Subaru llevó a Astrid afuera, tomandole la mano de forma tan tierna. La dirigía a un jardín muy especial para él. Pasó por los jardines comunes hasta llegar a uno donde habían muchas rosas blancas, acto seguido, se sentó en el suelo, invitandola a ella a sentarse a su lado. Astrid le hizo caso, estando demasiado cerca de él, se le notaba muy tranquila.
-¿Estás molesta conmigo, Astrid?- preguntó el vampiro albino con algo de nerviosismo, recordando de como su padre hizo el anucio del compromiso son preguntarle o avisarle a ella.- Sin embargo, Astrid no se mostró molesta en ningún momento.
-No, claro que no Subaru, al contrario, me siento feliz. No puedo negar que si me tomaste por sorpresa, pero de algún modo sé que nada de esto fue con malicia. Tu... Me has demostrado que no eres como yo creí que eras. Eres el primer hombre en el que confío desde que...- Astrid hizo una pausa, pero entonces Subaru la abrazó, dandole a entender que no estaba sola, ella si captó el mensaje pir medio de esa muestra de afecto. De ahí, Subaru se separó un poco del abrazo y la miró a los ojos.
-Astrid, tengo algo que decirte.-
-Dime- respondió ella, sintiendo mucha confianza en quien ahora sería su prometido. Subaru tomó aire y empezó a hablar lo que sabía que ella debía saber.
-Cuando mi madre murió, ella tuvo una última voluntad: que yo sea feliz y tu también lo seas. No me dijo como exactamente, pero también ella deseaba la felicidad para ti, porque vio esperanza tras conocerte y deseaba que tu no sufrieras lo mismo que ella. Me encargó a mi darte esa felicidad y con el tiempo, no importa que sea poco, no solo te doy esa felicidad porque fue el último deseo de Christa, yo quise dartelo para demostrarte que... - Subaru hizo una pausa, estando nervioso, pues sus proximas palabras marcarían todo. Astrid ya veía venir esa frase y de cierto modo, creyó que no iba a poder pronunciarla.
-¿De que estás enamorado de mi?- Astrid completó la frase con la pregunta. Subaru permaneció en silencio, no por timidez, sino por la pena de que hayan completado la frase por él, pero al final, terminó asintiendo con la cabeza, acto seguido, acarició el rostro de Astrid. La chica lo miró a los ojos con un leve sonrojo en sus mejillas, así permaneciendo ambos por unos minutos. De pronto, Subaru la soltó y se levantó, acto seguido, fue a uno de los arbustos para acariciar una de las rosas blancas de ahí. Sin voltear a verla, Subaru le habló. -Astrid... Con todo esto que está pasando... Al parecer soy muy egoísta, porque seguro no sientes lo mismo.- Esas palabras sorprendieron a la chica rubia, las cuales la pusieron a pensar. Ella, hace semanas, odiaba a los hombres por el rencor de lo que le hicieron de niña: le robaron su inocencia y lo más preciado que había en ella. Su vida hasta ahora fue un infierno de maltrato psicológico, físico y sexual. Su desconfianza hacia el sexo opuesto era muy válida, pero hubo algo que Astrid nunca en su vida había intentado: dejar ir el pasado. Era algo terriblemente difícil debido a que sus traumas eran más fuertes incluso que ella, pero entonces pasó todo sin que la chica lo pidiera. En su intento de matar a un hombre de la mansión, unos lobos la rodearon y después, un hermoso chico bestial la encerró en una torre, maltratandola. Eso fue una fortuna, porque así conoció a la madre del chico, quien sufrió lo mismo y la alentó a seguir adelante, pero la tragedia recayó sobre ella, pues esa mujer se suicidó. Desde ahí las cosas habían cambiado: el chico la llevó a la mansión con su consentimiento y la empezó a tratar bien. Después de todo eso, supo de la última voluntad de la Rosa Blanca y de lo que ese vampiro albino sentía de forma sincera. Esos eventos lograron un cambio en ella, haciendola sonreir y conterstale a Subaru. - Claro que siento lo mismo. Creo... que yo también estoy enamorada de ti. Eres el primer hombre que me trató bien, aunque al principio no haya sido así. Tu hermana me dijo que tienes complicaciones a la hora de expresar tus sentimientos sin importar cual sea y lo entiendo perfectamente.- Subaru volteó a verla un poco sorprendido, no podía creer lo que acababa de escuchar pero eso lo hizo volver y arrodillarse frente a ella, tomando sus manos tan finas y delicadas.
-Entonces te lo preguntaré yo mismo. Astrid ¿Quieres casarte conmigo?- preguntó el vampiro, tratando de ocultar su nerviosismo. Astrid sonrió con lágrimas. -Si Subaru, quiero casarme contigo.- tras esa respuesta, los dos acercaron sus rostros y tocaron sus labios, dando así el primer beso entre ambos. Aquel fue un momento mágico para ambos, así probando el amor que se tenían. Aún no era un amor profundo, pero ahora ambos se comprometían a formarlo. Después de eso, se dieron un abrazo y permanecieron así un largo rato, disfrutando su hermoso momento a solas. Incluso, en ese tiempo, planificaron que en la noche de bodas, Subaru transformaría a Astrid en vampiro.
Al avanzar la noche, Subaru y Astrid regresaron a la mansión, pues la chica ya estaba cansada. Ambos caminaron hasta la habitación de ella, estando tomados de la mano sin querer soltarse ni un minuto. Al llegar a la habitación, se dieron las buenas noches y se despidieron con otro dulce beso en sus labios, esperando a verse a la mañana siguiente.
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Afraid of the Beautiful Beast (Diabolik Fanfics de Romance) Vol.4
FanfictionComo un hechizo, cada hermano va cayendo en el amor. Reiji anteriormente se enamoró de una sirena que antes era conejillo de indias y ahora, un amor por quien luchar. Subaru por su parte, tiene una gran preocupación por su madre y también por su med...