Natsumi está perdidamente enamorada del goleador estrella del equipo Raimon. Estará dispuesta a hacer cualquier cosa para llamar su atención...pero claro todos tenemos un limite.
Goenji hará hasta lo imposible por recuperar lo que alguna vez, "fue s...
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Habían pasado aproximadamente más de 30 horas con 21 minutos con 40 segundos desde que el amigo de la infancia de Natsumi había llegado a el instituto Raimon desde ese momento hasta ahora no existe un bendito segundo en el que el cabeza de nuez se separe de Natsumi.
Está bien que desde hace algunas horas, casi nada haya aceptado lo que siente por aquella pelirroja pero eso no significaba que por aceptarlo todas sus emociones los celos vayan a desaparecer por arte de magia no claro que no, ahora con más razón se sentía de esa manera y es que ese chico no le agradaba para nada, no lo soportaba, lo odiaba con todo su ser existente.
-Maldita cabeza de nabo-susurro por lo bajo cierto chico de cabello pelo blanco que se encontraba calentando para comenzar a tener su primera práctica de fútbol contra los pequeños gigantes del Congo.
Quienes por cierto se encontraban trotando al otro lado de la cancha justo frente donde se encontraban las gerentes de su equipo con la única diferencia que cada vez que Urupa pasaba este intentaba llamar la atención de la chica de rizos.
Eso solo provocaba que en el interior de Goenji su estómago se retorciera del enojo, porque la chica disfrutaba la atención que el ojos de pez le dedicaba.
-Quita esa cara de perro abandonado-le dijo con diversión el chico de cabello grisáceo-has estado muy extraño Goenji, ¿sucede algo? -preguntó con curiosidad el chico de bufanda que le alcanzó el ritmo del trote al otro.
-No pasa nada Fubuki, nada que te importe-rodó los ojos, para posteriormente volver a enfocar su vista en cómo Rococo le mandaba un beso a la gerente del equipo que le gustaba y esta soltaba una risa divertida, eso era el colmo.
-Tranquilo Toretto-se rió por su broma, más al notar para quien eran dirigidas esas mirada de odio, que si matasen el capitán de los pequeños gigantes del Congo estaría ya tres metros bajo tierra-ve el lado positivo te puedes desquitar en el partido...solo no saques faltas-comentó el chico con un leve tono de advertencia.
-No sé de qué estás hablando-bufó Shuya con enojó, pero de cierta forma Shirou tenía razón en lo que dijo, quería desquitarse de alguna manera contra el cabeza de astroboy y qué mejor manera que metiendo goles y que le arda en el orgullo por perder.
-Espero y no estés pensando en asesinar al capitán del equipo de los pequeños gigantes del Congo solo porque tiene toda la atención de Natsumi-se unió a la plática Kido quien junto a los otros dos marcaba el ritmo del trote-si estás pensando eso podría traernos problemas-argumento con una sonrisa burlona.
- ¡Así que por eso has estado así! -Encajo en sus pensamientos Fubuki con diversión.
-Son un fastidio-rodó los ojos ojos con enojo-solo no me agrada y en ningún momento dije que era por Natsumi-respondió mientras apretaba la mandíbula pues el enojo ya no era contenible.
