3. Lluvia

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Suspiró por octava vez, el tren en el que se transportaba anunciando que estaban cerca de la parada y agradeció al cielo, porque estaba llegando 20 minutos tarde, gracias a su jefe que se le dió la regalada gana de presentar al nuevo servicio de empleados. Gruñó al por fin salir, corriendo las 5 cuadras que le faltaban a pesar de que la lluvia estaba fuerte, no importándole realmente mojarse.

"Jungkook, vienes tarde". Le regañó la mujer una vez al abrirle la puerta.

"Ni me digas, mi estúpido jefe nos entretuvo media hora más y el tuve que tomar el tren más lejos del lugar". Se quitó los zapatos, tomando la toalla y tratando de secar su largo cabello, atándolo en una coleta desordenada.

"Estás todo empapado, deberías ir a cambiarte", le regañó Moonbyul, siguiéndolo mientras el descuidado chico saludaba a los pequeños animadamente, "ve a casa por favor".

"Estoy bien Noona, no pasa nada". Trató de tranquilizarla, entrando a la sala de juegos de la guardería, observando a los niños callados y sin mucho que hacer. "Veo que están aburridos". Comentó con felicidad, al ver a los chiquillos que hacían de sus tardes más divertidas.

Los pequeños al verlo, explotaron en pura felicidad, exceptuando al que ya hace dos semanas había notado. Tan callado y aislado de todos los que se encontraban ahí, que no podía evitar preguntarse que era lo que provocaba aquello, pero mientras no se acoplarán a él, sentía que lo asustaría, y por eso después de pensarlo mucho, por fin ese día hablaría con el pequeño que robaba gran parte de sus pensamientos.

"Juguemos al lobo", sonrió, tomando la mano de sus sobrinos, y esperando a que todos fueran a hacer el círculo.

Después de 5 veces más y de una corta historia, los pequeños empezarían a tomar su siesta. Pero antes de eso, se acercó al pequeño niño que se acomodaba un calcetín, dispuesto a dormir.

"Yeonjun", le llamó, tratando de no invadir su espacio personal. "¿Quieres jugar conmigo?" El pequeño abrió los ojos de más, empezando a sonrojarse y a tartamudear palabras inentendibles, haciendo reír a Jungkook. "Eres muy tierno".

"Papá... dice lo mismo", susurró avergonzado.

"Tu papá dice la verdad", le revolvió el cabello, sonriendo cuando el pequeño no se incomodó con su tacto.

"Gra-gracias". Sus redondas mejillas sonrojándose.

"Dime pequeño, ¿Quieres ser mi amigo?", Le acarició la mejilla con cariño, tratando de no asustarlo.

"¡¿En serio?!", Chilló, los niños normalmente no le pedían eso, por más que Yeonjun lo deseara y tratara de ser amable, nadie nunca le había preguntado eso y quiso llorar de la felicidad.

"Claro que sí, yo quiero ser tu amigo".

"Si, si, si, podemos ser amigos señor Jungkook", exclamó alegre, dando saltitos por el lugar, tomando la mano de su ahora amigo y llevándolo a traer su mochila.

Jungkook rio, al parecer no era tan difícil como imaginó.

"Mire mis dibujos señor Jungkook", y sacó el cuaderno, mostrándole muchos de ellos que lo dejaron con la boca abierta, el niño tenía mucho talento y eso le sorprendía en demasía.

"Son preciosos" comentó, viendo el paisaje donde un hombre y un niño jugaban en un columpio hecho de llanta, que colgaba del único árbol al final de la casa del lago.

"Este somos mi papá y yo", dijo orgulloso, volteando la siguiente página para mostrar, una nave espacial, con un niño adentro y un hombre que lo saludaba desde la tierra. "Este es mi papá saludándome, cuando me vaya a la luna".

Serendipity (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora