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Hay una cosa que te debo decir, no es nada fácil estar tan lejos de tí

La primera vez que Dante lo golpeó, una sensación de rigidez se apoderó de él. Llevaban un año viviendo juntos en Estados Unidos como le había ordenado su padre, incluso él les consiguió un lugar para vivir. La sorpresa bloqueó sus facultades para reaccionar, y en su lugar solo lloró la noche entera mientras pensaba en la soledad que lo albergaba.

La segunda vez fue todavía peor, el arrebato de celos llegó demasiado lejos sobrepasando los límites a los que usualmente llegaban. El alfa seguía reprochándole por el pasado que había dejado en Corea, incluso más de lo que lo hizo cuando estuvieron allá, y al haber encontrado un retrato que trajo Seungmin de aquel día en Lotte's World donde salía con Hyunjin, Dante estalló en cólera, ignorando las explicaciones del asustado beta sobre que había de hecho traído retratos de muchas cosas más y no solo ese momento en específico.

Pero fue en vano porque el golpe de todas formas llegó. La presencia de Hyunjin interponiéndose todavía entre ellos aún a kilómetros y kilómetros de distancia, al otro lado del mundo.

Manhattan era un buen lugar para vivir, con sus casas suburbanas llenas de familias comunes y corrientes, un poco conservadoras en cuanto a la formación de la familia pero claramente más liberales. Se habían topado en ese vecindario desde parejas de alfas, de omegas, de omegas y betas, hasta parejas convencionales de alfa y omega. La palabra con las que Seungmin los describiría sería mojigatos, no hacían distinción sobre tu condición ni mucho menos tu sexualidad, pero si dabas algo de qué hablar, entonces lo harían. Honestamente se sentía asfixiado algunas veces de tener que fingir la perfección que demandaba ser una pareja de clase alta como lo eran ellos y sus vecinos, pero se sentía mucho más libre intentando ser el novio ideal que siendo considerado un inútil en Corea por no poder tener hijos.

Se hizo costumbre correr una hora antes de la hora de llegada de su alfa para poner todo en su lugar, calentar la comida que preparó en el día y acomodar la sala, pellizcando la esquina de los cojines para que tuvieran su forma cuadrada perfecta como un tic nervioso mientras le esperaba viendo una serie. A veces todo marchaba bien, y si estaba de un buen humor suficiente tal vez terminaría follándolo hasta satisfacerse a él mismo. Muchas otras veces, todo eran gritos y reclamos por parte del italiano que le llamaba 'puta' en hasta tres idiomas, lanzaba y rompía las cosas o en ocasiones incluso desquitaba su ira golpeándolo.

' Sei una fottuta puttana'

Felix empezó a darse cuenta de lo que sucedía una ocasión en la que llamó y él estaba al borde de una crisis nerviosa porque se había quedado dormido, la noche pasada Dante lo había lastimado mientras tenían relaciones y su espalda dolía como el infierno. Su amigo sospechó que algo andaba mal por la ansiedad que transmitió a través de la llamada, pero él solo lo negó rotundamente. Ni siquiera sabía por qué lo defendía o intercedía por él, pero pronto tuvo la conciencia de que estaba atrapado en una relación demasiado tóxica de la que no podía escapar.

Esconder un ojo morado era demasiado difícil para alguien que vive en un nido de arpías, sobre todo cuando su vecina Madeleine empezó a aparecerse insistentemente en la puerta de su casa para invitarlo a sesiones de Yoga, a correr juntos con los omegas de la cuadra o incluso hasta tomar un café. No era tonto, sabía que querían acercarse para ver de cerca las marcas de su cara, después de que el rumor de un alfa que había ido a tocar la puerta de su casa en la madrugada por los gritos que se escuchaban se esparció por todo el vecindario. Ya no eran la pareja perfecta de extranjeros que tenían a todo mundo fascinado.

saturn & mars || hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora