Es de madrugada en el bar DAN y la gente no parece tener intención de parar, aunque el dj haya cambiado la música a vallenato para desalojar a la gente, nadie tenía intención de irse aún.
—Entonces, terminaron.
—Me pidió espacio —da un sorbo a la botella sintiendo el ardor correr por su garganta—. Le pregunté si eso significaba el fin de nuestra relación y me dijo que no, que solo es espacio.
—Complicado —Dinah bebe de su botella—. Esa chinita es complicada.
—Un poco, si, pero me gusta tal y cómo es. No sé, siento que la cague en algo.
—Awwwww, que cursi —Jhon llega por detrás dejando un brazo en los hombros de las dos—. Cómprale un boleto a la luna si quiere espacio, meh, me sabe a escusa.
—Ombe, que solo es una pausa en la relación —dice Dinah—. No te hagas mente y escríbele algo, no se, un buenas noches.
—¿Un buenas noches a las 3am de la mañana? —ríe John—. Mejor le caemos a su casa con unos mariachis y le cantas algo de Jessi Uribe.
—Me agrada la idea —dice con emoción Dinah—. Si se molesta, te termina de una. Si quiere seguir contigo, perdonara lo que sea que hayas hecho. Es un win win.
—Yo conozco a unos músicos. Listo, no se diga más.
—¿Ustedes están pendejos o que? —le baja los humos a sus amigos—. Jihyo me odiara si le llego a su casa con unos mariachis, y no voy a cantar en medio de la calle, que pena.
—Parce, deje la pena y vamos, que las cosas no se van a resolver solas.
—Una serenata sólo va a empeorar las cosas.
Dinah y John cruzan una mirada antes de tomar los brazos de su amiga y arrastrarla hasta el auto.
—Ten —le ofrece una botella de cerveza—. Quita esa cara mor, te vamos a ayudar con la chinita.
—Me van a ayudar a que Jihyo me odie más de lo que seguramente ya hace.
—¿Que te odie más? —John se detiene en la luz roja, y voltea a mirarla—. ¿Qué le hiciste, bro?
—No lo se. Ella, simplemente, de un día para otro, cambió —habla al borde del llanto, el alcohol estaba haciendo efecto—. Estábamos tan bien, un año de relación a dos meses de cumplir dos, y ella de la nada me pide espacio y todo se va al carajo.
—¿Un tercero en discordia, tal vez?
Y la mente de _______________ se expandió como universo en Big-bag, de la nada muchas imágenes de Jihyo con actitudes sospechosas llegan a su mente dándole un poco de claridad a su confusión.
—Dame eso —le arrebata la botella de bebe hasta el fondo, quemando su garganta y el recuerdo de Jihyo.
El auto se detiene y los tres, tambaleando, bajan del auto. _________________ enseguida reconoce la casa de Jihyo, el alcohol puede estar hasta su cabeza pero nunca olvidaría un lugar al que visitó tantas veces.
—¿Y los músicos? —pregunta Dinah.
—No se, dijeron que llegarían aquí en quince —responde—. Puta madre, me pareció ver a la llorona detrás de esos árboles.
