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Horacio Tiny había sido dado de alta, una descompensación fue la causante y quizá la decisión de separarse de su humano había drenado las energías del pequeño. A veces era increíble como una decisión aparentemente simple podía causar tantos estragos, por suerte el pequeño logró ser estabilizado, se recomendó mucho reposo y buena alimentación.

Todo el tiempo que permaneció en la sala de observación hubo una presencia que se negó siquiera alejarse de él, este era su alma gemela Viktor Tiny, que si bien no había establecido la conexión velaba por el pequeño, de una otra forma se sentía responsable, y cierta impotencia por el estado del contrario.

— Pensé que establecerías la conexión cuando lo conociste.

﹄ No podría, sería como aprovecharme.

— ¿Cómo?

El Tiny de cabellos plateados miraba al de cresta que descansaba en una cápsula especial para los de su clase, la imagen de este era sosegada, casi en paz y cierta forma una parte de él le incitaba a acercarse, a tocar la delicada piel del contrario, poder establecer la conexión, era como luchar contra una fuerza, y era incluso agotar no ceder, como si fueran dos imanes tratando de atraerse.

﹄ Solo siento que no es adecuado, él lo abandonó, me abandonó. Solo... quiero darle la oportunidad de decidir si quiere esto, y no imponer la conexión. Además no se si cuando despierte aún me quiera a lado, supongo que por eso no puedo moverme de su lado, quizá es lo único que me queda.

— Bueno, Horacio no me responde. Mamá dice que está en el trabajo.

﹄ Quizá es mejor.

Viktor Tiny no podía desprenderse del miedo que lo envolvió desde el momento que había visto a Horacio, su cuerpo en inicio quiso acortar toda distancia entre ellos, y susurrar un simple "Por fin", pero cuando se percató del terror en la voz del otro y como parecía temblar puso su propia euforia en segundo plano y solo quiso protegerlo. Ya casi a salvo podía no sabía cómo proceder. Un año había retenido a Horacio para que no se acerque a su versión adulta, para protegerlo, pero qué sucedería si este se enterase que su versión Tiny había huido de su alma gemela. Conocía el corazón bondadoso de Horacio, casi una década juntos podía asegurar que no podría proteger mucho más tiempo al otro, como tampoco podía seguir protegiendo a su versión Tiny. Deseaba con todo su corazón verlo despertar, saber que podía estar bien, pero también temía cómo reaccionaría.

Más cuando este despertó solo se le quedó mirando, en silencio, pudo ver en aquellos ojos miedo pero a la vez anhelo, no deseaba ilusionarse, así que solo atinó a presentar a los otros presentes en la sala.

﹄ Horacio, él es Gustabo, y ella es su madre Julia. Son como una familia para Horacio.

El pequeño miró a los otros en la sala, pero al final su vista regresó a Viktor, verlo en aquella versión parecía ser un sueño, uno que secretamente esperaba cada noche cuando dormía, de alguna forma sus manos hormigueaban por querer alcanzarlo, por desear tocarle. Sabía lo que significaba. La conexión, así que buscó inconsciente su otro impulso, el cual era su cámara fotográfica. Más cuando no pudo encontrarla comenzó a mirar por todos lados.

﹄ ¿Donde...?

﹄ Oh, supongo que buscas esto, toma. Y tu maleta también está aquí.

Viktor le alcanzó la cámara, y este sin siquiera avisar cubrió su rostro con esta, se escuchó el sonido del obturador, quiso explicar su manía de crear recuerdos, pero eso le vino a la mente los que formó junto a Vik... pero pensar en eso le hacía doler el corazón.

— Recuerdos, ¿No es así? Guardas recuerdos.

Fue la voz delicada de la mujer que lo distrajo de las emociones conflictivas que lo embargaban. El saber que ella sabía de esa manía le hizo sentirse cómodo, como si pudiese confiar. En tanto el Tiny del comisario, observaba a este de forma anhelante pero con tristeza, Horacio no ocultaba sus emociones, podía leer cada una de ella, y pudo ver el momento exacto que en los ojos de este se mostraron el tormento. quizá había recordado el tiempo con su versión humana.

Segunda Oportunidad | Tiny U | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora