe Bonnie?

El hombre concluyó su oración, levantó la mirada en busca del Príncipe, sin embargo.

- ¿Por qué no me sorprende?

No había nadie ahí, él ya no estaba.

Bonnie, Bonnie, Bonnie ¿Quién es Bonnie? Hablamos de aquél chico de piel blanca como la nieve, cabello morado y estereotípicamente largo para un varón, ojos rojizos como si de una piedra rubí se tratase y de baja estatura. Un joven príncipe de diecisiete años que caminaba por los pasillos de su gran palacio con su típica sonrisa victoriosa cada que lograba algo, como lo fue en esta situación, safarse de su mayordomo Henry. Él es el heredero al trono del Reino Deliriuz, hijo del gran Rey Arthur y de la Reina Eva ¿Cómo podríamos definirlo? Bueno, quizá como un chico que detesta su destino y odia seguir las reglas de su padre, con quien no tiene la mejor relación, a diferencia de con su madre, pues ella era mucho más comprensiva y liberal, definitivamente el Rey y la Reina eran polos opuestos.

Mientras Bonnie caminaba despreocupadamente, escuchó una conversación, a la cuál no pudo evitar prestar atención, pues se escuchaba la voz de su madre junto a la de su padre. Detuvo sus pasos y retrodeció, asomando cautelosamente su rostro hacia la enorme habitación en donde sus padres charlaban.

- ¿Estás seguro de ésto? Quiero decir... El compromiso podría ser una excelente idea para por fin hacer las pases con ellos ¿Pero deberíamos involucrar a Bonnie en ésto? Sabes muy bien cómo es.

Habló su madre, con cierto tono de desacuerdo y angustia ¿Compromiso? ¿Qué carajos? Pensaba el de cabellos morados, frunciendo el entrecejo mientras escuchaba, estaba confundido en demasía.

- Exacto, y de otra manera jamás va a corregirse. Estoy cansado, harto de esto, su comportamiento es intolerable ¡Es una blasfemia, cariño!

Habló el Rey, alzando sus brazos, se le veía molesto. Por otro lado, su hijo estaba tratando de procesar las palabras tan duras de su padre ¿Era una blasfemia? ¿De verdad eso pensaba su padre de él? Sabía que lo tenía merecido, jamás fue el mejor hijo, mucho menos el que su padre esperaba que fuera, pero esa palabra lo había lastimado. Emitió un suspiro y se acercó un poco más para poder escuchar mejor, pero de lo que no se percató fue de un jarrón que se encontraba en una repisa justo a un lado de él, y pasó lo que tenía que pasar.

- Woah... ¡Woah!

El chico trató de evitar que el jarrón cayera al suelo, cosa que fue inútil, pues pronto cayó y el contenido de este se esparció por el suelo, Bonnie solo pudo esconderse. El ruido llamó la atención de la pareja, ambos pensaron lo mismo, y no dudaron en mirarse uno al otro.

Bonnie Vectum.

- Me encargaré de él ¿Sí? Tú podrías pedirle a una mucama que recoja esto... o hacerlo tú mismo, no lo sé.

Habló la mujer, saliendo de la habitación con cuidado de no tropezar, por otro lado el Rey talló su rostro con frustración, estaba exhausto.

La Reina Eva pronto pudo visualizar a su querido hijo caminando por los pasillos del palacio, como era su costumbre, pero se suponía que él debería estar en su clase de música. La mujer de cabellos morados suspiró y se dirigió hasta donde su hijo se encontraba, el cuál en cuanto escuchó los pasos se dió la vuelta, pronto, madre e hijo quedaron frente a frente. La madre de Bonnie cruzó sus brazos y miró a su hijo con una ceja arqueada, esperando una explicación, sin embargo, como respuesta solo obtuvo una sonrisa inocente y una risita traviesa por parte del menor, provocando que ella también riera.

- No tienes remedio, Bonnie Vectum.

La sonrisa del más chico pronto cambió a una expresión un tanto desanimada.

- Mamá ¿Soy una blasfemia?

Preguntó él, ni siquiera sabía el significado concreto de la palabra, pero sabía que era algo malo. En reacción, su madre se quedó en silencio, para luego suspirar y negar con la cabeza.

- Claro que no, cariño. Sabes cómo es tu padre, él no puede ni recoger un jarrón por sí solo, no tienes porqué escuchar lo que diga.

La mujer se agachó, quedando a la altura del menor y acarició de manera adorable sus mejillas.

- También sabes que yo por encima de todo solo busco tu felicidad, hijo, te lo he dicho muchas veces. No quieres acabar como Henry ¿Verdad?

La mujer murmuró bajito lo último, soltando una pequeña risa. Bonnie con una expresión seria negó con la cabeza, y seguido de esto ambos comenzaron a reír.

- Por ahora, deberías ir a tu clase de música, habrá más tiempo para salir y divertirte después ¿De acuerdo?

Bonnie no podía contradecir a su madre, así que tan solo asintió con la cabeza, ya resignado.

- Vamos, te acompañaré, nadie podrá regañarte.

Su madre le sonrió, palmeando su espalda. El mozo de cabellos morados solo pudo sonreír y abrazar a su madre con fuerza, la amaba demasiado.

Ꮚ  DREAM  ♥︎  be my eternity  Ꮚ  BxB  ☹︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora