Un repentino encuentro puede cambiarlo todo

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Hay momentos en los que te preguntas, ¿fue la decisión correcta?

Este es uno de esos, después de todo, me encuentro en el hospital ahora mismo.

Te preguntaras cómo terminé en este estado.

¿Tal vez tuve una pelea para defender a una linda chica? ¿o tal vez salté frente a una limusina para proteger a un perro? ¿o tal vez soy tan estúpido como para caerme por las escaleras?

Si tu respuesta fue la tercera, felicidades, obtienes 100 puntos.

Pero no fue como te lo imaginas; Es más complicado de lo que parece, o quizás más simple.

Lo que quiero decir con esto es simple, pero antes déjame contarte un breve resumen de lo que pasó desde que tenía 6 años hasta ahora. Aunque no hay muchas cosas que resaltar.

Han pasado 9 años desde que nació mi hermana. Lógicamente tengo 15 años, estoy en el último año de secundaria, en unos meses postularé a Sobu y el año siguiente, si todo va según lo planeado, debería poder ingresar fácilmente.

No es para alardear, pero estoy en los primeros puestos de mi escuela, al fin y al cabo, tengo 23 años mentalmente de ventaja sobre los demás. ¿Entonces, tomar las primeras posiciones en el examen de Sobu sería fácil?

Aunque tenga mas experiencias, lo mas importante es la mentalidad al momento de dedicarse a estudiar, como sé lo valioso que son los estudios, por ahora me dedico más enserio a ellos, pese a mi corta edad. Claro que, a partir del siguiente año, es de esperar que el nivel de los estudios aumenten, pero con mi conocimiento estoy seguro de que podre estar tranquilo sin tener que preocuparme demasiado, solo si busco un puntaje promedio, ya que si buscara ocupar los primeros puestos, tendría que dedicar mucho mas tiempo a los estudios, y eso es algo que no está en mis planes.

Respecto a la otra idea que tuve en su momento, decidí entrenar y ponerme en forma.

Desde los ocho años comencé por pequeños ejercicios para ir acostumbrarme, además que mis padres me inscribieron en esos dojos donde los niños pueden entrenar y aprender lo básico. Ser un buen hijo tiene sus ventajas.

A los 11 años aumente más mi ritmo de ejercicios, trate de seguir cierta rutina que me dejaría calvo, pero fue difícilmente acostumbrarme.

3 años despues esa rutina se volvió común conmigo, así que cierto héroe calvo estaría orgulloso de mi.

Con una buena base de conocimientos, y un buen físico, busque cierta academia de entrenamiento de artes marciales. En un inicio pensé que seria buena idea, pero conocí lo que es perder consecutivamente.

Dejé de contar cuantas veces fui derribado tras pasar las 100 veces.

El Sensei es una figura de las fuerzas de autodefensa de Japón, por lo que es de esperar que el conocimiento y habilidades que puedas aprender sean puesto en práctica rápidamente.

Si tuviera que resumirlo, puedo decir que: perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, gane, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, perdí, gane, perdí, perdí, perdí gane, perdí, perdí, perdí, gane, gane ,gane, gane.

No soy un fanático de ser humillado constantemente, por lo que me esforcé para mejorar constantemente, además que, por suerte, tengo una buena resistencia, siendo lo único bueno.

El Sensei se encarga de enseñarte de todo un poco, ya depende de cada uno que método y/o técnica deseas usar. No tendría caso solo ir a practicar sin saber que hacer,

Yo también me elegí mi propio camino, y creo que descubrí que no soy un M sino un S. ¿O quizá una mezcla de ambos?

Hay muchos factores que intervinieron en eso, aunque no tiene mucho sentido pensar más en ello.

Mi nueva vida no es lo que esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora