9

1K 100 32
                                    

Alissa

—¿Mejor?— pregunté y ella asintió.

—Enserio no tenías que hacerlo— me miró fijamente y noté como una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

—Debes descansar— dije mirándola a los ojos. Son tan azules como el océano, pero estaban un poco rojos debido al llanto.

Guardé todo en el botiquín cuando escuché la puerta abrirse.

—Mierda— dijimos al mismo tiempo, me levanté y ella fue detrás de mí.

Salimos de la habitación y por suerte en la puerta de entrada solo había una mujer algo mayor, pero no Khalid. Al vernos la chica de cabello plateado puso su dedo índice en su boca, haciéndole una seña de silencio a la mujer y ella solo asintió.

—Entra ya a tu cuarto, y por nada del mundo le digas algo de esto a Khalid ¿Entendido?— asentí y entré a mi habitación.

Me acosté en la cama y fijé mi mirada en el sucio techo. ¿Que acaba de pasar? ¿Quién era esa chica? Mierda, olvidé preguntarle su nombre. Ha de ser igual de bonito que ella. No. Alissa, deja de pensar en ella. En sus lindos ojos y su cabello sedoso. Nunca te ha gustado una chica ¿Por que hacerlo justo ahora? Además, no sabes nada de ella. Apenas la conoces. Es la segunda vez que la ves. No sabes ni la mitad de lo que puede ser ella.

Miles de pensamientos pasaban por mi cabeza con tanta rapidez que las náuseas volvieron a mi cuerpo. Intenté ignorarla por unos minutos, pero fue imposible detener el vómito. Me levanté rápidamente de la cama para ir al baño pero solo pude llegar hasta la mitad del pasillo. Mierda. Lo poco que había comido salió de mi estómago y quedó regado en el estrecho pasillo.

—No me jodas— escuché a Khalid —Ana limpia todo esto— dijo acercándose a mi.

La mujer que había visto hace unos minutos se acercó con una trapera y empezó a limpiar. Mientras yo seguía de pie sin decir nada, Ana me miró con lástima. Entré al baño para lavarme los dientes  y sacar este asqueroso sabor de mi boca, mientras lo hacía escuché como Ana habló.

—¿Estás bien?— preguntó. Iba a responderle pero Khalid habló primero.

—Por supuesto que está bien ¿No la ves? Está pasada de buena— Ana rodó los ojos —Aprovechando que estás afuera de la habitación tengo que decirles algo— abrió la puerta de la otra chica y le hizo señas para que saliera, en ese momento salí también del baño —Voy a presentarte a mi nueva puta. Billie ella es Alissa , Alissa ella es Billie—

Así que ese es su nombre. No me imaginé que fuera ese, pero le queda bastante bien. Solo a ella le queda bien. Mierda Alissa concéntrate ¿Ya que quiere éste animal?

—Al punto, Khalid— dijo Billie algo grosera mientras Ana se iba a la cocina.

Khalid levantó su mano para pegarle a Billie, pero la detuvo a unos centímetros de su cara —No lo hago porque estoy de buen humor, zorra— ella mantuvo su cara de "no me importa" todo el tiempo —Bueno, lo que iba a decirles es que mañana iremos a una fiesta y tienen que vestirse como lo que son: putas—

—No tengo ropa— dije en voz baja.

—¿Que dijiste?— preguntó Khalid acercándose a mi.

—¡Que no tengo ropa porque se supone que iría a casa de mi jodida prima dos malditos días!— grité en su cara.

—No me grites pequeña perra— agarró mi cara con su enorme mano —Y no me importa que te vas a poner ni de donde lo vas a sacar pero vas a ir como una puta, porque eso es lo que eres ¿Entiendes?— me soltó bruscamente y se fue a su habitación.

Me sobran las ganas de coger su cuello y apretarlo hasta que su asquerosa cara se ponga morada y ruegue por su vida, y luego...

—Puedes ponerte mi ropa— Billie me sacó de mis lindos pensamientos.

—No es necesario—

—¿Prefieres que Khalid te saque la mierda a ponerte un vestido corto?— no respondí —A ver, entra— agarró mi mano y me jaló a su habitación.

Ahí también había un pequeño armario como en la mía. Ella lo abrió y miró todo lo que había adentro hasta que encontró un pequeño vestido rojo, lo sacó y me lo entregó.

—Pruebatelo— dijo y me levanté, iba a ir hacia el baño pero ella me detuvo —¿A donde vas?—

—Al baño, me voy a... — ella me interrumpió.

—Ana está limpiando toda la casa y cuando ella lo hace a Khalid no le gusta que molesten—

¿A quien le molesta que usen el baño unos minutos? Bueno, la verdad no me importa si es verdad o no, solo voy a cambiarme aquí si eso es lo que quiere.

Quité mi blusa y bajé despacio mis shorts, luego me puse el sexy vestido y realmente no me queda nada mal. Pensé que iba a parecer una puta barata, pero ahora que me veo en el espejo me siento segura de mi misma, y muy pocas veces me pasa eso. No sé si es por el vestido o porque Billie no deja de mirarme, pero mi autoestima está por las nubes.

—¿Y? ¿Muy puta?—

—Nah, te queda bien— dijo, se giró hacia el armario y empezó a buscar no se qué.

¿Solo va a decir eso? ¿Te queda bien? Pensé que diría, no sé, otra cosa. Me estaba mirando tanto que... Alissa, reacciona estúpida, ella no está en la obligación de decir nada, ni siquiera la conoces bien y ya estás esperando a que te diga que te quiere coger.

—¿Y que te vas a poner?— le pregunté mientras me quitaba el vestido y me ponía mi ropa de nuevo.

—No lo sé— sacó un vestido igual de sexy al mío pero negro —Creo que este es perfecto— lo puso sobre la cama —Oh mierda, se me olvidaba, escoge los tacones que quieras— dijo señalando la parte de abajo del armario. Habían unos 5 pares de tacones super, SUPER altos y otros 5 pares de tenis sucios y gastados.

Me acerqué, me puse en cuclillas y tomé unos dorados, ella hizo lo mismo con unos negros que estaban al lado de los que elegí. Nuestras manos estaban a unos pocos centímetros de distancia, pero no podía hacer nada más que aguantar las perras ganas de tocarla. Para evitar cualquier estupidez de mi parte me levanté, agarré el vestido rojo y me dirigí a la puerta.

—Gracias—

—¿Por qué?— preguntó ella poniéndose de pie.

—Por esto— dije y levanté un poco mis manos mostrando el vestido y los tacones.

—No es nada— dijo seria (bastante la verdad), cerró el armario y puso su cabeza sobre este. Salí de su habitación y me metí en la mía algo confundida.

Con lo poco que he pasado con ella he notado que cambia de humor muy rápido. En un momento estoy curando sus heridas y ella está bien, sonriendo y mirándome fijamente al punto que empiezo a dudar si puede ver mi alma, luego me ofrece su ropa y un minuto después tiene una cara de perra, está demasiado seria y nisiquiera habla. Aunque apenas la conozco, no tiene por qué ser amable conmigo solo porque yo lo soy con ella.

Para ser sincera, el tiempo que estuve con ella me ayudó a olvidar la mierda de vida que tengo en este momento, la mierda de padre que me vendió con un puto enfermo de la cabeza y la mierda de persona que me siento. Siempre he tenido problemas conmigo, pero ¿estoy tan mal como para que mi papá me haya apostado con un desconocido? ¿Valgo tan poco como persona? Al parecer para ellos soy solo un objeto.

The bet [Billie Eilish] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora