Capítulo 13: Cumpleaños

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Las maestras de la guardería habían quedado boquiabiertas cuando el Ferrari rojo se estacionó en el parqueadero de la escuela. Con la cara llena de vergüenza, Orihime no reprocha que Ichigo le abriera la portezuela para ayudarla a bajar, ni que la acompañó a la entrada, donde quiso que la tierra se la tragara al notar los suspiros de algunas de las profesoras y madres al ver a semejante espécimen masculino como Ichigo.

Abre la puerta de la guardería, donde hay más padres esperando e Ichigo no presta atención a las madres pero si la pisca de envidia por parte de los hombres que parece que el matrimonio no les impide el tener alguna fantasía con respecto a Orihime.

—Hola Isane-san. — Saluda a la maestra de su hijo.

—Orihime-san, buenas tardes. — Deberían darle un premio por ser la única persona allí que no se ve afectada por la inesperada aparición de Ichigo. Después de todo ya sabe por la tele y por Shigure que ese hombre sale con la escort. — Llamare a Shigure-kun.

—Gracias. — Sonríe mientras se arregla un mechon rebelde.

Isane cruza la puerta de seguridad, custodiada por un guardia contratado por los apoderados del establecimiento. El hall al otro lado ya hay varios niños jugando, otros siendo entregados a sus padres por sus maestros correspondientes.

La maestra regresa en cinco minutos con Shigure y la mochila en forma de hamburguesa. El pequeño corre hacia su madre, quien se acuclilla y lo recibe en un abrazo y le hace ruidos en el cuello mientras se pone de nuevo en pie, sin soltarlo.

—¿El novio no aprobado de mamá?— Dice apenas nota la presencia de Ichigo.

—¿Voy a ser llamado así por cuánto tiempo?

—Mejor acostúmbrate. — Comenta Orihime divertida de su ceño fruncido.

—Si Ayame y yo no te aprobamos, ese es tu nombre... aunque de mi parte ya ganaste algunos puntos.

—Aquí. — Isane enseña la mochila e Ichigo la recibe por la escort. — Esta su tarea y una nota de la reunión la otra semana.

—Gracias Isane-san, nos vemos mañana.

Las sorpresas para Shigure siguen creciendo apenas descubre que saldrían a pasear en el deportivo. Orihime se asombra de ver salir del maletero el asiento para niños y se da una reprimenda mental por haber olvidado aquello, acostumbrada a que siempre este en el auto de Grimmjow.

—¿De dónde sacaste eso?

—Kaien y Miyako llegaron anoche a la casa de mis padres y pase a pedírselos prestados.

La escort escucha que gritan su nombre mientras su novio falso instala el asiento de bebés. Shigure, al lado suyo, le anda dando instrucciones de cómo ponerlo a pesar que se veía el empresario como todo un profesional. Orihime voltea y ve a una de las mamás acercarse corriendo.

—Honda-san, buenas tardes.

—Hola Inoue-san. — La mujer adulta de larga melena de color chocolate la saluda con un apretón de mano. — Tu novio está causando sensación.

—Eso he notado. — Divertida.

—Aunque honestamente me sorprendí, creí que el de cabello azul es tu marido.

—Oh no, él solo es su padre y me saca de apuros.

—Oh... ¡Lo siento! Yo aquí abriendo mi boca descaradamente y ni siquiera le cuento a lo que venía.

—Descuide, ya sabe que yo también soy despistada.

—Voy a preparar para vender unos alfajores bañados en chocolate. ¿Le gustaría algunos?

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