Mi plan E.

Capítulo 14.

           

El móvil vibró bajo nuestros cuerpos y apreté los ojos fuerte, como si eso cambiase algo de la realidad.

El brazo de J.J descansaba sobre mi cintura, justo como ayer, cogí aire pesadamente.

Podría acostumbrarme a esto, aunque significase media hora menos de sueño diaria.

Me senté despacio y estiré mis brazos escuchando los crujidos de mis extremidades, me giré y le miré.

Sonreí un poco y decidí que era algo digno de poder ver más veces, tomé una foto y posteriormente le lancé un cojín a la cara mientras me reía.

-Ya voy, ya voy- gruñó con su voz áspera dando la vuelta sobre sí y agarrándose a la almohada.

-¿Tanto te gusta mi olor?- me chantajeé y le empujé para tirarle de la cama, el cayó a peso con un ruido sordo y empezó a reírse

– Te vas a enterar cuando me despierte – aseguró sentándose y colocándose sus zapatos - ¿Dame un cigarro, no?

-Luego, vendrán en menos de veinte minutos.

-Vaya anfitriona – refunfuñó y se rascó la nuca.

El pelo estaba, si es posible, aún más desordenado que normalmente, y llevaba la corbata totalmente hacia atrás.

Abrió la ventana y saltó – Luego te veo.

-Vete ya, pesado- sonreí despidiéndole con la mano y eché el seguro.

Miré a Ly y Kate, que descansaban pacíficamente y no sabían de mis quedadas nocturnas, me metí en la cama nuevamente para aprovechar los escasos minutos que me quedaban de descanso.

Olí profundamente la almohada "¿Tanto te gusta su olor?" me chantajeé a mí misma.

"Sí" me contesté mentalmente después de un rato.

**

Babeé la mesa en mis tres primeras horas, estaba demasiado cansada, realmente, no podía atender.

Salimos al receso en el patio privado de chicas y empezó a llover.

La lluvia nunca me había molestado, se ve que a todas las demás, sí.

La siguiente clase a la que fui se me pasó medianamente animada, la profesora me caía bien, de verdad, las asignaturas cambian mucho según del maestro que te las dé.

Me propuse a mí misma recuperar las tres primeras horas y nada más terminar de comer salí derecha a la biblioteca.

Me senté en una larga mesa de madera exponiendo toda mi tarea, y sobretodo, mi estudio.

Apoyé mis mejillas sobre la palma de mis manos, que estaban sostenidas a su vez por mis codos y decidí que era hora de concentrarme.

El móvil vibro bajo mi sujetador y lo saqué disimuladamente para ver un correo.

¿Un correo? ¿Quién seguía escribiendo hoy en día por email?

Lo abrí y vi el asunto : "gilipollas"

Rodé los ojos y bajé al mensaje "Llevo como media hora esperando fuera de tu residencia, ¿dónde coño estás?"

Mierda, había quedado con J.J

"Dame 15 minutos y voy para allá" mandé de forma rápida.

Caminé y no vi a nadie en la puerta, "falso" pensé.

Entré para dejar la mochila, lavarme los dientes y asearme un poco.

Cuando salí estaba en las escaleras.