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Habían pasado ya algunos días desde lo ocurrido, pero Bon no podía dejar de pensar en aquella ocasión, él nunca había hecho algo así, y podría decir que se sintió bien, incluso sabiendo que no estaba bien, mucho menos había estado bien por aquél adorable príncipe de piel pálida, era cierto, Bon había escuchado cosas sobre él y su reino, y no precisamente cosas buenas, habían cientos de rumores sobre ellos, pero sobre ese príncipe los habían más, algunos eran ciertamente coherentes, otros eran poco probables de ser reales, pero lo que sí sabía era que "El Príncipe Rebelde" no tenía una buena imagen, al menos no en su localidad.

- ¿En qué piensas? Te noto distraído.

Preguntó una preciosa chica de cabellos albinos y labios rojizos naturales, se trataba de la Princesa Meglory, o Meg, como se le conocía entre sus escasos amigos, puesto que al ser de la realeza no se le permitía convivir con muchas personas, pero entre esas personas, se encontraba Bon.

- ¿Y-yo? Nada, nada importante.

Contestó el moreno reaccionando, soltando una pequeña risa que delató completamente sus nervios. Su amiga solamente le miró con una ceja arqueada.

- Uhm... Bon, sabes que puedes confiar en mí, somos amigos.

El más alto solo resopló, recargándose en un árbol, pues justo ahora se localizaban en el jardín de atrás del palacio, Meg tenía que practicar esgrima y Bon quería ayudarla, pero no había mucho avance, por lo mismo que Bon se encontraba en las nubes.

- Sí, lo sé... Meg, solo tengo miedo de que pase algo malo y yo no pueda protegerlos, tú sabes, nunca había estado en una situación como en la que estamos ahora.

La chica le miró y sonrió dulcemente, ella no era el tipo de chica que era amable y gentil con todo el mundo, pero a Bon le tenía cierto cariño de manera amistosa que no tenía con nadie más.

- Bon, haces un buen trabajo, justo ahora estamos pasando por un momento difícil y entiendo que estés nervioso.

La de mirada color citrino tomó las manos de su amigo, las cuales contrataban con su piel blanquecina.

- Pero no debes preocuparte tanto, después de todo, tú sabes, todo pasa por algo, nada es casualidad.

Meg se encogió de hombros y soltó a su amigo, alejándose un poco y tomando de nuevo su espada, mientras sus palabras resonaban en la cabeza de su amigo como radio disfuncional.

Nada es casualidad.

- Tienes razón, Meg, siempre la tienes.

Bon suspiró y se incorporó en su lugar, tomando su espada de igual manera. Realmente agradecía tener tan buenos amigos.

- Bien, ahora continuemos con esto.

Ambos se colocaron en sus posiciones, y la lección continuó con total profesionalidad, bueno, aunque sin mentir, continuó entre algunas bromas y pequeños descansos para ir a comer alguna golosina y... ¡El punto es que continuó la lección!

- Hey, hermano.

Una joven Princesa rubia que portaba el nombre de Ann Chica se acercaba a su perezoso y rebelde hermanito de cabellos morados, el cuál últimamente se le veía más perdido que de costumbre.

- ¿Uhm? Dime, Chica.

Preguntó Bonnie, saliendo de su pequeño trance, quizá el milésimo trance en todo el día.

- Te noto un poco raro, quiero decir... ¡Siempre estás mirando hacia esa ventana! Y me gustaría saber ¿Qué sucede?

Irónicamente, Bonnie se encontraba viendo hacia una ventana que guiaba al jardín de atrás.

Ꮚ  DREAM  ♥︎  be my eternity  Ꮚ  BxB  ☹︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora