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Hace millones de años fue cuando empezó. Cuando las primeras civilizaciones empezaron a cabo. Yo en ese momento solo me alimentaba de pequeños animales.

Sé que existo y que he vivido así la mayoría de mi vida. Soy un ser poderoso, más que los humanos. Claro, hasta que la conocí a ella...

Había probado de todo tipo de sangre, desde animales a humanos. Pero jamás había olfateado ese tipo de sangre, es muy especial.

No recuerdo su nombre, pero sé que es un nombre sin sentido que sus padres le pusieron, solo por existir.

Ella actuó conmigo de forma amable, cosa que me cautivó. Me parecía increíble como un ser humano actúe tan gentilmente, pues todos eran hostiles, pero ella no.

Se acercó a mí y me ofreció de su sangre al ver que moría de hambre. No aguanté tanto, era tan exquisita y me abalancé sobre ella, la maté y me la comí.

Tiempo después caí en cuenta de todo lo que hice. Así ahora me arrepentía de comérmela, me dió mucho poder en solo un humano, me sentía tan fuerte que no necesitaría comer dentro de meses. Pero yo quiero más, necesito encontrar más de esta sangre.

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-Señor, la fin la encontramos -Kokushibo viene a mi con una chica, estaba tan asustada que temblaba como gelatina. Ese olor tan característico a esa sangre, era ella.

-Gracias, puedes retirarte.

Generación tras generación las he buscado. Solamente hay una cada 100 años, o al menos es lo estimado. Sí, hablo de chicas con sangre especial, y curiosamente son siempre mujeres muy jóvenes y vírgenes.

Para explicar mejor esto; entre tanta gente común, existe gente son sangre especial. Si un demonio toma e ingiere carne, equivale a comerte hasta 100 personas. Pero no, hay muchas personas así, es muy raro de ver. Y la mujer que siempre reencarnaba, poseía la misma sangre, siempre olía igual.

Siempre era la misma rutina, me tocaba obligarlas y someterlas. Al tener las lunas, las cuales hacían el trabajo de buscarlas, me era mas fácil. Pero, siempre terminaba perdiendo el control, las devoraba antes de lo imprevisto. Y aún que me daba la fuerza de 1000 personas.

-Maldición -gruñí simplemente con molestia al ver como la ropa rasgada de la última chica estaba en mis manos. Me la había comido toda casi que de un bocado.

Simplemente, su carne y sangre sabe exquisito. Es un placer increíble, como un fruto prohibido, tanto que mi pene se pone erecto con solo recibir una gota de sangre. Es como un afrodisíaco.

Pero no todo es de color de rosas, mi plan es preservar esas chicas hasta que mueran de viejas, para no tener que buscar tanto. Pero arruiné mi oportunidad.

Tuve que esperar otros 100 años, hasta que la encontré finalmente a ella. La chica definitiva. Lo digo, porque comúnmente las chicas eran secuestradas.

En esa me presenté a ella como un hombre honorable, y ella se ofreció totalmente a mí. Su nombre era bastante curioso, se llamaba Donna, como el veneno Belladonna. Justo se llamó así, porque su padre asesinó a su mamá con esta planta mortífera para los humanos.

Ella era tan hermosa, la humana que jamás había visto antes. Y simplemente yo caí enamorado de ella, por primera vez conocí a una mujer que ofrecía su carne y de su sangre a mí por amor. O al menos eso pensaba, cuando ella sonreía tan abiertamente al darme de comer su cuerpo, hasta pedirme desvergonzada que su sueño siempre fue ser devorada viva.

Y claro, ocurrió lo inevitable. Me la comí.

Lo peor de todo, es que por primera vez una vida humana me dolió profundamente. Pero bueno, no podía hacer nada más. Esperé otros 100 años más, hasta que la encontré otra vez. Y de forma casual, ya que yo estaba alimentando a mis nuevos demonios recién creados con cadáveres algo echados a perder, sus favoritos.

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⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

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T O X I C |•| Kibutsuji MuzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora