10: City of stars

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Kyoujuro se recostaba contra uno de los sillones que estaba en el patio de la magnífica casa de Mitsuri, una de las profesoras de la academia Kimetsu en la que él también daba clases. El sofá era tan cómodo que hasta podría dormirse allí, incluso si estaba en una fiesta. ¿Quién era capaz de poner música tan relajante? Eso realmente parecía la fiesta de unos ancianos, pero eso le agradaba porque tenía una excusa para cerrar los ojos y tirar la cabeza hacia atrás. Además, recién estaba comenzando esa fiesta, así que podía tomarse el placer de darse una pequeña siesta, después de todo las personas que irían serían todos aquellos que alguna vez fueron profesores en Kimetsu o las parejas de estos. Con todos ellos tenía la suficiente confianza como para que entendieran su cansancio. Había estado horas sin poder dormir de la emoción por tener que encontrarse con viejos amigos así que ahora el sueño era inevitable...

—No me digas que te estás intentando dormir, tarado —esa voz resonó en su cabeza haciéndolo sobresaltarse y abrir los ojos con fuerza mientras forzaba una sonrisa—. A pesar de que pasaron cuatro años sigues siendo el mismo distraído.

—¡Sanemi! —gritó aturdiéndolo—. Realmente pasó mucho... ¿Te has hecho un corte de pelo? ¿La de atrás es Kocho?

—Shinazugawa —corrigió ella con una sonrisita pícara mientras se aferraba a su esposo—. Soy Kanae Shinazugawa, un placer Rengoku. Creo que muy pocas veces hemos podido hablar.

Los ojos del Rengoku brillaron un momento, encantando con la situación de que su amigo lejano por fin consiguiera estar con la mujer que tan loco le traía. Recordaba muy claramente todas las noches que se la pasaba sufriendo, declarando su amor en bares sin la presencia de ella; incluso no se sentía valioso como para poder confesarle todo lo que sentía, porque era un simple pobre gruñón y trabajador a comparación de una mujer que a pesar de trabajar en la zona del jardín de Kimetsu tenía mucho dinero, una vida arreglada y cerca a Gyomei, su compañero de trabajo. ¡Por mucho tiempo él había pensado que ella estaba casada con ese hombre tras verlos siempre juntos! Pero no se hubiera esperado que en realidad aquel actuase como su padre y solo buscase protegerla. Wow... Le hubiera gustado ser informado por su parte que estaban comprometidos; pero ninguno de los dos sabía manejar las redes sociales así que no parecían querer mostrar demasiado de sus vidas. Eran como dos adultos tranquilos que parecen estar disfrazados de ancianos, como si hubieran vivido en el 1900... ¡Realmente eran antiguos!

Sanemi estaba vestido con una camisa cerrada por completo y de tono marino junto a unos pantalones chinos negros. Definitivamente iba demasiado bien vestido para ser el mismo tipo de ropa diaria y poco formal, a quien casi no le importaba las apariencias. Y suponía que se lo debía esperar de una mujer que iba tan delicada con un collar de plata, aretes de oro y un reloj a juego con su esposo; incluso se sonrojó ligeramente al ver su vestido rosado claro que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas. Podía jurar que le recordaba tanto a alguien que Sanemi se molestó ante el gesto que hizo por verla tan bonita.

—¡No la observes de esa forma!

—¿Se habrá dado cuenta de...? —preguntó Kanae haciendo un pequeño ademán junto a una sonrisita—. ¡Mira, mira creo que si se dio cuenta!

Kyoujuro ladeó ligeramente la cabeza ante la situación que tenía delante de sus ojos. ¿Darse cuenta de qué? Se sentía como un niño perdido pero no dijo ninguna palabra porque Kanae parecía estar emocionada por "eso de lo que se había dado cuenta". Quiso observarla una vez más para intentar descifrar a qué se refería, pero sabía que si volvía hacer eso Sanemi podría llegar a desfigurarlo ahí mismo. Debía ser más cuidadoso al ver los detalles de su alrededor.

—Es que para que no se dé cuenta cuando llevas vestidos tan ajustado... ¿Es que lo haces apropósito?

—No tiene nada de malo querer presumir mi embarazo.

City of stars [RenShino/SaneKana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora