Las pruebas

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Gaara se despertó tarde (para él). Eso fue lo mejor que hubo dormido en... bien, nunca. Se marchó a trabajar un poco más tarde de lo que le habría gustado, aunque todavía era insanamente temprano para los estándares de cualquier otra persona. Kankuro estaba esperándole en su oficina.

- ¿Cómo te fue? - preguntó Kankuro.

Gaara sonrió a su hermano, incapaz de hallar palabras para describir sus sentimientos. Kankuro elevó una ceja y soltó un agudo silbido.

- Estuvo bueno, ¿eh? - dijo - Y qué, ¿finalmente hiciste...? - la voz de Kankuro se apagó - No sé por qué estoy siquiera preguntando. Tú no tienes conducta hormonal para nada, por supuesto que no sucedió nada.

Afortunadamente para Gaara, Kankuro se perdió el rojo que tiñó sus mejillas en este punto. Kankuro no necesitaba conocer ninguno de los pensamientos que habían cruzado la mente de Gaara anoche. Realmente no eran nada de su incumbencia.

- ¿Así que la llevaste a cenar fuera, pues? - preguntó Kankuro.

Gaara sacudió la cabeza.

- ¿No? - Kankuro estaba confuso, ¿no acababa Gaara de decir que su velada había ido bien?

- Ella ya había comido para cuando llegué a casa.

- Vale - dijo él con impaciencia - ¿Qué pasó entonces?

- Ella me hizo la cena, luego salimos para el postre. Luego contemplamos las estrellas - explicó Gaara.

Las simples palabras eran todo lo que podía encontrar para describir su noche. El pensar sobre ello todavía le abrumaba, había sido la mejor noche de su vida, mejor incluso que el día en que su aldea le había reconocido finalmente y le hizo Kazekage. Kankuro sonrió abiertamente y palmoteó a su hermano bebé en la espalda.

- Buen trabajo, hermanito - le felicitó - Parece que estás comenzando a pillar el concepto de pasar tiempo con una chica. Ahora solamente tenemos que preocuparnos de cómo mantener ocupada a Ino mientras trabajas. Lo primero de todo, y he estado diciéndotelo por un tiempo, necesitas delegar más de tus responsabilidades. La mitad de las cosas que haces podrían ser realizadas por otra gente, lo cual te dejaría libre mucho más tiempo que podrías pasar con tu rubia.

Gaara consideró esto. Kankuro lo había discutido antes, pero a Gaara siempre le había gustado el hecho de que su trabajo le mantuviera tan ocupado. Ahora no podía evitar sino aceptar que su hermano mayor tenía razón. Vacilantemente, asintió.

- Magnífico - exclamó Kankuro - Tengo algunos chuunin alistados para las entrevistas, no te preocupes por nada, me encargaré de ello. Así que, ahora que hemos liberado algo de tu tiempo, ¿cómo vamos a ocupar el de Ino?

- Bien, simplemente porque no sea una ninja, no significa que no haya cosas que pueda hacer, ¿verdad? - razonó Gaara.

- Exactamente - asintió Kankuro - Oye, ¿y si fuese una recepcionista aquí? ¡Podría estar cerca de ti y conocería montones de gente nueva!

Gaara pensó respecto a ello, dudoso. Sí, tener a Ino cerca sería definitivamente una ventaja, y podría conocer gente. Pero no tendría la oportunidad de formar un vínculo con nadie, y Gaara conocía lo suficiente a Ino como para saber que ella ansiaba relaciones, no conocidos. Aun así, Kankuro sabía más sobre este tipo de cosas que él... El Kazekage se ahorró la molestia de contestar cuando Temari voló a la habitación, golpeando la puerta abierta sin una pizca de respeto.

- ¿Qué es esto acerca de Ino? - exigió, blandiendo un pergamino que Kankuro le había enviado la noche anterior - ¡Mejor que no hayas estado hiriendo a una de mis amigas! - amenazó.

UN ASUNTO DE ESTADO ( Terminada ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora