Me remuevo en mi cama y lentamente abro los ojos. Mi habitación está oscura aún, lo que significa que es de madrugada. La puerta de mi habitación chirrea al ser abierta lentamente, un cuerpo se asoma por ella, pero no es mi madre, puedo saberlo por lo robusto que se ve. Mi corazón aumenta su ritmo cuando la persona se empieza a acercar, no puedo ver su rostro, así que eso lo hace más difícil para mi. Una vez esta al pie de mi cama, sube sus piernas a ella y empieza a gatear hasta mi. Me muevo lo más que puedo hacia atrás, pero mi espalda choca con la cabecera, quiero gritar pero mis cuerdas vocales no responden y empiezo a entrar en pánico. Lleva una de sus manos hasta mi boca y la otra la lleva a uno de mis pechos. Me muevo desesperada, pero no puedo hacer mucho. Suelta una gruesa risa, los vellos de mi cuello se erizan, tengo náuseas. Él mueve su mano hasta bajar a mi short de pijama, me las arreglo para abrir la boca y morder uno de sus dedos fuertemente, pero él no se inmuta por el dolor, sólo me suelta un golpe fuerte en la mejilla y pronto escucho unos susurros, sh sh sh.