Existen muchas historias que narran el origen de las almas gemelas, todas tienen algo en común: Hay una persona destinada.
Pero y si lo pierdes, ¿Estás condenado a la soledad o existe alguna otra opción?
Una historia del universo Tiny de VOLKACIO.
Se dice que lo que no se usa se atrofia; al contrario de la creencia cuando algo no se usa no es que se resguarda y se mantiene seguro, al contrario este acumula polvo, y la pasividad logra lo contrario. Sucede con las máquinas, si estas se detienen el polvo y el óxido los corroe, sucede lo mismo con los órganos, al igual que las habilidades, incluso puedes olvidar algo si la información no se usa.
Un corazón que teme ser herido, olvida darlo todo, crea una coraza que lo aísla, pero a la larga también lo condena a la soledad. Modifica incluso tus motivaciones, tus sueños se deconstruyen y las prioridades son otras. Volkov a los 28 años, no era ni lejos aquel adulto que imaginó a los 15. No era profesor, era un agente policial, no estaba casado ni tenía pareja, no vivía en una casa en los suburbios con un árbol frente a este, vivía en un apartamento en la ciudad decorado de forma masculina. No tenía un perro llamado Ralph, apenas si tenía una planta de decoración, la cual apenas recordaba en regar.
Su nevera no estaba repleta de helados, sino de botellas de Vodka, no era aquel hombre soñador, era un hombre serio, algo incluso sarcástico, irónico. No necesitaba más. Sus padres habían pedido la fé en que su hijo viviese en esa eterna penitencia, como si a penas viviese, a decir verdad aquella viveza podía haberse perdido. Solo algo quizá no había cambiado en él, el visitar la tumba de ella cada cumpleaños, y el llevar su alianza en una cadena que colgaba en torno a su cuello.
Una promesa que lo ataba, un sueño roto, un amor intenso, que tomó todo de él.
Así que hizo de su trabajo su vida, necesitaba algo en que concentrar su mente. En lograr que su vida fuese constante, no más sorpresas. No deseaba dejar nada fuera de su control, todo en un perfecto esquema en el cual él era quien tomaba cada decisión. El departamento de Policía, era perfecto para ello, todo tenía un orden una jerarquía, tenían protocolos ante cada tipo de suceso, no había sorpresas, era su trabajo adelantarse a ellas, prever ante situaciones. Mientras él asumiera el control, él podía estar tranquilo.
No más sorpresas. O eso pensó.
Pero como cuando tenía 16 años y tenía una idea de un plan de vida hasta que todo se destruyó; su actual ordenada, planificada y controlada vida volvió a sacudirse. Aquella mañana cuando abrió la puerta de su apartamento. Sabía lo que significaba esa caja, por un momento creyó que era una equivocación, quizá le pertenecía a la otra persona que también vivía en el mismo piso que él. Pero su puerta literalmente estaba al otro extremo del pasillo. Más cuando observó que la etiqueta era expresamente para él, algo en él despertó, su corazón comenzó a latir más fuerte, como si tras un largo letargo ahora despertara emocionado, como si quisiera escapar de aquella coraza que había creado el peligris. Su mente confundida intentaba razonar, la existencia de aquella caja, su corazón le pedía abrirla cuanto antes.
Las manos temblaron mientras sostenían la caja y la ingresaba dentro, su mente olvidó su estructurada agenda. Aún en un estado de shock colocó esta caja en medio del salón, y con un nudo en la garganta la abrió.
| Horacio's House Tiny |
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