Los días de Diciembre empezaron a pasar y no había ningún solo cambio en Astrid o Subaru. Las cosas estaban demasiado tensas entre ellos dos. Subaru desde que le propuso matrimonio a la chica sin pensar, sus sentimientos se volvieron muy fuertes. El vampiro no se lo podía creer, pero era verdad: Subaru se había enamorado. No se le podía culpar, pues cualquier hombre se hubiera enamorado de una chica tan hermosa como Astrid. La pregunta era ¿Por qué? ¿Por qué se enamoró de una chica que lo miraba mal y que lo llamaba bestia? No podía explicarlo, sólo sabía que estaba atraído y su corazón se sentía vivo. Sin embargo, eso también lo deprimía, porque sabía que la rubia no dejaría que se le acercara ni en un buen aspecto. En cambio Astrid, aun estando vestida como una muñeca de porcelana, nunca se sintió a gusto. Se la pasó encerrada y nunca salió de la habitación. Ahora, su jaula de hierro se volvió una jaula de oro. Había veces en la que lloraba de la nada y no podía ver a Subaru por tenerle mucho temor.
Una noche, el vampiro se decidió a visitar a Astrid de nuevo y procuró no volver a cometer la misma estupidez de proponerle matrimonio de la nada. Aunque deseaba hacerlo de nuevo, pero era claro que eso tensaría más las cosas. Quería verla porque quería saber de una vez por todas que era lo que le pasaba a la chica y saber si era apto para ayudarla. Ya no sólo quería cumplir la última voluntad de Christa, ahora también quería hacer algo de verdad por la chica. Al llegar a la habitación de Astrid, tocó la puerta suavemente. -Astrid, soy yo ¿Puedo pasar?-
- S-si... - apenas se escuchó la voz de la chica. Subaru tomó la perilla de la puerta y la abrió. Vio a rubia recostada en la cama, como si estuviera dormida, con su largo cabello dorado esparcido por la almohada y su hermoso vestido de tirantes acuamarina ocupando la cama. La chica tenía sus ojos cerrados pero al oir los pasos del vampiro, los abrió y lo miró. Subaru la miró con ternura, estandose de pie. - ¿Te desperté?- preguntó el vampiro albino. Astrid solo negó con la cabeza. Subaru se sentó en la cama e hizo un esfuerzo por no tocar su cabello, sabía que eso la incomodaría, por lo que fue al grano, la razón por la cual fue ahí.
-Quiero hablar contigo. Sé que crees que soy una bestia y te entiendo... Pero no lo soy del todo, tengo sentimientos. Aún sigo deprimido por la muerte de mi madre... Pero tu la conociste. Estoy muy seguro de que ella fue tu única amiga cuando te encerré y que tu le contaste muchas cosas. Quiero ayudarte porque sé que su muerte también te afectó. Sé que no me odias porque te encerré o mínimo no es la razón principal. Esa noche, vi que tenías toda la intención de matarme con ese cuchillo ¿Por qué querías matarme? Responde.- dijo Subaru de forma muy firme. Astrid se quedó callada por un minuto, pero decidió hablar antes de que Subaru perdiera la paciencia. Se levantó y rodeó la cama para luego quedar frente a la ventana. No podía ver a Subaru a los ojos, pero claro que le debía una explicación de todo.
-Subaru... Desde que tengo memoria, yo no creo en los hombres. Toda mi vida fue una pesadilla. Mi mamá... Mi mamá se murió por culpa de mi papá... Él me vendió a un hombre que le pagó muchos billetes. Ese hombre... Me quitó mi virginidad y mi inocencia. Yo sólo era una niña de 7 años... No sólo eso. Su esposa, la cual le gustaba que la llamara Madame Esmeralda, me prostituía. Lo hizo por 8 años hasta que me escapé. Desde ese día... Me prometí a mi misma que ningún hombre me haría daño de nuevo. Me convertí en ladrona. Les robo a los hombres... Los odio a todos con todas mis fuerzas. Jamás perdonaré lo que me hicieron. Jamás.-
Al oir la historia de Astrid, Subaru quedó impresionado. La chica había sufrido bastante. Eso explicaba lo que gritó cuando la encerró y el porque se entendía muy bien con Christa. Entonces repasó todo lo que le hizo a la rubia: la encerró en una celda en una torre, muy apenas la alimentaba, le hablaba de forma muy fría y cruel, la intimidaba y la acorralaba para tomar su sangre. A su mente llegó un recuerdo auditivo: "Yo lo sé... El maltrato, la esclavitud sexual... desde que soy una niña, no conozco nada más que hombres malos que nos usan, nos golpean, nos tratan como simples muñecas que se pueden tirar a la basura". Ahora todo tenía sentido, sus palabras, sus mirdas, sus acciones y todo, fue por causa de su vida arruinada. Subaru no pudo evitar sentirse culpable, se levantó y se paró al lado de la chica, mirando a la ventana también. -Lamento mucho lo que te pasó y el daño que te hice. Ahora puedo ver con claridad el porqué de tu amistad y comprensión a mi madre y... De lo que ella pensaba de ti. Antes de morir, ella parecía muy preocupada, no quería dejarte sola incluso cuando ya planeó suicidarse. Su última voluntad... Era que yo cuidara de ti y... Algo más. Pero eso otro no importa, o no por ahora. Lo que importa es... Que no sólo Christa se preocupaba por ti y quería que te cuidara. Yo por voluntad propia quiero cuidarte porque estoy realmente preocupado. Puedo comprender tu dolor, Astrid. Pero... Necesito que me dejes ayudarte. No todos los hombres somos iguales.- explicó Subaru. Astrid no pudo evitar sentirse fatal con la simple mención de la muerte de Christa y lo escuchó hasta el final. En ese momento, la rubia se puso a llorar y de forma inconciente se recargó en el pecho de Subaru para ocultar su rostro. -Extraño tanto a Christa.-
-Lo sé, yo también la extraño. Yo solo quiero que sepas que no voy a hacerte daño nunca, al contrario, puedes contar conmigo. Incluso puedes interactuar con mi hermana y las novias de mis hermanos. Te dejaré descansar.- después de hablar, Subary la separó de él, dandole de pasada una caricia en su cabello. La miró por un segundo y fue así como se fue de la habitación, dejando a la chica con un rostro que reflejaba confusión, pero por primera vez en semanas, se sintió aliviada y tranquila.
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Afraid of the Beautiful Beast (Diabolik Fanfics de Romance) Vol.4
FanficComo un hechizo, cada hermano va cayendo en el amor. Reiji anteriormente se enamoró de una sirena que antes era conejillo de indias y ahora, un amor por quien luchar. Subaru por su parte, tiene una gran preocupación por su madre y también por su med...