- 08 -

818 122 8
                                    

El silencio se extendió entre todos, para algunos incómodo como para el de ascendencia rusa, expectante para Jack y Julia, acusador para Gustabo, lleno de dudas para Horacio. Más fue otra voz quien la quebró.

— Papá si no te mueves puede que tire el pastel. Y no veas lo que tuve que hacer para conseguir ...

Dani que maniobraba con mantener el equilibrio entre sus manos de un pastel y en la otra la cápsula de transporte de los Tinys de sus padres y su cartera, al ver de repente a todos y en especial a la pareja destinada de su hermano, se sobresaltó tal que tiró el pastel.

— Joder...

Fue el sonido de la caja del pastel haciendo impactó contra el suelo, o que a esta caída se sumará el celular, que se descongelaron todos. Como si les dijera que realmente estaba sucediendo algo.

— Supongo que debemos ir por otro pastel y platos, olvide comprar platos, así que debemos ir.

— Mamá no creo que sea necesario eso sobre todo porque.

— Matthew Gustabo Conway, no me contradigas. Ahora vamos por ese pastel, Dani nos dirá en dónde podemos conseguirlo, y Jack será el conductor. A moverse.

Todos por un momento miraron algo confundidos a la mujer pelirroja, pero esta ya se estaba moviendo en dirección de la puerta como si todo fuera tan natural, y no fuese un claro movimiento para que los Conway, dejaran a solas a la pareja de almas gemelas. Dani entendió el plan de su madre, y viendo que su papá estaba por discutir, se abrazó al brazo de su padre, y ya tiraba de este.

— Papá creo que me he cargado el celular, ¿Podemos ir a por otro?

— Matthew caminando, que el pastel no se compra solo.

La voz de la mujer no aceptaba réplica, además todos sabían que si ella usaba ese nombre cosas terribles sucedían si no era obedecida. Gustabo solo negó y caminó en dirección de la salida y esquivó al comisario, deseaba haber pasado quizá dando un empujón con el hombro, cosa que seria idiota porque era su jefe, pero su madre estaba ahí parecía advertirle que no hiciera algo que se arrepintiese, y pues temía más de la reacción de ella que de Volkov, por lo que salió no sin antes susurrar a Horacio.

— No se lo pongas fácil.

Su madre no tardó en darle un golpe en la nuca a lo que Gustabo, dio un grito pero no tardó en salir. Julia, se acercó a Horacio y le dio un gran abrazo a este, y susurró en tanto

— Matty tiene razón.

Tras separarse y le dedicó una sonrisa, de aquella que le decían que podía lograrlo todo, luego su mirada se posó en Viktor. Esté bajo su mirada se puso nervioso, porque podía sentir en esta lo protectora que era.

— No me decepciones. Y Horacio sabes que cuentas con nosotros, no dudes en llamar.

Y dicho esto paso por el lado del ruso y palmeó el brazo de este, casi como si dijera, recuerda que se tu secreto, es mejor que lo hagas bien.

— Pero... pero... Julia... todos.

— Horacio, tú puedes.

Y con esto Julia cerró la puerta, sabía que a veces para que el polluelo saliese del nido y se animase a volar, debía tirarlo fuera de este. Para Horacio era momento de mostrar cuán fuertes eran esas alas, porque lo que se le avecinaba era un vendaval.

— Pues no sé qué ha pasado. Y sobre todo.

Horacio miró a los dos Tinys que hasta entonces se mantenían en el salón, es que todo parecía ser surreal, ¿Qué el demonio sucedía, acaso Viktor era parte de esa locura, él sabía algo? La mente del agente lo creía así y más cuando al observar mejor el rostro del más alto denotaba culpabilidad, aunque no entendía porqué, su mente ya agotada por el trabajo tardó en relacionar todo.

Segunda Oportunidad | Tiny U | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora