Capítulo 21

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—¿Promesa?

—Esa fue una promesa para mí, así que responde la pregunta.

—No creo que lo nuestro esté hecho para concretarse.

—Las cosas buenas están hechas para disfrutarse.

—¿Qué quieres decir?

—Me gusta estar contigo, me gusta besarte, me gusta hablarte…me gusta amarte y yo definitivamente haría cualquier cosa por ti.

Esas palabras me dejan congelada, porque esas son unas palabras que diría el Andrew que conozco.

—Oh, ¿entonces ya dejaste de ser cretino conmigo?

—No he sido un cretino, solo he dicho la verdad y como ya sabes, duele.

Lo miro incrédula.

—¿Es en serio?

—¿Por qué metería o bromearía?

—No sé.

Miro que vamos en una dirección diferente a la de mi casa.

—¿A dónde me llevas, debo preocuparme?

—¿Ya no confías en mí? Eso duele.

—No sé si pueda confiar en este nuevo tú.

—¿Nuevo yo? —ríe divertido—. Soy el mismo yo, solo que más fuerte.

—Sí, me he fijado que ahora vas a Gym.

—No en ese sentido, soy más fuerte con respecto a mis sentimientos. Era, lo que popularmente se llama “Marica”

—No, no lo eras…solo eras un hombre tierno y de buenos sentimientos.

—¿Eso de que me sirvió? Terminaste conmigo apenas tuviste el chance.

—Las cosas no son así, Andrew.

—¿Cómo son entonces?

—Terminé contigo porque sentí que si seguíamos juntos íbamos a terminar casados en 2 meses, no es que no te amara, es que amo mi carrera profesional y de verdad quiero forjarme una, sin estudios es tan difícil como caminar con sancos.

—¿Es por eso que terminaste conmigo?

—Sí. 

—¿Por qué no me lo dijiste? Joder si no te habría entendido, hasta te habría comprado las cosas para que hagas los trabajos. Eres muy talentosa en lo que haces, mereces terminar tu licenciatura.

Sonrío.

—Pensaba que era una tontería, no sé, es que…compliqué todo más de lo que era.

—No es una tontería. Tienes razón, creo que me conoces más de lo que me gustaría admitir. Llevábamos 2 meses de hacerlo oficial y yo ya quería pedirte matrimonio en diciembre.

—¡LO SABIA! 

Él suelta una carcajada.

—Lo siento, en mi defensa…quería pasar toda mi vida contigo y esa era la única respuesta que veía.

—¿Querías?

—Sí, entiendo que no quieras estar conmigo…ya me hice la idea de una vida sin ti.

—Pero yo estoy aquí, contigo…no tienes que vivir sin mí.

—Eres mi amiga de nuevo, no puedo volver a arruinarlo.

—Creo que vas a arruinarlo más sino me besas ahora mismo.

—Estamos en la carretera y yo tengo una especie de relación con alguien. 

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