Capítulo 7: Una oportunidad

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Subaru estaba sentado en la ventana de la mansión. Se maldecía a si mismo y se disculpaba con su difunta madre sobre la situación. Se preguntaba si todo fue causa por haber traído a Astrid y peor aún, haberlas juntado. Incluso llegó a pensar que fue un plan de Astrid y fue la culpable, quizas le metió malas ideas a su madre para que quiera suicidarse. Sin embargo, descartó esa idea, porque sintió que su madre no era tan tonta como para dejarse convencer por una desconocida, además, sonreía cuando estaba con la chica, nunca de quejó de ella. Eso sin mencionar que Astrid también quedó deprimida después de la muerte de Christa. Quizás Subaru estaba culpando a una joven inocente, la cual dejó ir por el simple hecho de que no podía con ella. Pero ahora ya no pudo cumplir con la última voluntad de su madre, pues Astrid estaba involucrada en ello. Se sentía un fracasado, un perdedor y un débil que no era capaz de nada con el simple hecho de nacer por una violación. Deseaba tener algo por que luchar como Drianna, ser fuerte y feroz como ella. Ahora la protegería a ella, pero no podía cuidarla todo el tiempo, ella tenía un esposo y un hijo. Sintió envidia de ella, pero como buen hermano, nunca discutió con ella y menos por algo que no valía la pena en momentos realmente duros.

Mientras, Astrid, tenía la llave en sus manos. No lo podía creer, le habían dado el derecho de la libertad y sin duda alguna quería usarla ya. En ese momento abrió la celda con la llave. Batalló un poco, pero al final lo logró. No puedo evitar sonreir cuando escuchó el sonido de la cerradura abriendose. En ese momento, salió a toda prisa de su prisión infernal, sin embargo, al estar en las escaleras, se detuvo. A su mente pasó la imagen de Subaru y después la de Christa. Astrid se sentó en las escaleras, entristecida por recordar la muerte de la mujer que fue su única amiga desde que llegó a esa mansión, no podía soportar la idea. Ella deseaba tanto que ella estuviera ahí, pero obviamente no era posible.

De repente le llegó un recuerdo auditivo a Astrid. "Subaru no es malo... Es un buen niño, estoy segura de que no hace daño. Él no es como su padre. Solo no ha sido capaz de matarme por más que se lo he pedido. No lo hace... Ni siquiera quiere que mi hija lo haga. La vida no nos trató bien a ambas, pero tu eres joven y aún puedes recuperarte. Es demasiado tarde para mi." Esas fueron una de las frases de Christa que se le quedaron totalmente grabadas a la rubia, entonces recordó cuando Subaru la dejó escapar. Ella pensaba que era alguien malo y cruel después de que la encerró la mantuvo como prisionera, pero tras convivir con Christa, ver como Subaru lloró la muerte de su madre y como él le daba su libertad, empezó a pensarlo dos veces. No se sentía segura confiando en un hombre cuando hacía ya muchos años que no creía en ellos. Por un lado, pensaba que se arrepentiría de la decisión que estaba pensando pero por el otro, ella creía en las palabras de Christa y si decía que Subaru no era alguien malo, entonces no tenía que contra decirla, pues la mujer vampiro fue totalmente honesta con ella. Astrid por fin tomó su desición y regresó a su celda. Incluso volvió a encerrarse con llave. Se sentó y esperó de forma paciente a que el vampiro regresara para ver si ella se había ido.

Subaru no volvió hasta elatardecer del día siguiente. Estaba esperando a ver la celda vacía, pero su sorpresa fue que la chica rubia seguía ahí todavía. -¿Al final no huíste? Desperdiciaste tu oportunidad.-

-Lo sé, pero después de todo lo pasado... Creo que puedo darte una oportunidad e incluso una a mi misma.- dijo Astrid, mirando al suelo, pues no tenía el suficiente valor para verlo a los ojos. Subaru quedó aún más sorprendido, entonces vio la llave tirada y la recogió, acto seguido, abrió la puerta de la celda. Se acercó a la chica a paso lento y de entre su ropa, sacó una daga, la misma daga con la cual Christa se suicidó. Se hincó y le dio la daga a Astrid.

-Cuando yo te lo pida, matame con tus propias manos. Puede que no tengas opción.- dijo Subaru, totalmente serio. Astrid apenas y habló, preguntandose porque el vampiro haría eso, pero prefirio no preguntar al final. Subaru se dio media vuelta. -Sigueme si lo deseas, es decisión tuya.-

Astrid ya no soportaba esa fría prisión. Se levantó temblando y caminó detrás del vampiro en cuanto este empezó a caminar en dirección a la mansión. Él sintió un buen alivio, tanto por la decisión de la rubia como por haberle dado la daga. Sintió que por el momento, se quitó un enorme peso de encima. Además, quería que Astrid lo matara si él fracasaba en la última voluntad de su madre o si simplemente, no podía lograr nada por la memoria de Christa. Ahora tenía una oportunidad de mejorar todo y lograr algo.

Afraid of the Beautiful Beast (Diabolik Fanfics de Romance) Vol.4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora