Capítulo 17 - Luke

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―¿Cuál es tu prisa por echarnos? Deberías estar dando saltos de alegría.

―Me alegro de veros, David, me alegro de veras, pero ya tengo planes esta noche.

―La semana que viene es Navidad.

―Y, la siguiente, ¡fiesta de fin de año!

―Lo que quiere decir...

―Fiesta, alcohol, baile y mucho folleteo ―finaliza David. Él y Teresa parecen tener muy planificados sus días aquí.

―Haced lo que queráis, ya hablamos otro día.

―Pero, Luke ―Teresa se aferra a mí, provocando un rechazo que nunca había sentido con ella―, ¿no me vas a dar la bienvenida como me merezco? ―sus labios buscan los míos, pero no le respondo esta vez. Ella sabe que sólo somos amigos con derechos, siempre y cuando ambos quisiéramos seguir solteros. Pero yo ya no estoy en ese momento de mi vida.

―Hay mucho chico guapo por aquí ―digo.

―Pero tú ya no estás disponible.

―Lo siento ―miento.

Con un breve asentimiento de cabeza, se da la vuelta sin mirarme y se larga. David me lanza una mirada de circunstancias y sale tras ella.

Voy a mi cuarto y me quito la ropa que me puse para estar algo decente y, una vez que estoy cómodo, me lanzo contra la cama. La cama que aún huele a ella...

Un escalofrío recorre mi cuerpo de sólo pensar en la manera en la que estuvimos hace apenas unas horas. No sé cómo seré capaz de volver a Los Ángeles sin ella.

Sin pensarlo mucho, cojo mi teléfono y la llamo. Sé que no la traté de la mejor manera antes, pero, de haberla tratado mínimamente bien, David iría a por ella. Pronto sabría todo sobre ella y, misteriosamente, el mundo entero se enteraría.

Siempre lo he defendido ante Ashton, quien nunca se fio de él. Ahora, sin embargo, lo veo claro. El miedo que me entró en cuanto estuvo aquí... Quizá siempre lo supe, pero, dado que a mí no me importa con quien me relacionen o lo que digan de esas personas, le restaba importancia.

Ahora es diferente.

Tras seis tonos, la llamada se va directa al contestador. ¿Tan tarde es para que esté durmiendo?

Miro la hora y no llegan a ser las nueve. ¿Está enfadada conmigo? Claro que lo está.

Cojo unos pantalones de deporte y una camiseta y me largo del apartamento. En la calle me encuentro con Ashton, que por fin vuelve a casa.

―Tranquilo, hermano, ¿por qué tanta prisa? ―pregunta en cuanto me ve.

―Necesito ir a ver a Emily.

―Ay, madre, ¿ya la has cagado?

―Eso creo ―intento bordearlo para irme, pero me frena agarrando mi antebrazo.

―Cuéntame, ¿qué has hecho? Si es grave, mejor que hable yo con ella primero.

―Es que quiero llegar con ella, Ash. ¿Te vale un resumen rápido?

―Me conformaré por el momento. Dispara.

―David y Teresa han estado aquí. Emily estaba dormida en la cama y ha despertado. Ah, y la han visto ―digo rápidamente―. Bueno, y la saqué del apartamento sin apenas presentarla.

Ashton está muy callado. ¿Me habrá entendido?

―A ver si lo entiendo... Emily y tú os habéis acostado, estabais maravillosamente bien, pero la chica que está obsesionada contigo, o, más bien, con tu fama, y el amigo imbécil que tienes en Los Ángeles se han presentado aquí y tú has mandado a Emily a la mierda por ellos.

―La estaba protegiendo ―aclaro.

―Lo sé ―suspira―, pero eso ella no lo sabe. Habría sido más sencillo que la hubieras despertado antes de verlos y le explicaras todo. O que no les abrieras la jodida puerta.

―Vale, Ash, lo siento, tú siempre sabes qué hacer, pero yo estaba nervioso, ¿de acuerdo? ¡Me ha entrado pánico!

―Lo entiendo, Luke, y Emily también lo hará, estoy seguro. ¿Quieres que te acompañe?

―No, puedo solo, gracias.

Tras una despedida rápida, echo a correr a casa de Emily.

El camino se me hace más corto de lo que esperaba. Ahora estoy frente a la puerta de su casa y no tengo ni idea de cómo explicárselo.

No me va a escuchar.

La voy a perder otra vez.

Mejor...

La puerta se abre dejando a ver a la mejor amiga de Emily. Al verme, frena en seco, inspeccionándome con su mirada.

Durante mis semanas aquí, la impresión que me ha dado Lucy es la de una chica divertida y alegre, la mítica amiga que siempre quieres en tu equipo.

Ahora mismo desearía estar frente a cualquier otra persona, pues sus ojos amagan con abrasarme.

―Vete por donde has venido, idiota. Emily se ha quedado dormida tras llorar por un nuevo desprecio tuyo. No pienso dejarte entrar.

―Aprecio tu protección hacia Ems, pero, lo creas o no, le he hecho un favor. Confesar que lo es todo para mí habría sido marcarla como objetivo para quienes me visitaban.

Su mirada se suaviza, tornándose en una de confusión, lo cual me da esperanzas de ver al motivo de mi estancia en Townsville.

―No quiero verla mal por ti, estrellita ―Lucy da un par de pasos hacia mí, pretendiendo intimidarme. Sobra decir que lo ha conseguido―. Puede que tus intenciones sean buenas con ella. Puede que, como dices, estuvieras protegiéndola, pero sigues tomando decisiones por ella sin consultarle primero. Si realmente te importa, te interesará saber su opinión. Si, independientemente de lo que ella quiera, quieres que lo que pase aquí se quede aquí, búscate a otra. No eres un juego para ella.

―Ella tampoco lo es para mí ―aclaro.

―Me alegra saberlo ―asiente―. Espero que puedas convencerla a ella ―dice haciendo señas hacia la puerta entreabierta, invitándome a pasar.

En cuanto ella se aleja, yo entro y cierro la puerta.


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¿Queréis que Emily perdone a Luke?

David y Teresa ojalá se vayan, ¿no? Traen mal rollito.

El lunes fue mi cumpleee y dediqué un par de horitas por la mañana a UPA. Ganazasss de que la leáis!

Mírame A Los OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora