Definitivamente, no se esperaban eso

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25 de diciembre, Navidad. En mi anterior vida este día sería festivo y no habría necesidad de ir a clases ni a trabajar, ahora, el 25 es un día como cualquier otro.

Claro que la Navidad aquí en Japón se centra más en pasarla con amigos o con tu pareja, siendo lo común dar regalos a los amigos cercanos.

Por mi parte, ni siquiera me había planteado dar un regalo, pero Rumi insistió mucho en que debía regalarles algo a Yumiko y Kawasaki. Y como buen hermano mayor que soy, no pude negarme a su petición.

Y aunque al principio tuve complicaciones por no saber qué regalarles, tuve un momento de iluminación al observar a Kawasaki. Incluso Rumi le dio el visto bueno cuando le mostré lo que compré.

Si me lo propongo, puedo obtener buenos resultados...

Salí de mis pensamientos al escuchar la campana que indica la hora del almuerzo.

Tener horas de estudio libres es bastante gratificante, ya que puedes usar esas horas para perder el tiempo en tus pensamientos. Pero como estamos a 2 meses de los exámenes de ingreso a las diferentes escuelas secundarias de Chiba, dar horas de estudio libres se volvió más común.

Normalmente paso ese tiempo leyendo novelas o perdiéndome en mis pensamientos, claro que le dedico algunas horas a estudiar, pero no son tantas como otros estudiantes. No soy un genio, pero soy de los que piensan que el esfuerzo se recompensa con resultados, aunque tampoco quiero esforzarse demasiado. Mori antes de graduarme de la universidad, y al renacer tengo que volver a estudiar, es tedioso.

Mi mirada vaga hacia mis compañeros de clase. La mayoría de ellos formaron grupos para poder intercambiar regalos entre ellos. El acto de intercambiar regalos sirve como algo que los ayuda a recordarse mutuamente en los años venideros. Eso es lo que pienso si trato de leer entre líneas.

Aun faltan unos meses para graduarnos de la escuela media, pero ese tiempo ni siquiera se sentirá, y antes de darse cuenta, estarán dando su examen para ingresar a las diversas preparatorias.

Por estadísticas, las amistades que se separan tras acabar la escuela media son más del 95%. El 5% se podría decir que son aquellas amistades con un vínculo fuerte, esas amistades que pasarán años sin hablarse, y al rencontrarse, se hablarán como si el tiempo no hubiera transcurrido.

En este mundo, podría incluirme dentro de ese 5%, ya que conozco a alguien con una situación parecida a la mía, así que al tener eso en común, estoy seguro de que si ella volviera luego de estos años que ha estado fuera de la ciudad, me hablaría normalmente como lo hacía antes. Aunque yo prefiero que se quede lejos de aquí, ella en verdad es un dolor de cabeza.

"Raiden."

Dirigi mi atención a la persona que me llamó por mi nombre.

"Hola, Yumiko."

Igual que siempre, viste un chaleco sin mangas sobre una blusa blanca de mangas largas, así como una falda corta. Es el uniforme de invierno.

''¡Vamos a almorzar!'' Ella sostiene un bento en una de sus manos.

Como cualquier otro día en la escuela, ella vino a buscarme a la hora del almuerzo.

Asintí a sus palabras y saqué una caja de bento de mi maleta, el cual preparé antes de venir a la escuela.

Con todo listo, salimos de mi aula y comenzamos a caminar hasta una de las escaleras que da a la azotea.

Tenemos muchos lugares para almorzar, así que dejo que Yumiko elija.

Al sentarnos, nos pusimos a comer mientras conversamos algunas cosas sobre la escuela.

Hace algunos meses, la idea de estar almorzando mientras conversó con una linda chica no había pasado por mi cabeza.

Mi nueva vida no es lo que esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora