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-"Mentira"-

- ¡Chicas! -exclamó una gerente de cabello café claro entusiasmada-porque no les cocinamos algo hoy se han esforzado mucho-dijo esto mientras comenzaba a poner los materiales encima de la mesa- ¿qué les parece unas bolas de arroz? -dijo esto de fo...

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- ¡Chicas! -exclamó una gerente de cabello café claro entusiasmada-porque no les cocinamos algo hoy se han esforzado mucho-dijo esto mientras comenzaba a poner los materiales encima de la mesa- ¿qué les parece unas bolas de arroz? -dijo esto de forma motivada mientras tomaba la mano de una gerente peli azul y una peli morada- ¿vienes Natsu? -dijo esto mientras observaba con una gota de esperanza en su voz.

Mientras tanto Natsumi solamente estaba abriendo la puerta con una delicadeza, con la única intención de salir de ese lugar ni siquiera ella sabía porque continuaba allí- no puedo chicas, mi padre me pidió que fuera a ayudarle con algunas cosas en la oficina-dijo la chica mientras trataba de contener las lágrimas en su rostro y la impotencia de ver a su "mejor amiga". No quería seguir allí solamente se torturaba viendo como su goleador y su mejor amiga, tenían una hermosa atmósfera romántica como él le daba toda su atención sin temor al qué dirán. Su orgullo era tan grande que jamás admitiría que tiene celos, unos celos que la hacen pensar cosas realmente crueles para su mejor amiga las cuales no sería capaz de hacer nunca.

Así que sin querer escuchar una respuesta salió de allí casi corriendo, solamente se hacía daño, pero no podía evitarlo, quería ver cómo era feliz solamente necesitaba ver su sonrisa para saber que lo que hacía era lo correcto.

Cuando menos lo notó llegó a la oficina de su padre. Tocó la puerta, pasó hasta que escuchó la voz de su padre permitiéndole el paso.

-Oye, hija necesito que lleves esto a la oficina del direc- el señor Raimon no había visto el estado de su hija hasta que alzó la mirada y observó cómo su hija estaba hecha trizas. La mirada firme y llena de autoridad no estaba, esa mirada de fiera fue suplantada por una mirada llena de dolor y ansiedad, terror sería la forma correcta de llamarlo. - ¿Qué sucede?, ¿Alguien te hizo algo? -dijo preocupado mientras se paraba a abrazar a su hija con el corazón en su mano. Jamás creería que vería a sí a su propia hija, la que era la viva imagen de su esposa fallecida. No sabía qué hacer.

-Papá, ¿ya me cansé de mentir-dijo entre sollozos mientras se aferraba con fuerza a los brazos de su padre quien la apretaba con fuerza hacia su pecho- ya no lo aguanto-dijo esto con un pequeño gritó en medio de su llanto descomunal- puedo quedarme contigo?, Por favor solo está semana no me siento bien-dijo esto mientras miraba a su padre con súplica.

El señor Raimon no lograba salir de la impresión, no lo comprendía su hija jamás pedía nada y si lo hacía ella misma lo resolvía hace muchos años no recurrían a él, desde la muerte de su madre creó una enorme barrera y solamente mostraba un rostro frío y calculador, que de alguna forma lo hacían sentir tranquilo. Así que tomó la decisión solo por esta vez complacería su capricho.

-Está bien, pero qué pasará con el equipo de fútbol-dijo el señor con duda, hasta que vio cómo su rostro se desfiguraba más que antes.

-No importa, no creo que noten mi ausencia-dijo esto con un rostro melancólico mientras las lágrimas aumentaban con mayor fuerza en su rostro.

1000 veces te odio 『ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora