Capítulo 7.

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-Harás lo que te mande sólo así no nos pillaran.

-Por una vez, sí -reí.

-Va enserio Nina, si te digo que te agaches, lo haces y si te sigo que corras también- hablaba con autoridad.

-Tu en otra vida eras padre, ¿no? ¿o sargento? - volví a reir. Rodó los ojos y le seguí.

Hacia aire pero no frío. Conté dos profesores sólo para salir de la residencia de chicas, y eso que había tenido incluso que saltar un muro.

Nos dirigimos al edificio de clases, lo atravesamos y apreció el campo de fútbol.

-Métete en la papelera - susurró.

-¿Qué? - dije alarmada.

-Métete en la puta papelera- me empujó y se fue rápido. Segundos después un profesor pasó alumbrado por mi lado. Intenté hacer el menos ruido posible aguantando la respiración, una mano cogió mi camisa y tiró hacia arriba, me alegró saber que sólo era él- Por las noches la vacían- ¿No debería habérmelo dicho antes de empujarme? Al menos no me había llenado de porquería.

Bordeamos  el campo y J.J entró por el agujero de una valla de metal cerrada. El cartel rogaba "Prohibido el paso". Le imité y me rasgué la piel con uno de los hierros al pasar, ahora la rodilla me escocía. Un patio pequeño y abandonado se extendía ante mí, había un coche abandonado y malas hierbas por do quier.

-Es la caseta de las calderas- asentí y vi el humo saliendo de uno de sus conductos. Se acercó a la valla oficial que separaba la libertad del intento de cárcel y mantuvo una conversación breve pero eficiente con alguien del exterior. Me pasó un cigarrillo y encendió primero el suyo, sentaba tan bien después de una semana sin fumar.

Se sentó como un indio y me miró -Explícame eso de Steve.

-Sólo quedamos- di otra calada.

-¿Para qué?

-No sé- me encogí de hombros -Es amable.

-Lo único que quiere hacer es llevarte a la cama- quitó la ceniza con un toque brusco de dedos.

-Aún no puedo juzgarle...no le conozco.

-   ¿Por qué no me haces caso?

-   Mira dónde estoy por hacerte caso -alcé amos brazos riendo -Josh -empecé - Se interesó por mí, me parece agradable y es guapo, ¿Qué más puedo pedir?

-   Calla- me mandó y apagó el cigarrillo en el suelo. -Debajo del coche, ya. - apagué mi pequeño foco adictivo de luz contra la suela de mi zapato y me deslicé debajo del coche abandonado como me había dicho. Le vi subirse al tejado de la caseta y saltar hacia el otro lado de la valla. La luz de una linterna yendo hacia el pequeño patio abandonado me alarmó. J.J hizo un ruido seco con una tapa de metal y el profesor no dudó en buscar las llaves y abrir la valla. Se dirigía decidido hacia el cubo dónde se escondía J.J . Debía pensar, y rápido. Tanteé con mi mano derecha el suelo y encontré una piedra. Oh dioses de las piedras, la tierra, la puntería y del Olimpo , haced que esto salga bien.

La tiré lo más lejos que pude haciendo un ruido sordo al chocar contra la valla. El profesor se giró radicalmente y corrió hacia el ruido. J.J me miró y salió del escondite, hice lo mismo.

-Ahí te he visto- me felicitó -Vayamos debajo de las gradas antes de que vuelva con más profesores - era mucho más simple cruzar la valla con la puerta abierta.

Seguí el paso rápido y discreto de J.J sin cruzar palabra hasta llegar al lugar acordado.

-Me he manchado de grasa - gemí mirando mi camisa teñida de negro.

-Eso no sale- hizo una mueca viendo la pronunciada mancha y se quitó botón a botón la suya -Ten.

-Es de chico, se darán cuenta - susurré.

-Será peor que te vean con grasa - me la volvió a ofrecer - Me encargaré de deshacerme de ella-cogió aire - Cuando vayas a tu habitación escóndela y mañana ponte una de chica que se encuentre en la sala de lavadoras, no importa a quién se la cojas, ¿has entendido? -asentí, ¿se podía saber cómo demonios había acabado en esta situación? Tenía que robar una camisa a una pobre chica - Vamos, ¿A qué estás esperando? -dijo impaciente.

-¿aquí? -pregunté poniendo voz de niña .

-Claro, no va a ser la primera vez que te vea- gruñí.

Refumfuñé y me quité la camisa de espaldas a él, me negaba a dar un segundo espéctaculo. Se la pasé con severidad y me abroché lo más rápido que pude la suya. - Déjame hacerte el nudo de la corbata.

-No hace falta - estaba en lo cierto.

-Nina- dijo con severidad y asentí cansinamente. Levanté el cuello -Sólo quiero que sepas que no me parece bien que salgas con Steve- se le veía con actitud de comprensivo, terminó el nudo y yo me quedé callada -Volvamos a tu habitación -asentí de nuevo.

El doble de profesores que antes estaban buscando el supuesto ruido proveniente de detrás del campo de fútbol. Tardamos más, mucho más, cada dos por tres J.J me mandaba que me escondiese y no podía hacer otra cosa que acatar sus peticiones.

Josh me acompañó hasta la ventana, la abrí y ya dentro saqué la cabeza .

-Ha estado bien - susurré y sonrió.

-Hasta mañana Nina -tenía su mirada clavada en mí.

-Buenas noches J.J- cerré la ventana y eché el seguro, esperaba que no le pillasen yendo de vuelta a su edificio.

A solas era diferente a cómo solía ser delante de la gente. Pierde su actitud de macho alpha y de "Eh, miradme, soy, yo J.J, sí, el que te hará que se te caigan las bragas en caso de que seas chica, y si eres chico que te sientas inferior". A solas hasta podías mantener una conversación cuerda.

Demasiadas emociones por hoy. Me desvestí y escondí la camisa tal cual como me dijo, no sin antes llevármela a la nariz, olía a él. Me puse una sudadera gris en las que las iniciales de la escuela estaban grabadas en terciopelo azul oscuro y unos shorts cómodos. Era hora de dormir.

Mi plan E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora