Manada Improvisada.

Instintos Omega.

Katsuki se removió entre la cobija y las almohadas, sintiéndose más pesado de lo que él recordaba.

Todavía era tarde, así que decidió no abrir los ojos, podía respirar y con eso bastaba para Bakugou, después de todo había sido un día muy ajetreado en la UA.

Lo que si lo despertó fueron golpes suaves a su cabello, presionando las hebras doradas con cuidado para ver cómo regresaban a su lugar casi de inmediato.

--- ¿Uh?--- murmuró tratando de mover la cabeza pero, una vez más, su cuerpo pesaba demasiado como para moverse, aún si ya era de día.

Trato de enfocar sus ojos cuando una cabellera castaña apareció en las orillas de su vista, acomodándose sobre su maldita cabeza para segur durmiendo.

Solo ahí se dio cuenta de que todos los cachorros estaban encima de él.

Y es literal, están arriba incluso de su pecho.

Suspiro.

Tan solo esperaría a qué Kendou llegará porque el mismo no puede mover a casi 20 niños de su cuerpo sin hacer llorar a 19.

Afortunadamente llegó temprano.

Desafortunadamente trajo compañía.

Aizawa podía notar la cara de fastidio que su alumno tenía desde kilómetros y aún así no le tenía lástima, es más, saco su teléfono y tomo una foto que muy probablemente compartiría con los demás maestros de la UA.

--- Dejen de estarme viendo y quitenme a estás sanguijuelas antes de que me quiten las ganas de vivir.--- gruño, por lo que los otros dos (Alfa y Beta) obedecieron sin antes burlarse sutilmente.

Cada niño y niña fue puesto en una cama individual en un cuarto diferente (el lugar era enserio grande) para que siguieran durmiendo.

Seguido de esto, Katsuki se levantó del suelo, sacudiendo el polvo inexistente que había en su uniforme para después caminar hacia la salida.

--- ¿A dónde vas, Bakugou?--- cuestionó el docente revisando los bebés más pequeños, quienes seguían durmiendo como si nunca lo hubieran hecho en sus pocos años de vida.
--- A darme una maldita ducha.--- respondió sin esperar algún seguimiento por parte de Shouta.

Katsuki tallo sus ojos, cansado aún cuando durmió bastante.

Su Omega estaba algo confundido por el cambio tan repentino de instintos, pues pasó de estar siempre alerta, defensivo y asustado a ser cariñoso, protector y paternal.

Supone que el mismo también lo está.

--- Buenos días, Bakugou.--- hablo Yaoyorozu apareciendo de la nada a su lado con una sonrisa dulce.
--- Buenos días.--- la fémina se sorprendió ante su respuesta, pero no le tomo importancia, después de todo parecía que estaba agotado.

--- Supe que trajeron niños y los estás cuidando, ¿Quieres que te lleve las anotaciones que den?---

--- Estaría bien, pero no sé si los niños me dejen trabajar.---

--- Puedo acompañarte en la noche, si gustas.---

Momo era una Alfa muy educada por decir poco, su aroma era tenue y, por sobre todo, era buena con todo el mundo, no sería capaz de dañar a los cachorros.

--- Bien, te esperaré ahí.--- la fémina asintió satisfecha, notando prontamente la falta de parche en su cuello.

Con cuidado, la chica paso su mano por sus hombros para acercarlo más a ella, notando su confusión antes de susurrar a su oído: