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Billie

Esposó mis dos manos y pies a su cama, haciendome totalmente vulnerable hacia él. Nisiquiera intenté luchar, sabía que por más que lo intentara él siempre iba a ser más fuerte que yo.

—¿Ves? Eres mucho más sexy así vestida— como si me importara verme sexy para este animal.

Se sentó en la cama junto a mi y empezó a acariciar mi mejilla, luego me besó de la forma que tanto odio. Después de unos minutos se quedó mirándome a los ojos.

—No debiste hacer eso, preciosa— solo rodé los ojos y miré hacia el techo. De repente sentí un golpe fuerte en la boca e intenté con todas mis fuerzas no llorar, pero dolía como la mierda. Sentí el sabor de sangre en mi lengua y también como mi labio ardía.

Pero lo peor de todo es que sabía que este apenas era el comienzo.

Khalid tenía una sonrisa cínica mientras me veía sangrar y yo solo quería arrancarle ese mugroso tatuaje de la cara con un cuchillo. Me golpeó otra vez en la boca y dos veces más en el ojo, más algunas cachetadas que dejaron mi mejilla completamente roja y que probablemente en unas horas se pondría morada. Evité llorar pero el dolor no lo hizo posible.

Khalid sacó del armario un látigo —preparate pequeña perra, quiero verte sufrir—

Y YO QUIERO VERTE MUERTO TIRADO EN UN RÍO ANIMAL DE MIERDA. Quisiera morirme en este mismo momento, pero por desgracia tengo que aguantar toda esta mierda. Él empezó a acariciarme con el látigo, pero después empezó a pegarme con él. Recibía un golpe tras otro, sin poder hacer nada con mis manos y pies pegados a la cama.

—Khalid— dije en un tono apenas entendible, el se detuvo —¿Puedes dármela?—

—No, quiero que estés consciente está vez— dijo y continuó pegandome. Prefiero mil veces estar drogada (como a veces el aprovechaba para hacerme todo lo que quería) para no acordarme de esto luego, pero él no iba a darme nada esta vez.

Después de unos eternos minutos sintiendo un infierno en mis piernas, abdomen y brazos Khalid se detuvo. Se subió a la cama y luego encima mio, bajó mis bragas y entró en mi. Mientras lo hacía intenté pensar en cosas bonitas y una de esas fue la chica, que por cierto aun no conocía su nombre. No sé por qué pero ella vino a mí mente. La única vez que la había visto tenía a Khalid encima, en su cara se podía ver el asco y miedo que tenía en ese momento, pero aún así se veía bien. Mierda debo dejar de pensar en ella, solo es una puta más.

Luego de otra eternidad recibiendo golpes mientras él salía y entraba en mi, Khalid por fin terminó, pero lo más asqueroso es que lo hizo en mi abdomen. Se levantó y limpio el desastre de mi estómago, quitó las esposas (que por cierto habían hecho grandes marcas en mis muñecas y tobillos) y se vistió.

—Voy a salir— dijo poniendose los pantalones —debo ir a la mansión por algo de ropa y voy a traer a Ana— salió de la habitación.

Ana era la encargada de la limpieza en la mansión y aquí en este lugar. Estoy ansiosa por verla, hace mucho, MUCHO tiempo no viene y por eso todo aquí apesta.

Intenté levantarme pero mis piernas no respondieron, no tengo fuerzas para caminar. Solo logré ponerme de nuevo mi ropa interior cuando me di cuenta que seguía sangrando en el labio, me dolía el ojo y las mejillas, además de las heridas que tenía por todo el cuerpo gracias al jodido látigo. Cuando recuperé algo de fuerza escuché como Khalid salió de la casa.

Me levanté y salí despacio de la habitación rogando por que no hubiera ninguno de sus hombres ahí afuera, y por suerte no había ninguno. Miré por el pequeño hoyo de la puerta y Khalid estaba dándole órdenes a los tipos armados de la puerta para finalmente salir de ahí con otros dos hombres tras de él. Me giré y lo primero que vi fue whisky en la mesa de la sala, lo agarré y tomé hasta que no sentí ardor en mi garganta.

Al terminar recordé que debo curarme toda esta mierda, pero primero fui a la cocina, saqué un vaso con agua y lo bebí casi todo. Cuando estaba por tragar el último poco de agua escuché pasos atrás de mi, giré y era la chica. Al verla me ahogue con el agua que tenía en la boca y si, demostré por segunda vez lo estúpida que soy justo cuando no debo serlo.

—¿Estás bien?— preguntó algo preocupada.

—Si, si, solo me asusté— dije —no sabía que estabas aquí— ella sonrió.

—Supongo que eres la que me salvo de ser violada por ese maldito hijo de puta— asentí —enserio te lo agradezco—

—No es nada. Es horrible cuando Khalid te usa para eso— dije y señalé mi cuerpo lleno de heridas.

—¿El te hizo eso?— asentí nuevamente y ella abrió los ojos sorprendida —es un enfermo de mierda—

—Esto no es nada, me ha dejado mucho peor— lo dije como algo normal, porque ya lo es.

—Debes curarte eso—

—Si, eso iba a hacer, solo necesitaba tomar algo de agua— dije y pasé a su lado dirigiéndome al baño, allí saqué un botiquín que había en caso de "emergencia" ya que Khalid a veces se peleaba con tipos y llegaba lastimado, y me obligaba a curar todo eso.

La chica me quitó el botiquín de las manos —déjame hacerlo—

—No tienes por qué— dije e iba a quitárselo pero ella se negó.

—Tu me salvaste de Khalid, yo te lo debo— bueno, no puedo argumentar nada ante esa lógica. Entré a mi habitación y ella fue detrás mío.

Nos sentamos en la cama con el botiquín en la mitad de nosotras. Ella sacó una gasa y la llenó de alcohol, después la puso delicadamente sobre mi labio y mierda, ardió tanto que no pude evitar unas cuantas lágrimas. Luego limpio la sangre que había en mi cara y bajó a mi cuerpo, llenó la gasa con más alcohol y la pasó por las heridas un poco abiertas en mis brazos, ahí vi tres malditos infiernos del jodido dolor que sentí. Siguió con el abdomen, y mientras lo hacía miré cada facción de su cara, miraba tan concentrada cada detalle que sólo sentí un poco de dolor cuando pasó la gasa por las heridas. Cuando bajó a mis piernas seguí mirando cada centímetro de ella, sus manos, su cabello, su cuerpo y para serles sincera, esta vez no sentí nada de dolor. No se si fue porque el whisky estaba haciendo efecto o porque estaba admirando cada parte de su cuerpo, pero el dolor se fue de mi por unos momentos.

The bet [Billie Eilish] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora