𝚃𝚎 𝚟𝚎𝚘 𝚎𝚗 𝙿𝚊𝚛í𝚜 - 𝙱𝚊𝚗𝚐 𝙲𝚑𝚊𝚗

🍃 03 🍃

"El reloj, dueño del tiempo"

   —No te preocupes, vas a ver que con la caminata seguro te sentirás mejor —afirmó su progenitora luciendo los lentes de sol sobre sus ojos.

Oficialmente le quedaban doce días de vacaciones. Habían llegado a su hospedaje a altas horas de la madrugada por lo que fueron directo a dormir, hasta que un dolor punzante en su muñeca izquierda la despertó. Era su marca de nuevo.

Su madre no lo sabía, pero mientras todos en su vuelo dormían, se dirigió al baño a practicar las posiciones por casi una hora, de no ser porque un niño llamó a la puerta con ganas de hacer sus necesidades.

Con eso más lo acontecido en el hotel, estaba agotada.

—Eso espero, comienzo a preocuparme...

Su madre detuvo su caminar y Hyesoo chocó con ella por lo abrupto de su movimiento. La miró con confusión adornando sus finas facciones.

—Se me acaba de ocurrir algo. ¿Qué tal si comenzamos por el Museo de Louvre? La arquitectura es hermosa y muchas obras famosas están allí —propuso con emoción—. Te gusta mucho el arte, hija, ¿te parece si vamos allí?

Hyesoo no lo pensó mucho, le pareció buena idea. Tal vez era lo único que le gustaría de aquel viaje.

—Yap, vamos.

Una vez dentro, Hyesoo supo que tomó una buena decisión al aceptar. Todo era hermoso, tanto por fuera como por dentro. El hecho de que se tratara de un museo subterráneo lo hacía aún más interesante, y se sintió asombrada por todas las esculturas, pinturas y objetos que guardaban años de historia. Desde un área de Hércules hasta la misma Gioconda; todo la llamaba a mirar y contemplar.

Pero fue una de las joyas de la galería de Apolo en especial la que llamó su atención. Sabía de antemano que dichas pertenecían a la realeza francesa de tiempos pasados. En una esquina, un collar con dije cuya forma se le hacía familiar. No había una descripción; no recordaba haberla visto en los folletos o visitas virtuales. Su nombre yacía en letras casi borradas por completo: heure propriétaire horloge.

—¡Ay! —su mano comenzó a arder y pegó un salto, dejando así caer de su bolsillo el llavero que horas antes le había dado la desconocida.

Fue en ese momento que miró a su alrededor y se percató de que se encontraba sola. No había rastros de su madre y prefirió creer que se dirigió a explorar otra sala.

—Hoy no hay muchos turistas, no pasa nada —trató de convencerse a sí misma, acomodando su flequillo para que dejara de picar en su ojo derecho.

Volvió los ojos hacia el objeto en el suelo y con cautela, se inclinó a recogerlo. Sus ojos se abrieron en sorpresa cuando dio con la familiaridad del objeto. Sintiendo su estómago repentinamente vacío, acercó el llavero al collar que reposaba dentro de un cofre transparente.

—Son idénticos —afirmó con la garganta seca.

Tómalo...

Tócalo...

Te llama...

Una voz en su cabeza comenzó a sonar. No, no era de su cabeza. Provenía de ese dije en su llavero, que de un momento a otro comenzó a brillar.

Eres tú...

No temas...

Pasó saliva y acercó su mano. Tembló, tenía miedo, pero no podía detenerse. La marca de nacimiento le ardía, ardía y brillaba, del mismo color en que lo hacía el collar ahora.

Lo destapó; contempló su forma.

Jo Hyesoo...

Su dedo a penas lo rozó cuando una luz cegadora brotó del mismo. El dolor en su brazo fue tal, que pronto se halló inconsciente.

No despertó sino hasta lo que se sintieron como quince minutos en completa oscuridad. Aunque cuando lo hizo, sintió que tal vez se trataba de solo un sueño.

Su cabeza dolía, aunque su extremidad derecha ya no tanto. Frotó sus ojos intentando acostumbrarse a la iluminación y entonces recayó con que se encontraba en el mismo museo, pero no había rastros de la joya frente a ella. Hyesoo, en cambio, yacía en el suelo, con su llavero en mano.

Y unos ojos oscuros mirándola.

—¿Hola?

holaaa, a partir de hoy las actualizaciones serán miércoles y sábado ❤️

nos vemosss 💫