¿Aún me amas como antes?

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Wanda's pov:

Nat ha estado llena de trabajo. Tiene una compañera de trabajo que justamente no ha dejado de frecuentar...

No quiero sonar desconfiada. No desconfío de ella, es sólo que... No confío en su compañera.

-¿Cariño? - Hablo y mi esposa no deja de sonreírle al teléfono. - ¿Estás ocupada? - Asiente. - ¿Y para mí también? - No contesta y sigue texteando.

Todos los días son así últimamente, sólo mensajes y mensajes de trabajo. Nat tiene una empresa, es una de las tantas franquicias de Tony, fue la que nos dejó, no sé por qué Tony creyó que nos merecíamos algo así, pero aquí estamos. Ella se encarga de lo administrativo, yo soy la cara visible.

Estoy harta de ésta situación.

-¿Nat? - Me siento sobre su cuerpo y le quito el celular. - Tu esposa soy yo. - Comienzo a desabotonar mi blusa y mi esposa observa de manera nerviosa mis senos cubiertos por el sujetador.

-Yo... Lo sé. - traga saliva. - ¿A que viene ésto, brujita? - Sus ojos oscilan entre los míos y mis senos.

-¿El celular es más importante que yo? - Murmuro con voz de tonta. Ella traga saliva nuevamente.

-No, jamás...

-Quiero que me lo demuestres.

-¿Y cómo podría?

-No lo sé... Piensa en algo...

//...//

-¡Nat! - Tomo el respaldo del sofá de su oficina y mi cuerpo es fuertemente sacudido por el climax. - Ah... Nat... Dios...

-No, cariño. No soy Dios, él tiene más poder... Yo sólo... - La callo antes de que siga. Me subo sobre ella y la beso, ella me hizo tocar el cielo.

-Me encantan tus dedos. - Gimo al sentir que los quita de mi interior. - Los amo, dios...

-Lo mejor para mi esposa...

De pronto las inseguridades aparecen cuando el celular de Nat se enciende. "Grace" se lee en la pantalla.

-Oh. - Lo toma y se levanta rápidamente para contestar.

-¿Quién es?

-Trabajo, es la nueva secretaria. Te hablé de ella.

-¿La bonita? - Pregunto y ella se queda en silencio.

-Es una pregunta con trampa, mi amor. No contestaré. Es la chica nueva, tú sabes quien es. - el celular deja de sonar y Nat vuelve hacía mi. - ¿Por qué tanta insistencia?

-Te mensajea todo el día. No deberías traer trabajo a casa.

-No lo hago, son cosas de otro índole.

Elevo una de mis cejas y ella ríe.

-¿Qué índole?

-Mañana sabrás. - Dice ella - Confía en mi. ¿Cuándo yo he mirado a otra mujer que no seas tú? No puedo. Preferiría arrancarme los ojos.

-Te los arrancaría yo, probablemente. - Murmuro.

-Eres tan celosa, Wanda.

-Tú también.

-¡Todos quieren contigo! - Gruñe mi esposa.

-¡Contigo también! - Contesto de igual manera, ella ríe y yo me alejo. - Te odio.

-No, no lo haces, me deseas y sí mal no recuerdo estábamos en medio de algo... - Comienzo a besar mi cuello y sus manos acarician mis senos desnudos. - Vamos a la cama... - Murmura y me toma por la cintura. Ventajas de tener la habitación conectada por una escalera a la oficina, me servía para bajar rápidamente cuando Nat se quedaba dormida mirando bob esponja o algo aquí, siempre lo miraba a las 10 y cuando venía a las 12, ella estaba dormida sobre su sofá.

Al llegar a la cama mi espalda choca con ella de manera brusca y Nat se sube sobre mi cuerpo acariciando mis piernas, su mano llega hasta mi centro y uno de sus dedos ingresa rápidamente mientras su boca toma posesión de la mía.

Su lengua hábil me hace delirar mientras otro dedo está en mi interior, se mueven con rapidez y dureza, es excitante la bestialidad con la que Nat me penetra, ella sabe como ser ruda y no lastimarme.

-Mierda... - Gimo al separarme de su boca, necesitaba gemir, realmente sí. - Nat... Natalia... Oh, sí, amor... Es delicioso. - Arqueo la espalda levemente cuando su lengua baja a mis pezones.

-¿Te gusta así? - Pregunta ella antes de continuar bajando hasta llegar a mi entrepierna.

//...//

-¿Me dirás por qué te mensajeas tanto con tu secretaria? - Pregunto besando el pecho de mi esposa.

-No. Ten paciencia. - Gruñe y me toma de la cintura subiendome sobre ella. Apoyo mi cabeza en su pecho y ella acaricia mi trasero. - Como lo amo.

-Estás obsesionada, detente. - Quito sus manos y ella se queja.

-Eh, tú, sueltame - Río al sentir como apoya sus manos en mi trasero nuevamente. - Mío.

-Técnicamente es mío...

-Y tú eres mía. - Gruñe y comienza a cerrar los ojos. - Déjame en paz.

-Te amo... - Beso su mentón y ella sonríe.

Es tan preciosa mi esposa.

-¿Habrán escuchado algo?

-No lo creo. - Murmuro cerrando mis ojos.

-Eso espero. - Ella ríe y yo también.

//...//

-¿Paquete para la señorita Wanda Maximoff? - Preguntan en la entrada y Dasha me llama.

-¡Mama! Llegaron tus plantas medicinales. - Mi hija de 15 años ríe y el señor la observa horrorizado. - Ya sabe, mi madre es media... - Hace una seña de fumar y ríe - Necesita sus plantas y comienza a romper cosas.

Maldito sea el momento en que Thanos vino y dejó que Natasha criara sola a ésta niña.

-Hija, deja de asustar a la gente. - Ella se aleja riendo y me acerco al hombre que tiene la expresión turbada. - Oh, no. No es droga, no le crea... ¿Sabe que es?

-Trabajo repartiendo cosas en una florería, señora... No voy a juzgarla... - Murmura apenado y yo río. - Ésto es de parte de... Natasha Romanoff, para usted, probablemente nos veamos seguido, ha estado gestionando con nuestra empresa de flores y compró una parte de ella.

-¿Qué? - Pregunto rápidamente.

-Sí, y una de las cláusulas estipula... Traerle flores todos los días a su esposa Wanda Maximoff. - Lee la tarjeta y sonríe. - Sí le doy un consejo, comience a plantarlas, o no tendrá espacio para dejar tantas.

Asiento mientras me entrega un ramo enorme de rosas.

-Gracias... - Murmuro.

Una sonrisa se dibuja en mis labios. ¿Por qué es tan romántica?

Me gané todo en la vida con ésta mujer.

Tomo una tarjeta más grande que dice "Ni siquiera todas las flores del mundo podrían ser tan hermosas como tú. Te amo, brujita"

Oh, Dios.

Natasha Maximoff-Romanoff... Eres increíble.

Redhead [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora