Natsumi está perdidamente enamorada del goleador estrella del equipo Raimon. Estará dispuesta a hacer cualquier cosa para llamar su atención...pero claro todos tenemos un limite.
Goenji hará hasta lo imposible por recuperar lo que alguna vez, "fue s...
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El amor puede volverse una adicción dolorosa e intoxicante si no logras controlarlo de buena forma o siquiera intentar comprender aquella dulce sensación que te provoca estar cerca de esa persona, puede volverse incomprensible si no logras manejar y controlar correctamente todas aquellas descargas emocionantes que te ocasiona estar con ese ser especial ante tus ojos, esto es de manera involuntaria o voluntaria todo dependerá del tiempo; duradero o esporádico todos llegamos a sentirlo en algún momento de nuestras vidas.
Claramente Goenji no era la excepción.
Y es que él jamás espero que la confusión de no lograr distinguir entre dos sensaciones similares que son: amistad y una relación amorosa pudieran parecerse tanto, hasta el punto de no lograr distinguir cual era un sentimiento de pareja y cual era la sensación de protección hacia un ser cercano como es la relación que tiene con su hermana pequeña.
Porque probablemente no lo ha notado pero esa atracción que siente hacia la hermana menor de Kido no es más ni menos que la misma sensación que uno siente cuando tienes un hermano pequeño y sientes esa necesidad de procurar su bienestar por encima de todo, pero si realmente fuera así ¿por qué Goenji no lo noto antes?
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Rococo junto con sus compañeros de equipo se encontraban descendiendo del autobús con emoción, puesto que hace un tiempo que no veían al equipo de Inazuma Japón, el chico peliazul se encontraba muy feliz pues no solo volvería a tener un partido contra Endo, sino que volvería a estar, aunque sea solo una semana junto con su amor platónico (y mejor amiga) Natsumi Raimon aquella chica de cabello escarlata que conoció un verano bajo la lluvia, a partir de ese momento la chica lo conquisto por completo.
Seguido de su equipo y entrenador caminaban directamente hacia la cancha donde tendrían un partido amistoso contra el Inazuma Japón para comenzar la semana de entrenamiento en nivel infierno preparada por las gerentes del equipo contrario. Al llegar al lugar escaneo todo lugar buscando con la mirada solamente a una persona.
Hubo un punto en el Rococo encontró a aquella chica que tanto anhelaba volver a ver, el momento en que sus ojos chocaron fue tan efímero, tierno, único e indescriptible con palabras por un momento todo a su alrededor dejo de existir, en esos milisegundos que conectaron miradas fue algo realmente mágico sobre todo ver como la sonrisa de Natsumi se ensanchaba de la felicidad de volver a ver a su viejo amigo de la infancia.
El peliazul estaba dispuesto a tirar todo y correr a abrazarla, pero alguien logro detenerlo.
- ¡Hola! ¿Cómo has estado Rococo? -se metió en su camino el capitán del equipo contrario muy animado, por cierto-Me alegro de volver a verte-sonrió.
- ¡Hola Endo! Me encuentro perfectamente bien-despego por un momento la mirada de su objetivo y se enfocó en Endo-y ¿tú? Escuche que este año piensan ir con todo por la copa-interrogo, volviendo a enforcar su mirada en la chica que se acercaba hacia ellos.
