Existen muchas historias que narran el origen de las almas gemelas, todas tienen algo en común: Hay una persona destinada.
Pero y si lo pierdes, ¿Estás condenado a la soledad o existe alguna otra opción?
Una historia del universo Tiny de VOLKACIO.
El dolor en el pecho del Tiny Volkov cada vez era más intenso, estaba llegando al punto que ya no podía disimularlo, había querido incluso bajar la mano del pecho, pero sentía que el corazón simplemente estaba quizá partiéndose. Apretó el agarre sobre su mismo, pero así como él en su momento estaba pendiente de su alma gemela Tiny, esté incluso cuando deseaba ignorarlo no podía, y sobre todo pudo ver que algo pasaba con este porque conocía a Volkov, esos meses juntos se familiarizó con él, con sus expresiones, por tanto sabía que algo le sucedía a Tiny Volkov, quiso acercarse, pero no podía tocarle, eso activaría la conexión, y él ... estaba confundido.
Ahora mismo si estaba enojado con Viktor humano, pero no al grado de no regresar con él, entendía sus miedos, podía quizá luchar con ellos, después de todo fue el silencio que los alejó. Y aunque las palabras que escuchó a escondidas al parecer fueron mal interpretadas, tenía fe que podía lograr algo. O simplemente era muy ingenuo y creía en los finales felices, o al menos en el suyo. Quería ser feliz con él. Quería que él sintiese ese sentimiento tras todo lo que vivió.
— Si bien nos encontramos hace un año, y me reconociste hoy. Realmente te conocí hace 10 años, Vic llegó a mí cuando tenía 11. Y me salvó de mi propio infierno.
Horacio se atrevió hablar, había escuchado a Viktor, escuchado su dolor, y su arrepentimiento, incluso podía ver como la culpa podía estar haciendo mella en su adolorido corazón. Conocía ese proceso, él lo había vivido, pero a diferencia de Viktor, a él no le permitieron ahogarse en la soledad, Julia, Jack, Gustabo y Dani estuvieron ahí desde la misma pérdida, y él llegó cuando pensó que no podía más. Pero Viktor no tuvo a nadie, alejó a todos. Además incluso creyó que el destino le arrebató a su alma gemela, mientras él había crecido sabiendo que podía tener una.
Así que procedió a contar su propia historia a Viktor, de lo que fue para él quedarse solo a tan corta edad. De cómo a pesar que los Conway eran familia, él se sentía simplemente no encajar. De las pesadillas, de las noches de dormirse llorando, de las burlas en la escuela, hasta que lo conoció, de la esperanza de crecer sabiendo que había alguien ahí fuera que podía ser su familia.
Quizá por eso estaban destinados, Vic en su momento le ayudó y acompañó, y de eso se trata una relación, un dar y recibir, una compañía que te complementa y te ayuda cuando tropiezas, que celebran juntos y lo hacen a su manera. Al verlo tan decaído, con los hombros hundidos y la cabeza gacha supo que era su momento, de extender la mano. De ayudarlo. De hacer por él lo que su versión Tiny hizo por él hace tanto tiempo. No dejarle que se hunda en esa oscuridad.
Fue a extender la mano para darle apoyo. Cuando la voz alarmada de Tiny Horacio hizo sobresaltarse a ambos humanos.
﹄ ¡ALGO LE PASA A VIC!
El pequeño ahora miraba alarmado al Tiny de tez pálida que parecía ahora sostenerse el pecho con ambas manos. Este sonería triste mientras miraba a su humano que alarmado se arrodillo frente a este. Porque sabía de qué se trataba.
﹄ Lo siente Solntse, nunca se fueron. Quizá era porque había algo de mi pasado que no sabía o no lo resolvía.
Y Viktor que observaba la escena alarmado sabía lo que decía, porque ese dolor se reflejaba en su pecho, quizá no con la misma intensidad que como en el pequeño, porque ellos eran más sensibles a las emociones. Pudo ver cómo ese pasado no solo lo había aislado a él sino a su propio Tiny. Pudo ver la preocupación en Horacio que con cuidado secaba el sudor del rostro del pequeño y como el Tiny de este revoloteaba preocupado, sin saber qué hacer.
Y fue cuando lo supo, Dakaria había sido su pasado, uno intenso, no deseaba arrepentirse de eso, incluso ahora podía recordarla sin aquel dolor de antaño, la extrañaría por lo buena persona y los recuerdos juntos, pero cuando miraba a aquel hombre de cresta, que incluso arrastrado a un desastre como este no lo había echado a la calle, si no que aún mostrando un corazón bondadoso, como siempre supo que poseía por como era su Tiny. Lo entendió.
Quería más, no deseaba limitarse con él, deseaba permitirse conocerlo, deseaba hacerlo. Así que se acercó también a ellos y se arrodillo frente a Horacio Tiny, que desesperado por ver al otro en ese estado casi estaba por llorar.
— Horacio, mírame por favor.
﹄ Pero ... de qué hablas, está sufriendo, ¿Por qué está sufriendo? Tu ... tu puedes hacer algo. Haz algo.
Y las lágrimas se derramaron de aquellos ojos que en esos 4 meses había visto brillar aún cuando estaba enojado podía ver vida en estos, deseaba que no perdiese el brillo, él se encargaría de eso.
— Cambiaste mi vida, mi apartamento era gris y silencioso. Era todo cuanto conocía. La monotonía. Hasta que llegaste tu, y lo cambiaste todo. Vic no solo salvó a Horacio cuando era niño. Tu lo hiciste hace 4 meses conmigo. Me enseñaste mucho, y aunque estaba empeñado en cerrar los ojos ante la luz que traías a mi vida. Incluso sobre los párpados podía ver como no me dejaste seguir en la oscuridad. Lo siento si te dañé, no deseo seguir haciéndolo, quiero seguir cocinando contigo, comiendo pop rocks, escoger atuendos aunque no soy bueno en la moda. Quiero ver películas y que recites tu cada frase que te guste. Y sobre todo seguir conociéndote. ¿Me daría una nueva oportunidad?
El pequeño Tiny lloraba desconsolado lleno de los recuerdos que él otro había dicho, de querer seguir viviendo aventuras así con él, por eso cuando el humano extendió la mano este se acurrucó en la palma de su mano y fue atraído hasta la altura del rostro del humano. Ahí el pequeño le dejó un beso en la mejilla de este y luego ordenó.
﹄ Ahora acércame a él.
Volkov lo hizo, sintió una ligereza en el corazón, y la calidez extendiéndose en esta, y no solo en aquella zona, si no que sintió como el tacto suave de la mano de Horacio buscaba su mano para entrelazar sus dedos. Cuando buscó su mirada, este asintió y era como si dijera, podemos lograrlo. O simplemente "Estoy aquí, no estás solo".
En tanto ellos compartían ese momento Horacio Tiny se acercó al adolorido Viktor que sentía poco a poco menos la presión en su pecho, podía ver el cambio, porque incluso él sabiendo lo que había vivido con Horacio, siempre había sentido una especie de miedo a no poder corresponder el cariño de Horacio por ser tan poco expresivo. Pero ahora conociendo su propia historia sabía que no debía temer, que de a poco su corazón aprendería amar sin miedo a ser herido. Ese era el vacío que existía.
﹄ Te elijo, no quiero huir. Vik, no deseo sentir miedo, quiero arriesgarme, quiero sentir esto. ¿Y tú?
﹄ Desde el primer momento que te vi.
Y fue cuando sus manos se unieron, se sonrieron mutuamente. En tanto sus corazones latían esperanzados, el amor no era fácil, no era perfecto, pero nadie lo era. Y quizá por eso era una gran aventura vivirlo. Y la conexión se estableció.
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