Capítulo 10 - Emily

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Cinco San Franciscos descansan sobre una mesa en la terraza de Fred's Lair. Lucy y Luke han congeniado muy bien, quizá porque ya se han visto alguna vez desde el regreso a casa de mi viejo amigo. Hailey, por su parte, no para de observarlo de arriba abajo, creyéndose una máquina capaz de detectar hasta el más insignificante de los secretos.

Blanca lo ha recibido bien. Bueno, bien desde que nos acomodamos en las sillas, porque lo primero que dijo fue algo así como:

―Así que tú eres quien le rompió el corazón a mi amiga.

Dato explicatorio: jamás le dije a Luke que me hubiese roto el corazón. La razón, como podréis comprender, es porque eso implicaría que yo hubiera estado enamorada de él. No enamoramiento = no corazón roto.

Sí, ese es mi mantra.

¿Cuál fue la reacción de Luke? Supongo que os lo estaréis preguntando, o quizá no, pero os lo diré de todas formas. Simplemente giró su cara hacia mí, haciendo chocar nuestras miradas, y, con una sonrisa en la cara, respondió:

―Soy el gilipollas que creyó que podría estar sin ella y se equivocó.

No quise que la charla se tornara incómoda desde el comienzo, por lo que bromeé con mis amigas diciendo que ellas saben perfectamente que, una vez que cuentan conmigo como amiga, saben que no pueden vivir sin mí. De esa manera, las risas y las burlas comenzaron, y pudimos pedir nuestras bebidas como si fuera una quedada más.

―Oye, Luke ―Blanca interrumpe el momento de Luke saboreando su cóctel y el aludido la mira, bajando su copa―, ¿echas de menos tu vida con la banda? Digo, son casi tres semanas aquí y se te ve cada vez más cómodo.

―¿Cada vez más cómodo? ―bromea Lucy―. Acabas de conocerlo, B, quizá se muestre amable con nosotras para causar buena impresión a las amigas de Emily.

Abro ampliamente los ojos para indicarle a Lucy que no diga ese tipo de cosas en presencia de Luke. ¡No pueden hablar como si él no estuviera delante!

―Bueno, ambas tenéis parte de razón.

Hailey alza las cejas con escepticismo. No se cree nada de él, y la entiendo. Ha vuelto a discutir con Charles, a pesar de haber jurado y perjurado que no volverían a hablar, así que ha vuelto a la fase inicial de la ruptura: desconfiar de todos los hombres.

―Explícate ―demanda.

―Pensé que se me haría más difícil alejarme de ellos. Hablamos a menudo, y con Ashton comparto piso aquí, pero no hablamos nada en relación a la banda. Sé que quiero continuar haciendo música con ellos, pero aquí estoy muy bien ―se toma una pausa para beber y se relame los labios al posar el vaso―. Con respecto a causaros buena impresión... Sí, definitivamente me alegraría hacerlo. Emily y yo estamos en proceso de recuperar nuestra amistad ―continúa mirándome― y me gustaría que apoyarais eso.

―Está yendo todo bien, Luke ―le aclara Lucy apretando suavemente su brazo―. Aquí mi amiga ―dice señalando a Hails― es la persona más desconfiada del mundo en estos momentos. Pero nos caes bien, así que tienes nuestra bendición para estar con Emily ―añade despreocupadamente, bebiendo de su copa.

―¡Lucy! ―la riño―. Sólo somos amigos, parad ya ―digo avergonzada―. Discúlpalas, Luke, no acostumbran a que haya hombres en el grupo y se alteran con nada.

―Tranquila ―ríe―, estoy acostumbrado a que me emparejen con todo el mundo.

La charla continúa sin tensiones y yo no puedo evitar mirar a Luke de reojo. Todo está resultando tan sencillo... ¿De verdad podemos recuperar nuestra amistad así de fácil? Era mi intención, por supuesto, pero siento un cosquilleo en mi interior cada vez que pienso en lo natural que es todo a su lado, y eso me asusta. Me asusta porque todo lo que una vez sentí está volviendo a emerger, o quizá es el recuerdo de cómo me sentía lo que estoy experimentando.

O quizá, simplemente, nunca dejé de quererlo.

***

Un restaurante de lujo es el elegido para nuestra velada. Los dueños son clientes de papá, por lo que siempre nos sale todo gratis. Aunque, cuando vengo sin ellos, al menos dejo propinas generosas para no sentirme mal.

―No pensé que me traerías aquí ―comenta Luke mientras esperamos nuestra comida.

―Bueno, supuse que con tu vida de estrella estarías acostumbrado a estas cosas, por lo que pensé que sería lo que preferirías.

―Sigo siendo el mismo chico de siempre, Em ―suspira.

―Lo sé ―murmuro. Al darme cuenta de que me mira sorprendido, procedo a explicarme―. Te observo las veces que nos vemos, Luke. Es como estar con mi mejor amigo, el de antes, el de siempre. Como si no hubiera pasado el tiempo.

―¿Eso es bueno o malo?

―Bueno. Muy bueno, de hecho ―sonrío.

He leído en numerosas ocasiones cómo el mundo parece pararse cuando sientes esa conexión mirando a otra persona, y creo que es lo que me sucede en estos momentos. Nuestros ojos mirándose con una calidez impresionante, en ambas caras dibujadas sendas sonrisas.

Pero no siento que todo se haya parado, como suelen decir. Soy plenamente consciente del movimiento a nuestro alrededor, de las risas y del sonido de los cubiertos en los platos de las otras mesas. Simplemente no me interesa nada más que mirar a Luke, porque siento que nos estamos comunicando mucho más así, sin hablar, que de la otra forma.

Un camarero de la edad de mi padre llega para servirnos, interrumpiendo, así, nuestro momento. En parte lo agradezco, pues no sé qué significaba.

―Echaba tanto de menos esto ―comenta Luke devorando el segundo plato.

―¿La comida? Estoy segura de que por Los Ángeles también puedes comer estas cosas ―bromeo.

―No es la comida, sino esto. Tú y yo compartiendo una cena como antes, estar en un lugar que reconozco como casa. Creo... ―titubea un momento, frunciendo el ceño―, creo que necesito encontrar la manera de trasladar esto a mi lugar de residencia.

―¿Por qué lo quieres complicar tanto? ¿No sería más sencillo mudarte de nuevo aquí? Podrías montar tu propio estudio, y si el problema es debido a contratos, mi padre estaría encantado de ayudarte, estoy segura.

―¿Me está pidiendo que me venga a vivir a su misma ciudad, señorita Jenner? ―pregunta inclinándose sobre la mesa, flexionando los codos en un movimiento muy provocador.

―No te estoy pidiendo nada, idiota ―río―. Sólo quiero que seas feliz, y pareces serlo más aquí.

―Cierto ―asiente―. Quizá pueda venir al menos una vez al mes, quizá sólo necesite dosis mensuales de Emily Jenner ―comenta despreocupado.

―Existen las videollamadas, Luke. No hace falta que vengas para que podamos hablar. Aunque entiendo que gano mucho más en persona ―agrego guiñándole un ojo.

―Ganarías de cualquiera de las maneras, Emily.

Y así, señoras y señores, es como se me acelera el corazón. Porque sólo necesito que él me mire, me hable o me sonría para que, muy a mi pesar, se tambalee todo mi mundo.


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¿Cómo estáis? ¡Espero que os haya gustado el capítulo!

¿Confirmamos que a Emily se le han caído todas sus barreras contra Luke? Confirmamos.

Sus sentimientos anteriores han influido, por supuesto, pero es que Emily es 0 rencorosa y tiende a pensar siempre lo mejor de las personas. Esperemos que eso no la perjudique...

Si por aquí hay alguna lectora de La Chica Nueva, lo siento, no he podido publicar el extra de Leo, pero lo haré en cuanto pueda. 

¡Un besito!

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