Los fuegos artificiales iluminan el cielo y la música a alto volumen hace más hermoso el momento. La contaminación perfecta.
—No me baño desde el año pasado.
El grupo de amigos rien como hienas ante el chiste de Dinah. El nivel de alcohol en sus cabezas los volvió inmune a los rancios y malos chistes de Dinah.
—Estamos a dos de enero no mames.
—Que amargada —Dinah se cuelga de su cuello—. Estamos a dos, pero nuestra querida amiga Angela se quedó en el 31 de diciembre.
—¿Que? —la mira confundida, y Dinah señala hacia un rincón de la casa.
Una chica baja y de pelo negro se encuentra sentada en el piso del rincón con el pelo cubriendo su rostro y la camisa empapada en sudor, parece estar desmayada o muerta.
—Merda... —susurra al verla, y enseguida va hacia Angela.
Con ayuda de Dinah, logra levantar a Angela y llevarla hacia el auto.
—¿Sigue viva? —aprovecha el semáforo en rojo para voltear a verlas.
Dinah le da un golpe en la nuca y Angela despierta tosiendo. Las dos sueltan un suspiro de alivio.
—Si, sigue viva —Dinah levanta el pulgar.
—¿Cómo rayos llegó a este estado?
—Estuvo bebiendo desde el 31, de hecho me sorprende que siga viva y aún no la hayan reportado como desaparecida.
—¿No ha ido a su casa desde hace dos días? —pregunta sorprendida.
—Eh no, no que yo sepa —suelta una risa nerviosa—. Tiene puesto la misma ropa desde dos días, durmió en el césped de la casa de Robin y comía chatarra con cerveza.
—La señora Gómez va a matarla.
—Oh, oh, oh, código verde —alerta Dinah.
Angela asoma la cabeza por la ventana del auto y vomita lo poco que tenía en el estómago. _________________ hace una mueca de asco y golpea la cabeza contra el volante; su padre la matará por ensuciar el auto.
Después de la escena de vómito y luchar contra dos borrachas, finalmente llegan a la casa de Angela.
—Vamos Dinah, entreguemos a Angela y colorín colorado —baja del auto y abre la puerta trasera—. ¿Dinah?
Se da una palmada en la frente cuando ve a Dinah durmiendo en todo su esplendor. Consigue arrastrar a Angela por el patio de la casa hasta llegar a la puerta y tocar el timbre.
—Y empezar el 2023 bien cabrón —balbucea Angela.
—Cállate, borracha de mierda —regaña entre dientes—. Que vergüenza entregarte así a tu mamá.
Unos pasos se escuchan detrás de la puerta junto a unas llaves y, unos segundos después, la puerta es abierta por la Sra. Gómez, que viste una diminuta pijama con conejos pintados dejando muy poco a la imaginación. Angela se cae de los brazos de __________.
—Rayos... —susurra cuando sale del encanto de la Sra. Gómez, y se agacha para levantar a Angela—. Buenas noches Sra. Gómez, aquí le traigo a su hija sana y salva.
—Oh, Smith, pasa.
Selena se hace a un lado para dejarle pasar con su hija a arrastras. Con mucho esfuerzo logra llegar a la habitación de Angela y dejarla en su cama, durante el trayecto la Sra. Gómez le ayudo quitando los obstáculos del camino.