8. S.

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Paso la vista rapidamente por mi reloj, son las 3:46 y casi puedo escuchar las palabras del señor misterio en mi cabeza, si, ese fue el mejor apodo que pude inventar para Harry.
No tengo cuidado de empujar a alguien al practicamente correr, lo unico que quiero ver es al señor misterio esperandome y poder asegurarme de que no me ocupare del trabajo yo sola.
Cuando veo los primeros autos en el parqueadero siento un poco de alivio, miro mi reloj nuevamente y son las 3:49, genial. Trato de recordar el lugar en el que el señor misterio dejo la moto, pero mi mente esta bloqueada. Camino entre los autos estirando mi cuello al maximo, tratando de localizar la moto negra. Entonces lo veo, esta apoyado en su moto, con una mano en uno de los bolsillos de su ajustado jean, y en la otra sosteniendo su telefono. Me apresuro a llegar alli, y cuando estoy al frente suyo aclaro mi garganta para que note mi presencia. Despues de unos segundos el bloquea su telefono y levanta la vista hacia mi, analiza mi rostro y se pone de pie. Toma su casco y lo pone en su cabeza aprisionando sus rizos, luego toma el otro casco y lo extiende hacia mi sin mirarme. Lo tomo y lo pongo en mi cabeza. Subo a la moto, y esta vez no lo pienso, solo paso mis brazos a su al rededor y el no se opone. Pone en marcha la moto y pronto estamos frente a su casa, que para mi sorpresa es bastante hermosa y grande.
Esta vez bajo de su moto sin que el tenga que pedirmelo, saco el casco de mi cabeza y con mis dedos trato de hacer lucir desente mi cabello. Sin decir una palabra se dirige a la puerta y yo lo sigo, saca un manojo de llaves de su bolso, abre la puerta y entra, yo en cambio me quedo plantada en la entrada de su casa. El se percata de que no lo sigo y voltea a verme.
- Nunca habias entrado a una de estas?, se llaman casas. - Dice sarcasticamente, lo miro con reproche pero no digo nada acerca del comentario, asi que solo me muevo adentro y cierro la puerta tras de mi.
La verdad es que esta familia tiene buen gusto, todo esta en el punto exacto, la decoracion, los muebles, cortinas, todo. El tira su bolso al sillon ubicado en la sala de estar y yo halo de las correas del mio, estoy nerviosa.

- Quieres trabajar aca o en mi cuarto? - Me pregunta, sacando su telefono del bolsillo.
- Donde tengas una computadora esta bien. - Digo mirando las puntas de mis zapatos.
- Entonces sera en mi cuarto. - Dice dandose la vuelta y caminando hacia unas largas escaleras, por inercia lo sigo. - Entra. - Dice abriendo la puerta de su cuarto, y haciendose a un lado para darme un poco de espacio para pasar. - Voy a cambiarme, no demoro. - Sale del cuarto con unas prendas en sus manos, que ha sacado previamente de unos cajones de su closet.
Todo lo que puedo ver son unas neutras paredes grises, una mesa con una laptop, un closet y otra puerta que debe ser su baño personal. Me pregunto como seran sus padres, porque por lo visto no es de bajos recursos, al contrario, se nota que vive perfectamente. Me pregunto que diran ellos de todos esos tatuajes y esas perforaciones. Me pregunto que esconde detras de esa verdosa mirada.
- Ya estoy, por donde empezamos? - Dice interrumpiendo mis pensamientos. Giro mi cabeza para verlo, tiene una camisa blanca que se adiere perfectamente a su marcado pecho, y unos pantalones hasta la rodilla, luce genial. No puedo despegar mis ojos de su trabajado cuerpo, tal vez unas dos horas de gimnasio por dia.
- Si tomas una foto dura mas. - Juro que puedo sentir lo caliente de mis mejillas aunque no las estoy tocando, sé que estoy mas roja que un tomate en este momento.
- Mm creo que primero que todo deberiamos hacer una introduccion del tema, ya sabes, decir de que tratara nuestro trabajo y eso. - Siento que mi voz es tan aguda e irregular ahora.
- Como quieras. - Va a su laptop y la enciende, en esa trayecoria no puedo evitar fijar mis ojos en los musculos de su espalda, que se contraen con cada movimiento.
Han pasado mas o menos unas tres horas desde que hemos empezado el trabajo, tengo que admitir que aunque el sea de pocas palabras y que yo este tan nerviosa, hemos avanzado bastante. Me ha costado manejar la proximidad de su cuerpo, su aura opaca totalmente el mio.
- Creo que hemos adelantado suficiente por hoy. - Dice soltando un largo suspiro, voltea a verme e inmediatamente yo desvio mi mirada.
- Si, creo que deberia irme ya. - Dije levantadome de mi asiento y tomando mis cosas para llevarlas a mi bolso.
- Voy a llevarte. - Dice levantandose tambien.
- No, esta bien, puedo tomar el autobus, no me va a tomar mucho tiempo llegar a casa. - Digo dirigiendo un mechon de mi castaño cabello detras de mi oreja.
- He dicho que te llevare. - Dice mientras sale de su cuarto y nuevamente yo lo sigo. Al llegar a la sala de estar el toma sus llaves y toma una chaqueta negra del perchero, la cual extiende hacia mi.

- Debe de estar helando ahi fuera. - Dice explicando el por qué de la chaqueta. Sin decir nada me la pongo, no puedo evitar que su olor baronil se cuele por mis fosas nasales. Huele a él.
Al estar frente a mi casa, bajo de su moto y le entrego el casco. El gira su cabeza hacia mi y mira mi rostro por unos segundos, como si tratara de grabarlo en su cabeza.
- Adiós habladora. - Dice con voz profunda y luego guiña su ojo derecho hacia mi.
No tengo tiempo de reaccionar, el ya esta doblando la esquina de mi casa, y pronto ya no queda rastro de el.
Habladora? Bastante ingenioso. Él guiño su ojo hacia mi, lo hizo, guiño su ojo hacia mi. Sin darme cuenta, me ecuentro con una estupida sonrisa en la cara. No Skylar, no dejes que altere tus sentidos, sólo no lo hagas, me repito una y otra vez mientras entro a mi casa.

Half a heart.  h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora