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*Tres meses después*

*7:00 PM*

Alissa.

Khalid entró a mi habitación con un vestido en una mano y unos tacones en la otra.

—Ponte esto, salimos en una hora— lanzó todo a la cama.

—¿A dónde vamos?—

—Vamos a ver una pelea, y necesito ir con mis putas— dijo y salió.

Un evento más, una nueva oportunidad de salir de aquí. No sé como, pero hoy voy a largarme de esta vida de mierda. Tengo que encontrar alguna salida en el lugar al que vamos a ir.

Me puse el vestido y tacones de prostituta que trajo Khalid y salí de mi habitación hacia el baño. Al entrar lo primero que vi en el espejo fueron unas ojeras gigantes y morados en mi cara, cuello, brazos y piernas. Algunos me los hizo Khalid, otros salieron de los intentos fallidos de salir por las ventanas y otros me los hice yo misma en momentos de desesperación y ataques de ansiedad. Intenté cubrir todo eso con el poco maquillaje que me quedaba, lavé mis dientes, organicé un poco mi cabello y puse un poco de perfume en mi cuello y muñecas. Agradezco que había metido todo eso en mi maleta, la maleta que supuestamente iba a llevar a la casa de mi prima. Algunos recuerdos vinieron a mi cabeza. Mi padre diciendome que debía irme, yo diciéndole adiós, pensando que iba a verlo después.

Mierda Alissa, no pienses en ese maldito día si no quieres salir con los ojos rojos e hinchados.

Iba a salir de ahí cuando mi labial cayó al piso, me puse de rodillas para recogerlo y al levantar mi mirada vi los tacones negros de Billie a unos centímetros de mi. Sus piernas se veian hermosas, como siempre. A pesar de los morados se veian perfectas. Me levanté lentamente mirando cada detalle de ella. El pequeño vestido negro estaba tan ajustado a su cuerpo y su cabello plateado tan perfectamente desacomodado que podía sonrojarme con tan solo mirarla. Y creo que eso me pasó a mi. Sentí como mis mejillas ardían, pero gracias a la poca luz que había ella no lo notó.

—¿Ya estás lista?—preguntó ella pasando su mano por su sedoso cabello y mirándome despacio de arriba hacia abajo.

—Si ¿Y tu?—respondí intentando no ponerme nerviosa.

—Solo falta maquillarme— salí del baño y ella entró.

En este tiempo he aprendido varias cosas sobre Billie. Una de ellas es que odia usar maquillaje, pero debe hacerlo por que Khalid la obliga. Otra cosa que aprendí, o más bien confirmé, es que tiene una actitud de perra en la que no le importa nada ni nadie. Antes lo he dicho, en un momento podemos estar a punto de besarnos y a los segundos ya tiene su actitud de mierda.

Pero a pesar de eso, siento cosas por ella. Cosas que nunca había sentido por nadie en toda mi vida. En especial por una chica.

*9:15 PM*

Vamos de camino a la pelea en una de las camionetas de Khalid. Las otras camionetas van adelante y atrás de nosotros con sus guardaespaldas.

Como siempre Khalid está en la mitad de Billie y yo, tocandonos y besándonos a la fuerza.

Llegamos al lugar. Era una bodega gigante, afuera habían miles de personas formadas en una fila esperando a entrar. Khalid fue directo a la puerta, habló con un guardia, éste miró una lista y nos dejó pasar.

Adentro el lugar se veía aún más grande, en el centro había un octágono y a su alrededor cientos de personas. Khalid, aún en la mitad de nosotras dos, nos llevó junto con sus guardaespaldas por unas escaleras al segundo piso, en este piso habían varias puertas, algunas de ellas abiertas y otras cerradas. Una de las que estaba abierta tenía dos guardias a cada lado, Khalid se acercó y le dijo su nombre a uno de ellos, igual que en la entrada éste miró una lista y nos dejó pasar. En esta sala había un bar y un balcón, dejando ver a la perfección el primer piso.

En la sala habian algunos hombres, unos acompañados de sus prostitutas, otros drogandose y tomando de sus asquerosos pero costosos tragos, y unos cuantos hablando entre ellos. Khalid se acercó a dos hombres que estaban en un sofá acompañados de sus putas. Uno era viejo y tenía cara de narco, como todos los que habían aquí. El otro era el más joven de toda la sala, era alto y algo musculoso. Cuando Khalid llamó su atención los dos nos voltearon a mirar, pasaron lentamente sus ojos por mi cuerpo, desde mis pies hasta la cabeza, e hicieron lo mismo con Billie.

—Khalid, amigo, no te veía hace años— dijo el más viejo, levantándose para saludar al cerdo asqueroso que tenía a mi lado (si, hablo de Khalid) —Él es mi hijo— dijo señalando al joven.

—¿Thiago? Estás gigante, no te había reconocido— dijo Khalid —ellas son mis putas, Billie y Alissa— dijo empujándonos hacia los dos hombres. Pude notar la mirada de el tal Thiago sobre Billie de una manera intensa, sabía que la estaba desnudando en su mente, y créanme, más que incomodarme me hizo sentir celos.

Luego de un rato de escuchar a Khalid hablando sobre drogas, dinero, mujeres, joyas y demás con los otros dos hombres; finalmente inició la pelea. Realmente solo espero que todo esto acabe rápido para quitarme las manos de Khalid de encima y poder dormir un poco.

Nos dirigimos al balcón, teníamos una vista perfecta del lugar de la pelea. Khalid estaba en la mitad de Billie y yo, y al lado de Billie, Thiago. Podía ver como  éste veía todo el cuerpo de Billie, una y otra vez. Sé que en su mente estaba imaginando las mil y un maneras de como podía cogersela, es como ver a un perro admirando su hueso. Dios, nunca espero nada de los hombres y aun así me decepcionan, me dan asco.

*10:22 PM*

Habían pasado sólo algunos minutos y ya estaba completamente metida en la pelea, viendo cómo se destrozaban la cara mutuamente, cómo caía la sangre de los dos al suelo manchándolo completamente de rojo. Siempre he disfrutado ver de estas peleas en la televisión, papá y yo acostumbrábamos a verlas comiendo palomitas, hot dogs y toda la comida chatarra que podíamos encontrar en casa. A este punto, esos recuerdos parecen demasiado lejanos, y aunque duelen, es difícil evitarlos. Pero no voy a desperdiciar más mi tiempo pensando en ese ser humano despreciable, en ese ser humano al que siempre amé, al que supuestamente es mi padre. 

Agité mi cabeza intentando sacar la imagen de mi padre de mi mente, y volví a la realidad.

Se escuchaban gritos, insultos, habían miles de luces iluminando la pelea, podía oler la marihuana y el alcohol desde ese balcón. En el octágono solo habían golpes y sangre, uno de los hombres tenía al otro acorralado, dirigiendo toda su ira y puños a su cara. Mierda, como deseo hacer eso con Khalid. Destruir su asquerosa cara y arrancar su tatuaje con mis propias manos.

Voltee a ver a Khalid, quería imaginarme cómo se vería su cara si hiciera eso, pero, algo más llamó mi atención.

Los asientos de Billie y Thiago estaban vacíos.

The bet [Billie Eilish] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora