1. Guardería

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"Jungkook".

Regresó a la realidad.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que ignoró la conversación que sus padres mantenían ahora, sobre quién sabe qué, mirándolo con curiosidad, en búsqueda de su opinión.

"Lo siento, ¿Podrían repetirlo?", Se disculpó con suave voz, dejando de lado el plato de comida con el que hace mucho estaba jugueteando.

"¿A qué hora sales del trabajo?" Su padre le preguntaba, observándolo con aquellos ojos fríos tan similares a los suyos.

"A las 4".

"Bueno, tu madre y yo estábamos pensando en que trabajes en la guardería de tu hermano después del otro trabajo".

Jungkook parpadeó confundido, simplemente asintiendo y dejando de lado la conversación que en su cabeza repasó muchas veces.

"Quiero estudiar otra vez".

Unas simples palabras que ahora se veían lejanas, por la petición y casi orden de sus padres. El hecho de que le preguntaran no significaba que él podía negarse, y aquello le causaba gracia.

Se levantó poco después, dejando el plato intacto y yendo a guardarlo a la refrigeradora, subiendo a su cuarto a leer tranquilamente la carta de su mejor amigo. La última que había recibido después de que él dejó en claro que no quería recibir otra. Muy cruel de su parte, según todos aquellos de los que se habían enterado.

Su teléfono vibró debajo de la almohada, lavantandose para contestar y suspirando con tranquilidad cuando la voz del otro lado era la de su amiga y cuñada.

"Jungkook, Seokjin no deja de regañarme por haberte dejado ir sin comer", se lamentaba la fémina, del otro lado.

"Dile que se meta en sus propios asuntos", bromeó riendo, cerrando su libro para poder concentrarse en la conversación.

"Eso le dije, pero me regaña porque sabe que tú... no comes en tu casa", susurró lo último.

Jungkook bufó,mordiendo su uña mientras pensaba en algo para dejar tranquilos a sus dos mayores.

"Hoy si cené Noona", le tranquilizó, "comí spaghetti", mintió descaradamente.

"Kookie..." Le regañó, suspirando en rendición. "Ven a cenar con nosotros, Seokjin preparó lasaña".

"No es necesario, estoy lleno ya".

"Los niños quieren verte también", le susurró con dulce voz. "Andan preguntando por su tío favorito".

"Soy el único tío que tienen", se burló, lavantándose y poniéndose la chaqueta amarilla que le encantaba. "Voy para allá, dile a los chicos que preparen las palomitas porque tendremos maratón de películas".

Y colgó, corriendo a la habitación de sus padres para avisarles que saldría y posiblemente no regresaría hasta en la noche del día siguiente. Caminó las largas calles de la cuidad, tarareando una canción imaginaria mientras sus dedos rozaban con las paredes coloridas. Viendo a lo lejos a una pareja besarse con lentitud y deteniéndose para observar avergonzado el gesto.

¿Por qué él no podía tener algo de eso?

Negando con una sonrisa al recordar el tonto enamoramiento que tenía y que poco a poco se desvanecía, llegó a casa de su hermano mayor, encontrándolo con un delantal y una sonrisa enorme al tenerlo enfrente.

"Kook", lo abrazó suspirando contento cuando vio a su hermanito corresponderle.

"Hyung, ¿Cómo estás?". Pasó a la sala, encontrándose con dos pequeños viendo la televisión con concentración.

"Te he extrañado mucho, mira ya creciste un montón", lloriqueó Seokjin.

"Solo dejamos de vernos por dos semanas, no exageres", rió acercándose con lentitud a los pequeños, escuchando un "tío" que lo hizo sentir cálido, poco después viendo a Moonbyul caminar a él y estrecharlo entre sus brazos con ternura.

"Vamos a cenar". Anunció Seokjin, en paz con la imagen de su familia siendo feliz.

Jungkook sonrió en medio de su cansancio, había estado todo lo que restaba de la noche jugando con sus sobrinos, viendo películas y contando historias que pronto hizo a los menores caer rendidos en sus brazos

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Jungkook sonrió en medio de su cansancio, había estado todo lo que restaba de la noche jugando con sus sobrinos, viendo películas y contando historias que pronto hizo a los menores caer rendidos en sus brazos. Se llevaba bien con los niños y por eso mientras su hermano le preguntaba si en verdad quería trabajar en la guardería, simplemente asintió.

"¿Mis padres te dijeron lo del trabajo?" Inquirió el mayor de todos, observándolo con grandes ojos en busca de su respuesta.

"Sip".

"¿Cuál fue tu decisión?", Sonrió.

Jungkook quiso reírse y ser irónico, pero sabía bien que su hermano no merecía la misma mierda que todos los demás, porque era bueno con él. Simplemente sonrió, limpiando su boca antes de hablar con monótona voz.

"Acepté, la verdad me vendría bien ocupar mi tiempo en algo más". Agregó.

Seokjin lo observó con ojos llenos de preocupación, la duda que lo atormentaba queriendo salir de su boca.

"Solo será de 4 a 8 pm, tendrás tiempo para ti también" trató de tranquilizarlo, dándole una pequeña esperanza.

"Oye Jungkook", llamó su atención Moonbyul, "¿no dijiste que empezarías a estudiar este año?".

Y eso hizo que perdiera el apetito y se encontrara sin sueño, simplemente observando el techo mientras escuchaba las gotas de lluvia golpear la ventana. Estaban en época de invierno, uno que empezó con todos sus problemas y constante desvelo.

Suspiró con cansancio, recordando los ojos apenados de Seokjin cuando su esposa hizo esa pregunta incómoda. Y él solo se limitó a sonreír y a contestar con cortesía, cuando en ese mismo instante quería huir y llorar en los brazos de la única persona que lo entendía, pero que ahora se encontraba lejos de él.

Sin poder evitarlo más, las lágrimas calientes salieron de sus ojos, quemandole el alma y mostrando la verdadera forma en la que se sentía. Porque sí, estaba roto y estaba seguro de en cualquier momento sus emociones lo consumirían, al punto dónde buscaría aquella salida fácil que muchas veces se planteó.

Necesitas vivir.

Tan fácil que se decía, pero joder, justo ahora estaba queriendo llamarlo y llorar mientras su dulce voz, lo consolaba, diciéndole lo bueno que era y que pronto saldría de todo eso porque él no descansaría hasta verlo feliz y en paz.

"Ji-Jimin" sollozó, la imagen de su mejor amigo llenándole la mente, sintiéndose peor por lo que había provocado, "perdón por alejarte... Pero no..." jadeó, sintiendo que el aire dejaba sus pulmones poco a poco, "perdóname por favor".

Y como si el mundo tratará de decirle que era un placer verlo sufrir, la pantalla de su celular se iluminó, mostrando el mensaje de un número desconocido.

Jimin acaba de fallecer.


Serendipity (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora