Capítulo 19: Don Quijote y Sancho Panza.
-Maldita perr*, di la verdad, eso no fue lo que pasó.-
-¡Allyson!-me gritó la "directora"
-Lamento que todo esto sea por culpa de ella señora directora, pero no es posible que...-
-¿Todo esto es cierto?-me miró. -No estoy completamente convencida. Señorita Patric, usted tiene antecedentes de mala conducta en otras escuelas. Y de Allyson ni se diga, creo que todos en esta escuela son testigos.-uy, golpe bajo.
-Debe de creerme, ella me estaba golpeando.-me señaló.
-¿Por qué no dices cómo inició la pelea?-la miré. -Pero la verdad.-al ver que se tardaba mucho, estoy segura de que estaba inventando una linda y larga historia para confundir.
-Castíguela.-
-No voy a tomar cartas en el asunto sin saber qué fue lo que pasó.-la chica rubia de apellido Patric, bufó.
-Es injusticia.-
-Injusticia es que yo esté aquí.-gruñí. Mamá nos observó por un momento, no puede ser bueno lo que viene a continuación.
-Después de clases, las quiero en mi oficina, si no vienen, el castigo será peor, por ahora, se perderán su clase, el maestro se pondrá muy enojado si regresan.-tomó asiento en su enorme silla de cuero. -Pueden irse.-por mi parte me sentía enojada, es la segunda clase que pierdo, ¿y cuentas clases he tomado?, ah sí, ninguna. Salimos de la oficina, y me percaté que teníamos sangre y moretones, mamá tenía razón.
-Felicidades, por tu culpa nos retrasaremos en la materia.-rodé los ojos.
-Mira, imitación barata de Madonna, no te golpeo como se debe, porque de por sí tengo muchos problemas, así que déjame tranquila.-levanté mi dedo índice.
-Mejor me voy, ya nos castigaron a las dos, no tengo nada más que perder.-se acomodó su cabello rubio por detrás de las orejas, seguramente en teñido.
Salió como modelo en las pasarelas, moviendo todo pero nada. Esta estúpida cree que me quedaré con los brazos cruzados, grave error. Mientras salía del edificio donde se encontraba las oficinas principales, pude percatarme que no sólo yo estaba siguiendo a esa chica, al pasar junto a unas bancas que rodaban un árbol, dos chicas comenzaron a secretearse y siguiendo con la vista a la chica. Eran rubias, no pude verles la cara, pero se levantaron sin pensarlo mucho y la siguieron. Me dio algo de curiosidad, así que hice lo mismo, era como una graciosa cadena, llegábamos a los jardines delanteros, donde a veces suelen hacer experimentos químicos, o algo me han dicho, di la vuelta en una esquina, pero no vi al par de chicas, la rubia oxigenada seguí caminando como si nada pasara, pero me pareció raro no ver a....
-¿Qué se supone que haces?-di un gritito y un pequeño salto del susto, volteé y el horror siguió corriendo por mi cuerpo. Unas gemelas, rubias, con la vestimenta muy parecida. Un momento... estas deben de ser las que pasan el reporte de quien fajó con quien a diario.
-¿Perdón?, ¿Quiénes son ustedes?-dije con algo de miedo y un toque de asco. Ellas se miraron entre sí y se rieron como si no me encontrara. Aclaré mi garganta y dejaron de hacerlo.
-Lo siento.-dijo la chica que tenía una blusa igual a la de su hermana, sólo que ella la tenía de color verde. -Me llamo Haylee, ella es mi hermana Kaylee, seguramente has escuchado de nosotras.-sonrieron con los dientes.
-No, pero sé de unas chicas muy parecidas que perturban la privacidad de los demás.-
-¡Somos nosotras!-dijeron al unísono.
-Oh...-tragué saliva. -No quiero ser grosera.-mentí. -Pero mejor hagan algo por su falta de imaginación para su ropa y dejen de ser metiches.-abrieron exageradamente la boca en señal de indignación.
-Eres algo grosera para ser la hija de un empresario conocido por todo el estado, quizá por todo el país.-dijo.... Creo que es Kaylee
-Todos dicen lo mismo, busquen algún otro insulto. Adiós.-di media vuelta sobre mis talones para dirigirme a la cafetería, con algo de suerte me toparía con mi primo, y le daría mi versión de la historia para que la contara con su madre y aclarársela a mi mamá.
Llegué sin ninguna distracción, eso quiere decir que estaré sola durante... 30 o 45 minutos más. Compré un panqué de chocolate, algo no tan sofisticado comparado con todo lo que vendían en esa universidad. Me senté en las mesas que se encontraban en el jardín, no di ni un sólo bocado y estaba por escupir todo lo que tuviera en mi boca. Harry, estaba buscando desesperadamente algo, o alguien, estaba pensando en el fondo: "Que no sea yo, que no sea yo". Al parecer mi suerte nunca va a cambiar.
-A ti te estaba buscando.-llegó con la cara muy seria, creo que nunca puedes resistir una cara así de seria. Intentaba no mostrarme atemorizada, pero si pudiera salir corriendo, lo haría.
-¿Qué quieres?-ahora sí le di una mordida a mi panqué. Se sentó frente a mí y dejó sus cosas a un lado.
-Son dos cosas que quiero saber. Uno, no creí que estuvieras tan desesperada por tener un novio como yo, y dos, ¿tienes alguna explicación de por qué estabas golpeando a esa chica?-