Capítulo IX Avvicinamento

210 14 7
                                    

Ibamos a medio camino cuando por fin hablé. 

- Mario ¿Cómo está la familia? 

Él me vio un instante por el espejo retrovisor y tras sonreir respondió

- Muy bien señor, gracias por preguntar. 

- ¿Prieta está mejor?

- Es una niña sana y es gracias a usted. 

- Me alegro- miré por la ventana- ¿Tardaremos mucho? 

- Solo unos minutos más, no quiero usar la sirena para no llamar la atención. 

- Entiendo. 

- Gracias. 

- Señor Cassano- me llamó- Debe saber que su nombre surgió en el pedido de extradición desde Corea. 

- Creí que tardarían más tiempo en descubrir que me fui. 

- Es por un crimen ocurrido hace más de diez meses. 

- Vaya... No me di cuenta que ya pasó tanto tiempo. 

- Siendo honesto señor, no creo que sepan que se fue, creo que el pedido es para intenar, no están seguros y están probando su suerte. 

- ¿Algún consejo? El jefe de policía debe saber que hacer ¿Cierto? 

- Creo que debe irse, salir del país lo antes posible, si bien no se registró su ingreso al país no creo que deba arriesgarse, su padre le diría que se fuera. 

- En eso se equivoca, Fabio me hubiese encomendado otro trabajo. 

- ¿Otro trabajo? 

"Ojo por ojo Vincenzo" 

- Problemas familiares. 

- Espero que lo resuelva pronto. 

- Gracias. 

Llegamos a un puerto abandonado y al caminar entramos en un viejo contendedor. 

- No puedo creer que diga esto pero... Me alegro de verte. 

- Igualmente Vincenzo. 

- ¿Qué está pasando Paolo? 

- Fingí mi muerte porque sé lo que hizo mi hermana, sé que sigo yo una vez que acabe contigo. 

- ¿Por eso te adelantaste y fingiste tu propia muerte? 

- Así es pero es cuestión de horas para que mi hermana lo descubra, sabrá que no fue ningúno de sus hombres y vendrá por mi. 

- ¿Por ayudarme? 

- Será la excusa pero ambos sabemos que María ya no quiere compartir la herencia.

- Entonces... ¿Por qué le diste una excusa? ¿Por qué me ayudaste? 

- Porque aún siendo la basura que somos... Jamás lastimaría a mi familia. Ella rompió con la tradición en el momento que jaló el gatillo contra Felicia, no importa la sangre, importa el lazo familiar- se acercó- Soy un hombre de ego y por eso intenté matarte pero también soy un hombre de palabra. 

- ¿Diste tu palabra de salvarme? 

- Claro que no.

- ¿Entonces? 

- Quiero que me debas un favor. 

- Mi favor será no matarte. 

- Casi, quiero salir del país sin dejar rastro. 

Vincenzo (FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora