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- ¿Cuánto tiempo más tendré que seguir? - preguntó Aylara mientras contaba cincuenta abdominales.

-Si te sigues quejando serán otras dos horas- le dijo Lora mientras miraba los planos frente a ella.

Aylara había sido regañada por todos el en grupo y de castigo la habían puesto a hacer ejercicio durante unas tres horas. Llevaba cien lagartijas, cien sentadillas, media hora de trote y tenía que hacer cincuenta abdominales más. Estaba agotada pero cada que Markian o Lora la miraban completamente enojados seguía.

-Llegaste al viejo ayuntamiento y después caminaste unas dos calles. Aquí estás justo antes de que Lost te salvara- dijo Thiago mientras tecleaba en su laptop. Habían puesto una mesa en una esquina del gimnasio donde había varios planos y varias hojas que Markian, Sasha y Lora estudiaban mientras Thiago estaba en su laptop.

-Si, pero ya les dije que no sé por qué no pude manipular al policía si ya había podido manipular a Lora y Markian- dijo Aylara con la respiración entrecortada.

-Con Markian fue porque realmente querías que saliera de la habitación y conmigo fue porque temías por tu vida. Con el policía sentías nervios y cuando te pones nerviosa el cerebro no hace lo que tú quieres- dijo Lora mientras pintaba algo con un marcador.

-Además de que no tienes ni la fuerza ni el entrenamiento como para salir a la calle sola- dijo Markian con sarcasmo.

Aylara no quiso responder. Estaba realmente cansada y ya solo estaba a veinte abdominales de acabar el castigo. Aunque le costaba aceptarlo se lo merecía. Por su culpa Thiago estaba hackeando las cámaras de seguridad pues no se había puesto cubrebocas y su imagen estaba ahí.

Al parecer, los alterados podían manipular a las personas, pero si eran fotografiados la imagen real se quedaría ahí. Por eso, mientras Lora estaba en el mundo común, Thiago había apagado todas las cámaras por donde ella pasaba como Rachel e incluso Lora había burlado la seguridad de la WOAA.

-Ya acabé- dijo Aylara acostada pues su cuerpo le dolía.

-El ejercicio físico si, ahora van las alteraciones- dijo Lora sin voltear a verla. Aylara soltó un quejido, pero se levantó como pudo y caminó hasta donde los demás.

-Sweet, trae las pelotas y los botes por favor- le dijo Lora a Sasha. La morena caminó a la bodega y sacó las mismas pelotas de tenis que habían golpeado a la mexicana el día anterior.

-Debes de pasar las cuarenta pelotas de un bote a otro sin tocarlas y si una cae al suelo iniciarás con todas otra vez- dijo Lora. Aylara soltó un suspiro y se acercó a los botes. Los observó fijamente y miró el montón de pelotas. Se enfocó en una imaginando que una mano gigante la tomaba. Logró que se alzara y la pasó lentamente de un bote a otro.

-Va una, faltan treinta y nueve- dijo Zaira con burla mientras entraba al gimnasio. Varios porta trajes flotaban alrededor de ella mientras una mano los guiaba hasta la mesa.

- ¿Conseguiste los vestidos adecuados? - le preguntó Sasha. Aylara pasó otra pelota, pero rebotó justo en el borde y cayó al suelo. Lora levantó la mano y las tres pelotas que llevaba regresaron al primer bote.

-Creo que sí, aunque no pude conseguir buenos zapatos- dijo Zaira mientras sacaba varios vestidos.

-Este te quedaría bien Lora- dijo Thiago señalando lo que parecía ser un vestido negro largo, aunque con una apertura en la pierna.

-Los detalles lo veremos al anochecer, ahora hay que concentrarnos en cómo llegar a la planta catorce para poner los transmisores antes de atraco- dijo Lora moviendo las hojas.

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