*lean la nota al final, porfavor*
Capítulo 11: No me retes.
La clase de francés era la primera clase en este infierno del terror, tenía muchas más clases y la mayoría eran de idiomas. Podría pedir una muerte terminal para unos meses, o quizás una rápida visita a una isla tropical por el Caribe y nunca más volver a ver a estas personas que sé, se sentirían mucho mejor si me desaparezco un tiempo. Por el momento me dirijo a una aburrida clase que me imagino, no podré toparme con ninguno de mis amigos. Al llegar a mi salón correspondiente que desfilaba en la puerta el número “145”, me di cuenta que la tierra o alguna parte del universo me odiaba con todas mis fuerzas.
El inconfundible Harry Mender imitación barata de mi padre. Había dos lugares desocupados, uno al lado de él y otro junto a una chica con un inhalador de asmáticos en la boca, decido la segunda. Desafortunadamente un chico me ganó el lugar mientras pensaba las opciones que tenía, “bien hecho Allyson”, pensé. Al parecer Harry le divertía mucho el apuro donde me había metido, o es que estaría feliz si me siento a su lado.
-Disculpe señorita, tome asiento para poder empezar la clase.-sobresalté por el susto. Un profesor con más entradas en la cabeza que la misma institución, un traje muy bien acomodado y planchado, no debe tener vida social.
-Claro.-trague saliva. Me acerqué poco a poco al asiento junto a Harry, por favor, que no me hable.
-Hola, nos volvemos a encontrar.-sonrió ampliamente. Justo lo que no quería.
-Hola.-dije mirando al frente. Me importaba poco lo que estuviera diciendo el maestro, pero si para no hablar con Harry tenía que prestar atención, así lo haré. Pasaron unos minutos de clase callada, me sorprendía que el chico a mi lado no peleara por tener una plática conmigo.
Entonces el maestro comenzó a escribir algo en el pizarrón poniendo la espalda al resto de la clase.
-El chico con quien estabas en el jardín… ¿Es tu hermano?-dijo en voz baja con la mirada en el frente.
-Es mi primo.-respondí cortante mirando el movimiento delicado del gis en la mano del profesor.
-Se parecen mucho.-ahora volteó a verme. Sí volteó a ver, sus ojos pueden dejarme helada, mejor no me arriesgo, así que continué con la mirada en el frente.
-Ah… sí, suelen decirnos eso todo el tiempo.-tragué saliva.
-¿Hice algo malo?, te noto muy seria.-buscó de mi mirada, pero luché para que no la encontrara, aunque admito que la manera en la que intentaba llamar mi atención me causaba gracia.
-Trato de prestar atención, nada personal.-miré con el rabillo del ojo como asentía con una pequeña sonrisa.
-Entiendo, después de lo que te hicieron en clase de francés; me imagino que no querrás cometer el mismo error dos veces.-dijo en medio de una pequeña sonrisa. ¿Qué? Esto ya es mucho
-¿Tú cómo sabes lo que pasó ahí?-lo miré con el ceño fruncido y más enojada que cuando estaba en el jardín con Marco.
-Las noticias corren rápido en esta universidad.-dijo con una sonrisa burlona amenazante en sus labios. –Deberías saberlo, tu madre es la dueña.-arrugué mis labios con enojo.
-Creo que deberías callarte, si no quieres que te suspendan por meterte en cosas que no te incumben.-volteé al frente donde el maestro ya tenía casi la mitad del pizarrón lleno con letras.
-Dudo mucho que tu madre me suspenda sólo porque tú quieres.-me mordí la legua del enojo, este chico se está burlando de mí, me está retando y subestimando, no le daré el gusto.
-No me provoques niño bonito.-dije en un tono amenazante.
-oh, crees que soy bonito, que halagador.-dijo de manera burlona. Lo miré fulminante buscando su gesto divertido, pero se concentraba más en el pizarrón con su sonrisa burlona.
El resto de la clase fue silencio absoluto. Tenía que idear alguna cosa para este inepto, no me podía quedar con los brazos cruzados, y menos porque no sabe de lo que soy capaz, si quiere saber… no puedo negarme a mostrarle. La campanilla que toda la vida me ha irritado sonó al cabo de cincuenta y cinco minutos de clase, tomé mis cosas para irme sin ver un minuto más la cara del tal Harry.
-¿Nos vemos luego, Styles?-dijo antes de que tomara mi último libro que se encontraba en la mesa. Me sonrió a pesar de todo lo que le había dicho.
-Ammm… sí, claro.-dije un tanto seria sin darle significado a lo que me decía ni lo que esperaría luego.
Glamurosamente di media vuelta para salir rápidamente del salón, mmi próxima clase sería en diez minutos, tenía algo de tiempo de platicar con alguien si me lo encontraba, desafortunadamente no puedo encontrar a mis dos grandes amores de la vida. Antes de ingresar a un pasillo donde me encontraría con el jardín a unos metros, me encontré a la chica más dulce que la miel. En mi mente corría la idea: “Corre, corre…” pero ella logró verme.
-Hola Allyson.-sonrió amablemente, me enferma.
-Hola Elea.-traté de sonreír. –Creí que tus clases habían terminado.-comenzó a reír como niña.
-Apenas han comenzado, esto de ser abogada cuesta demasiado.-volvió su mano a los libros que abrazaba. –Escuché que el profesor de francés te obligó a ir con él a la dirección.-dijo en tono bajo.
-Ni me lo recuerdes, maldito hijo de p**ta.-reaccioné enojada. –Pero… ¿cómo es que lo sabes?-fruncí el ceño.
-Toda la escuela lo sabe, la secretaria tiene muchos informantes, al igual que la rectora.-
Quería agradecerles por su apoyo desde la primera temporada.
Quiero que recuerden que las segundas temporadas no siempre son tan emocionantes al principio, así que espero que no se aburran y dejen de leer...
Les digo que se vienen muuuchaaas cosas de aquí en adelante en la novela...y me encantaría seguir contando con su apoyo.
Mas adelante les haré una propuesta!!
Y voy a empezar con las dedicatorias en los capítulos!
Y...haré recomendaciones de otras novelas, si ustedes tienen una novela y quieren que sea recomendada, me pueden enviar su mensaje y publicare la novela al final de algún capitulo...les parece?? ☺
Creo que eso es todo, en verdad gracias por TODO...
No olviden votar y comentar! ❤
Bye! ❤ nos vemos luego...*espero que pronto*