Capítulo 3.

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—¿Le conoces? —todas me miraron

—No—me encogí de hombros.

—Él es muy popular—rieron—Y muy guapo.

Me volví a encoger de hombros —Supongo.

—¿Qué te ha dicho? — giré la cabeza hasta otra chica.

—Solo me preguntó mi nombre.

                                          *

Giré la columna que señalizaba las escaleras para ir a la residencia de chicas cuando me abordó. Mi espalda contra la pared y su brazo prohibiéndome salir.

—Luego nos vemos Nina— dijeron las demás pillando la indirecta que les había lanzado Josh visualmente. Las vi reírse y mirarme hasta que desaparecieron.

—Al menos no me has mentido en cuanto a tu nombre—se giró hacia a mí y me reí—Vayamos a dar una vuelta.

—No, sonará el toque de queda ya.

—¿Y qué? —se encogió de hombros.

—Que no quiero irme contigo

—¿A caso crees que me gustas o qué? — se chantajeó de mí.

—No—susurré—Porque yo no le gusto a nadie.

Me cogió de la mandíbula con severidad y noté la pared fría en mi espalda— Pienso que eres un misterio, y me gusta descubrirlos todos. —su aliento rozando mi cuello.

—Soy simple—quité su mano de mi mandíbula y subí las escaleras. Aún la puerta de madera de la residencia seguía abierta.

—Todavía queda tiempo para que suene — me giré y le vi abajo del todo. En ese momento la alarma empezó a hacer ese ruido irritante.

Me reí—Me voy J.J

—Dame tú número.

—Eres muy insistente, en serio —empezó a subir las escaleras —A demás, aquí no se puede usar el móvil.

—Vamos, sé que lo vas a usar—rio y me cogió el móvil. Lo alzó y no lo pude coger.

—Dámelo —me enfadé. Estaban cerrando la puerta —Dámelo—repetí de forma amenazante.

Se rio—Desbloquéalo y te lo daré rápido. Puse el código y me lo quitó de las manos, escribió un mensaje rápido y lo miré—Ahora tienes mi número, y yo el tuyo.

—Te bloquearé—aseguré.

—Sabes que no— le oí decir y corrí a la puerta, me abrieron con desaprobación.

—Tarde el primer día.

—Perdón—suspiré y escondí el móvil. Fui a mi habitación y miré el mensaje.

“J.J es el tío más buenorro del mundo” mi vista si dirigió hacía el nombre de contacto “J.J manda” rodé los ojos y me tiré a la cama.

—¿Habéis hablado más? —Kate se giró hacía mí, la otra chica estaba dormida.

—No mucho. Sólo me dio su número.

—Créeme, te envidio — se rio.

—¿Vas a dormir ya? Es pronto.

—No nos dejan andar por ahí ni encender las luces.

—Bah— me quejé y saqué el móvil. Quité la lámpara de la mesilla y lo puse a cargar.

—Dios, ¿eso es un móvil? —Asentí— están súper prohibidos. Alguien abrió la puerta y bloqueé la pantalla rápido, nos echó una mirada.

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