La reunión

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Gaara fue un hombre increíblemente confundido y perturbado. Por una parte, estuvo furioso con Ino por ir a esa excursión al campo en contra de sus deseos, y estuvo enojado con ella por ser atrapada. Pero estuvo aún más enfadado consigo mismo por ser tan débil como para dejarla ir en primer lugar.

Estaba también horrorizado con su persona por perder el control así... y ni siquiera tenía al Shukaku para culparle de esta vez. Había visto la mirada de horror en los ojos de Ino justo antes de que desmayara por el agotamiento. Ella le tenía miedo ahora, justo como todos los demás.

Kankuro vino a decirle que Ino se había despertado hacía una hora, que estaba bien y tan fogosa como siempre, pero Gaara no se atrevía a ir a visitarla. Estaba seguro de que ella no le querría allí y que únicamente pondría peor las cosas. Así que fue a deprimirse a casa; Temari todavía estaba controlando las cosas en la oficina del Kazekage, ella le había dicho que estaba demasiado preocupado por Ino para hacerlo de manera eficaz en este momento (y había estado en lo cierto).

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Cuando Kankuro hubo informado a Ino de que Gaara no vendría a visitarla al hospital, ella había exigido ser liberada de inmediato. Los medicos se habían negado, y asignaron a Kankuro como guardia para mantener a Ino descansando en cama por ese día.

Innecesario decir que a Ino no le hizo ninguna gracia. Cuando finalmente cayó la noche y fue dada de alta en el hospital, se precipitó furiosa por la puerta principal y por las calles. Llegó hasta su propia puerta y la abrió de golpe. Sus ojos se posaron inmediatamente en la meditabunda figura de la esquina del sofá y siguió caminando hacia su marido, su ira creciendo con cada momento de silencio. Deteniéndose frente a él con las manos en las caderas, comenzó su diatriba.

- Cariño - dijo un tanto sarcástica y muy enojada - estoy en casa. ¡Soy tan feliz de que me hayas extrañado lo suficiente como para venir a verme al hospital! ¡Es realmente emotivo saber que te preocupas lo necesario de mí como para asegurarte de que estaba bien!

- Sabía que estabas bien - protestó Gaara débilmente, se había sobresaltado un poco cuando ella irrumpió furiosa - Kankuro me lo dijo - añadió a la defensiva.

El Kazekage estaba más que un poco confundido. ¿Ella no estaba asustada de él? No estaba actuando como tal. Y estaba enfadada con él por no visitarla... así que obviamente le había querido allí...

- Qué, ¿entonces has decidido simplemente que soy demasiado débil y no quieres tener nada más conmigo? ¿Es eso? ¿Crees que tan sólo porque no pude-

- Cállate - exigió Gaara, necesitaba un minuto para pensar y sus reproches no estaban ayudando.

Ino se congeló, conmocionada. ¿Quién se creía él que era? Su boca se abrió y cerró en vano, mientras trataba de expresar su extremo disgusto con él. Los pocos momentos de silencio fueron todo lo que Gaara necesitó para darse cuenta de que ella evidentemente había querido verle, y eso era todo lo que realmente le importaba.

- ¿Cállate? - dijo Ino, encontrando su voz nuevamente; la incredulidad hizo que su voz subiera una octava - ¿Cállate? ¿Pues quién te crees que eres  mmph?

Fue cortada cuando Gaara bruscamente extendió la mano, tiró de ella hacia su regazo y apresó sus labios con los suyos. Su amor por el otro, la preocupación y el terror que sintieron, todo expresado por sí mismo en un ardiente e increíblemente apasionado beso. Las manos de Ino alcanzaron a quitarle la camiseta a Gaara, en tanto él usaba su arena para transportarles al dormitorio, donde inmediatamente colocó a Ino debajo suyo sobre la cama...

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No fue hasta unas horas más tarde, cuando se enroscó junto a su marido, que Ino expresó la pregunta que había empezado todo esto.

- ¿Por qué no viniste a verme? - preguntó, un tanto irritada.

- No pensé que lo quisieras - confesó él.

Alarmada, Ino apoyó su torso sobre la cama para poder mirarle a los ojos, mientras sus dedos trazaban círculos perezosamente sobre el musculoso pecho.

- ¿Por qué no querría verte? Te amo.

- Yo... yo pensé que podrías tenerme miedo. Después de lo que hice en el campamento... te apartaste de mí justo antes de desmayarte - le recordó.

Ino frunció el ceño, y Gaara sintió como si su corazón dejase de latir mientras esperaba por su respuesta.

- Sabes que yo conocía de lo que eras capaz desde antes. Estuve en los exámenes chuunin contigo - se acordó.

- Sí... pero ese era Shukaku - le recordó suavemente - Éste era yo.

Ella inclinó la cabeza, pensando en lo que él había dicho y la noche de su rescate. Despacio, asintió con la cabeza.

- Supongo que tienes razón. ¿Quieres la verdad?

Los ojos de Gaara se abrieron mucho. ¿Realmente la había aterrorizado? Su mano cubrió la de ella sobre su pecho, como si la retuviese con él para siempre. Y asintió, necesitaba saberlo.

- Ver lo que hiciste fue terrible. La sangre en la arena, los gritos del campamento entero... Nunca he visto nada como eso, y probablemente nunca lo olvidaré.

Gaara hizo amago de apartarse, pero Ino agarró la mano que había estado sosteniendo en la suya para hacerle escuchar.

- Agregando el hecho de que yo estaba exhausta, y más asustada de lo que alguna vez he estado en mi vida; y sí, fuiste un poco aterrorizante - Ino le sonrió, pero Gaara se sintió miserable - Pero... - continuó ella, y la esperanza relució en los ojos del pelirrojo - ver eso me hizo percatarme de algo. Tienes ese tipo de poder a tu disposición todo el tiempo, pero aun así eres uno de los hombres más gentiles y amables que alguna vez he conocido. Eres respetuoso con aquellos que te rodean y te preocupas genuinamente por tu gente. El hecho de que puedas contener esa clase de poder, únicamente demuestra que no eres alguien a quien necesite temer.

- Te amo - admitió Gaara bien alto, por primera vez en su vida, mientras tiraba de ella hacia encima de él en un abrazo.

- Y yo a ti - le afirmó ella, acurrucando la cabeza en su pecho antes de que un pensamiento la asaltara y soltase una risita - Además, fue casi agradable saber que te desquiciaste tanto sólo por mí.

- Jamás me lo hagas otra vez - la advirtió, apretándola incluso más estrechamente.

- Te lo prometo - dijo ella satisfecha, en tanto los dos iban a la deriva por el sueño.

Nota

Doble capitulo y el 6 de agosto público el último. Perdón 

UN ASUNTO DE ESTADO ( Terminada ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora