Solo fue cuestión de tiempo para todos los pilares enterarse de que finalmente Kyoujuro y Shinobu eran una pareja. Ninguno se sorprendió por aquel hecho, después de todo, gracias al pilar del fuego siempre eran bien informados.
Como una pareja de pilares y contando la situación de que cada vez habían más casos de demonios, ambos no disfrutaban de mucho tiempo juntos. Si bien a Shinobu no le eran asignadas tantas misiones como a Kyoujuro, ella disponía de poco tiempo por los severos casos de cazadores dañados y, sin contar, que seguía con su investigación acerca de la cura para Nezuko. Tenía demasiadas cosas en mente, por ello cuando aquel joven le pidió que fuesen pareja se le hizo muy difícil tomar una decisión e incluso estuvo distante para no tener que responder.
Durante esos meses de noviazgo había aprendido lo que conllevaba amar a Kyoujuro. Le gustaba cómo se sentía, era tan cálido que a veces deseaba quedarse entre sus brazos por un día completo. Era una sensación extraña de tranquilidad, una de esas que no tenía desde hace ya largos años. No eran una pareja perfecta ni demasiado amorosa, no cualquiera desearía tener esa relación, ya que siempre que estaban juntos surgía un momento de pánico dentro de cada uno, porque estaban en un mundo donde desconfiaban de la oscuridad. Ambos creían en las habilidades del otro, pero "¿qué pasaría sí...?". Esa era la pequeña gran duda que siempre les nacía.
"Lo raro sería que no haya desbalances y siempre se encuentren contentos el uno con el otro"
Esas palabras dichas por Mitsuri habían servido demasiado para Shinobu, quien se atormentaba por las veces que se desquitaba con Kyoujuro cuando este la intentaba convencer de cambiar de idea ante diferentes temas. El problema resultaba que al ser tan diferentes, sus opiniones muchas veces chocaban y más para Shinobu, quien perdía la paciencia con rapidez ante la imprudencia de ese hombre. Era tan agobiante que a veces se alegraba de no tenerlo todos los días despertándola en la cama con el desayuno servido. Detestaba pensar en que esa podría ser su rutina diaria si se llegasen a casar.
Era difícil asimilar la idea de que podía llegar a casarse alguien como ella, pero no era tan compleja como le pareció en su momento. Kyoujuro lograba convencerla solo con insistir y dar sus buenas razones. Él no era un hombre desesperado que quería una esposa como trofeo. Aunque sí era desesperado, pero estaba segura que no de tal intensidad como Zenitsu.
Se le hacía complicado reaccionar cuando él hablaba acerca de casamiento, ya que la simpleza de que ambos siguieran vivos en tal estado crítico en el mundo —el cual estaba girando en base a los demonios— parecía pura casualidad. El patrón comentó que al parecer estaban en un tiempo de calma momentánea, pero nadie se lo creía, porque todos estaban acostumbrados al caos. Sabían muy bien que ante la primera distracción matarían a uno de los suyos. Estuvieron a nada de llevarse la vida de Muichiro hace poco y ni hablar de cómo aún recordaba las consecuencias de aquella misión en tren, donde uno de los participantes había sido su ahora pareja.
¿Qué hubiera ocurrido si el único pilar en ir habría sido Kyoujuro? No quería ni imaginárselo, pero su mente la torturaba al pensarlo. Solo apenas pudo salvarlo y a veces actuaba tan extraño que la asustaba. Esperaba con todo su corazón que no se estuviera haciendo el fuerte.
Completamente quería un cambio de ambiente, por una sola noche, por lo que al recibir la invitación de aquel hombre acerca de cenar con su familia, como hace tiempo deseaba, aceptó. Mas habían ciertos problemas, tal como era el padre aquel, el cual se negaba a recibir a una cazadora de demonio y menos le daba la aprobación para que luego se casase con ella. Pero de alguna manera, Kyoujuro logró llegar a un acuerdo para que cenasen dentro de todo en paz. No quería pensar en su padre discutiendo con Shinobu. Más que nada porque sabía lo venenosa que se podía volver su mujer.
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City of stars [RenShino/SaneKana]
RomanceMientras la suave melodía resuena y dos personas se encuentran bailando, muy dentro de sus corazones se esconden latidos acelerados y difíciles de detener. Entre vueltas dulces, que la dejan ver a la muchacha como una frágil mariposa, también hay a...