T O X I C |•| Kibutsuji Muzan

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—¡Una bestia! —grita Inosuke al ver esa cosa tan grande de la ciudad.

—¿Nunca habían visto un tren? —Zenitsu nos mira con incredulidad.

—¿Está vivo? —pregunto yo al rubio con total confusión.

—Quizá sea el rey de este lugar que protege a los habitantes —Tanjiro agrega con un aura de admiración, a la vez que Inosuke le gritaba a ese tal "tren" que pelearan a ver quien era más fuerte.

Para la misión, íbamos a un sitio en específico, en el cual para llegar antes debíamos ir en esa cosa llamada "tren". Nunca había visto algo así antes, pues vivo en un pueblo, pero Zenitsu nos explicó que era. Una máquina que transporta humanos de un lugar a otro, increíble.

Finalmente, logramos entrar y sentarnos. Allí los chicos conocieron al pilar de la llama, Rengoku.

—¡Delicioso! —este exclamaba mientras comía de algunos platos que le servían.

Tanjiro habló más con él y se hizo su amigo rápido, típico de él. Mientras que yo por mi parte, no le di mucha importancia, no era la primera vez que lo veía, pero no era muy cercana a él. Aun así, me habló normal.

—Hola, _____ —miré hacía el pasillo de donde estaba sentada, él estaba delante mío con los brazos cruzados y su típica sonrisa segura. —¿Cómo estas? ¿Te fué bien con el entrenamiento de Shinobu?

Yo suspiré, y le miré insegura. —Soy un caso perdido, y ni siquiera sé porque Shinobu me elegiría, si realmente no puedo ni siquiera controlar la respiración de concentración —le digo, con una sonrisa triste.

Él, como siempre, suelta una carcajada simpática. —No te preocupes, si algo te puedo decir, es que Shinobu nunca toma decisiones sin tener una razón. Quizá lo veas como algo malo, y que vas a estorbar, pero si ella te trajo aquí, es porque nos vas a ayudar, ya lo verás. Todo tiene un motivo en esta vida —y de pronto, Rengoku acaricia mi cabeza con suavidad, para darme tranquilidad.

A pesar de tener 21 años, me sentí como una niña protegida, así que solo asentí con tranquilidad.

En el transcurso del viaje, no entiendo porqué, pero por una extraña razón me entró mucho sueño, y no solo a mí. Estaba sentada con Zenitsu e Inosuke, y de pronto, Inosuke cayó rendido en mis piernas, roncando. Quería apartarlo, pero simplemente me recosté en el vidrio de la ventana del tren y me dormí.

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—Es ella —la luna menguante suelta una gran risotada al enfrentarse con Tanjiro. Tenía tres peces de un tiro, sin duda se convertiría en una luna demoniaca superior. La chica que estaba buscando su señor Muzan, el pilar y el chico de aretes hanafuda. Sin duda era su noche, Enmu estaba encantado.

Enmu se fusionó con el tren gracias a su técnica de sangre demoníaca, y en cuanto se dió cuenta de que habían cazadores de demonio, no dudó en matarlos. Y claro, no sin antes observar el sueño de cada uno, de paso viendo que la chica que los acompañaba olía demasiado bien, y tenía un sueño con su amo. 

Empezaba a pensar que debía despertarla, pero claro, no era tan factible. Si la acompañaban los cazadores, es porque ella ahora estaba de su lado, así que decidió no tomar el riesgo. Solo optó por usar sus tentáculos y que formaran un escudo al rededor de ella, debía protegerla para ponerla sana y salva.

Y claro, eso fue visto y analizado por Rengoku, el cual se quedó fascinado. Al inicio se asustó, claro. Los tentáculos amenazan la vida de las demás personas que viajan con ellos, pero en cuanto cortaba aquel escudo que cubría totalmente a _____, no tenía ni un solo raspón, dormía como un bebé.