—¿Que hay pa' hoy?El brazo pesado y cubierto hasta la muñeca de su amiga colgándose de sus hombros hace que la chica morena se encorve un poco debido al peso.
—No lo se, tengo prueba recuperativa mañana.
Su amiga Diana quita el brazo de sus hombros y se detiene frente a ella para mirarla con el ceño exageradamente fruncido.
—¿Cómo qué prueba?, pero si hoy es tu cumpleaños número 18, Olivia.
—A la profesora Octavia le vale mil hectarias de verga que hoy sea mi cumpleaños. Quiere que haga la prueba mañana si o si.
—Di que estas enferma y listo, pachanga esta noche.
La morena suelta un suspiro cansado, quería hacer su fiesta pero la prueba de mañana podría definir su nota definitiva del año. Ya muchas excusas utilizó y no cree que la profesora Octavia le deje pasar otra.
—Así que... estudiaras toda la noche.
—Ese es mi plan, pero no tengo idea de por dónde empezar.
Olivia golpea la pequeña piedra que se atraviesa en su camino completamente resignada a su plan de cumpleaños.
—¿Al menos sabes lo que debes estudiar?
En eso Olivia se detiene y se queda mirando a los autos pasar frente a su escuela, cuestionando lo idiota que puede llegar a ser en algunos momentos.
—No lo sabes —completa su amiga—. Estabas de primera en la fila cuando Dios hizo a los idiotas, Olivia.
—Rayos —suelta un pequeño gruñido que parecía más un berrinche de niña pequeña.
—A ver, no hay que caer en dramas. Conozco a alguien que puede ayudarte... pero no te gustara.
Olivia maldecia a su amiga en voz baja por tan mala pero necesaria idea. Localiza con su mirada a la persona que buscaba y toma un respiro antes de acercarse.
—¿_____________ Bernat? —dice a sus espaldas.
—Así me llaman —responde al darse vuelta—. Olivia Rodrigo.
—Necesito un favor de tu parte.
Le explica su urgencia y el motivo de su repentina necesidad de ayuda, quería dejarle muy en claro que la necesitaba con carácter de urgencia. Por otra parte, Olivia se sintio orgullosa de sí misma por no tartamudear o sentirse nerviosa al hablarle a la chica que durante un tiempo considero su crush, significa que ese amorio era pasajero y menos mal que no metió la pata en confesarle sus sentimientos.
—La profesora Octavia es un dolor en el trasero cuando se lo propone, te entiendo. Podemos ir ahora a la biblioteca si te parece bien.
—¿Ahora? —pregunta sorprendida, pensó que tendría que usar mucho mas bla bla bla para convencerla—. Me parece bien.
Ni en uno de sus más remotos pensamientos imaginó caminar hacia la biblioteca municipal acompañada de ______________ a solas, nunca de los nunca. Recuerda los días en los que trataba de salir temprano de clases para tropezar casualmente con ______________ en los pasillos y poder verla o hacerle notar su existencia, pero la otra chica nunca volteó a verla o simplemente pasaba de ella con sus amigos.
Con el paso de los meses ese enamoramiento disminuyó, comenzó a notar ciertas actitudes en _____________ que no le agradaron y su poco interés no ayudaba mucho. En pocas palabras, el encanto se fue y comenzó a verla como lo que en realidad es, una chica aislada y muy ácida de personalidad.