Orgullo

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Luego del incómodo momento todos se fueron a sus respectivos hogares. Llegó el fin de semana y Marcos recibió dos mensajes.

1: Candy:

Hola Marcos... Amm... Bueno es fin de semana y ya sabes... No conozco en absoluto este sitio. Estoy muy aburrida... Si puedes mostrarme algo divertido, hablar o cualquier cosa dime. ¿Escríbeme sí?

2: Victoria:

Hola... Escucha debemos hablar :'( salgamos a algún sitio a hablar, si sólo me escucharas entenderías... No pienso excusarme... Sólo quiero que hablemos... Llámame.

Marcos se recostó en su cama suspirando. Victoria le causaba frustración.

-¿A donde podría llevar a Candy?- Pensaba.

Y se le prendió el foco en ese instante.

-¡Oye mamá! ¿Tienes aún las llaves de la casa de mi tío en la playa?

-Amm, sí creo que si, ¿porqué?

-Perfecto.

Luego de explicar a su madre que pasaría la noche allí con Candy y de recibir la amenaza de su mamá de castrarlo si hacía algo malo, Marcos llamó a Candy.

-Hey Candy...

-¿Marcos? ¡Hola! Vaya, pensé que no me llamarías, me estaba muriendo de la vergüenza jaja

-Je, tranquila, ¿Realmente piensas que te haría tal desplante?

-Pues...

-No contestes- Marcos se llevó la mano a la frente- Bueno... ¿Te gusta la playa?

-Que directo señor Marcos... Bien, me parece hermosa, pero no puedo ir, por si no lo sabes mi delicada piel se volvería un desastre de quemaduras y ronchas.

-Lo tengo en cuenta, nadie dijo que tuvieras que estar bajo el sol... ¿O sí?

-Que tiene en mente Marcos Larsson...?

-Hay una casa en la playa que pertenece a mi familia... Sí te gusta la idea podemos ir... ¿Los rayos de la luna no te hacen daño o sí?

-...
...
...

-¿Candy...?

-Mis padres te van a matar...

-¿No es mejor correr el riesgo...?

-Me resulta demasiado irresistible... La idea...

-Paso por ti en una hora.

-Me parece bien. Jej... Espero que seas tan listo como dicen...

-Porq...

Le cortó la llamada.
Marcos se quedó pensando...

-¿Qué habrá querido decir? Hmm... Seguro está jugando como siempre... Da igual...

Se fue a bañar, sin embargo, en su cabeza se repetía muchas veces... "Sí sólo me escucharas entenderías..."

-... Agh...

No quería, se negaba a escuchar a Victoria, más que orgullo, sentía ira y decepción. Quería dejar de pensar en ello y no lo conseguía... Cuando volvió en sí ya se había vestido y estaba por salir, eran las 3 de la tarde. Hacía mucho sol, por suerte pudo agarrar taxi rápido, llevaba una mochila con cosas para el resto del día, unos jeans negros, rotos, camiseta blanca y chaqueta negra, botas negras con detalles en azul brillante y audífonos pequeños, escuchaba Tightrope de Paper Idol en el camino, realmente andaba distraído, buscaría rápido a Candy y se irían de una vez.

Al llegar, bajó del taxi, apagó la música y llamó a la puerta, la casa de Christie no era lo que él esperaría, se veía bastante macabra a decir verdad, poco adornada, de tonos oscuros y un aire bastante pesado. Pasó un rato y escuchó que abrían desde dentro. Lo recibió un hombre de unos treinta y tantos, de unos 1'90 aproximadamente, de piel morena y aspecto bastante amenazador.

-Dígame.

-Hola buenas tardes, mi nombre es Marcos y...

-Sé quién eres. Pasa. Soy el padre de Christie.

No Es Cuestión De AjedrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora