Capítulo 2: Estudiar.

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No puede dejar de verla.

Y eso es malo.

Y bueno.

Bueno porque ella cumple perfectamente su objetivo de no quedar humillado.

Malo porque quiere mandar la fiesta de caridad a la mierda y encerrarse con esa mujer mínimo una semana en su cama.

—Buenas noches. — Dice ella mientras elabora una elegante reverencia.

—Orihime-chan es la famosa Dama que le he estado comentando por celular. — Dijo la tal Christine, un alivio ya que no encontraba la manera de sacar el habla y no quiere quedar como un idiota. — Espero que cumpla sus expectativas satisfactoriamente.

La Dama en cuestión espera con paciencia su veredicto y sin despegar los ojos en él. Tratándolo de iguales, dejando en claro que no iba a ser una compañía sumisa.

—Por supuesto que las cumple, Madam Christine... la reputación que se ha ganado la procede.

Toda la respuesta que obtiene de aquella mujer con el color del atardecer en su cabello es un pestañeo de agradecimiento.

—Bien, bien... — Madam Christine cubre la figura de Orihime con un abrigo negro que tenía guardado Dios sabe dónde. — No lo mates tan pronto, Orihime. Que dure el dinero.

—Hai, hai.

Orihime se acerca a su cliente nuevo a paso seguro y tranquilo, se detiene una vez frente a frente y espera con una mano alzada. Ichigo sale de su ensoñación al entender lo que debe hacer, le agarra la mano y con sutileza le planta un beso en el dorso.

—Es un honor para mí conocerla.

—A sus servicios, Anata-sama.

Le gustaría mucho escuchar eso entre gemidos, jadeando por falta de aire a causa de sus besos y al borde del orgasmo.

La Escort toma el brazo de Ichigo y éste la guía a la salida, a la limusina que los aguarda en el estacionamiento.

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Este hombre significa problemas.

Se ha dado cuenta desde que vio sus ojos marrones.

Esos ojos le han dicho "objetivo localizado"

Como su ex... y no piensa repetir el mismo error dos veces.

—Me ha dicho Madam Christine que iremos a una fiesta, ¿No?

—Así es... una fiesta benéfica que ayuda a las mujeres maltratadas. Para que no empiecen de cero.

—Creo que lo he escuchado ayer en uno de mis clientes. — Nunca es bueno hablar de un cliente delante de otro pero cómo quiere que ese hombre no vuelva a aparecer en su camino, lanza migajas pequeñas para conseguirlo. — Lo organizaron Kuchiki Hisana y... eh...

—Mi madre, Kurosaki Masaki.

—¿Ella estará allí también?

—Exactamente.

—Oh... seré discreta entonces. — A las madres no les gusta ver a sus hijos con "malas mujeres" — Lo justo y necesario.

—No te sorprendas si igual te agobia con preguntas... aunque no es la primera vez que me ve con una mujer de una noche, le encanta saber todo de la que me acompañe. Es molesto.

Ella vuelve a responder con un pestañeo y mira la ventana.

Ichigo aprovecha eso para verla mejor sin llamar la atención. No hay duda que se merece tal categoría VIP y la atención de los clientes con mucho dinero. Despierta en los hombres no sólo lujuria, también el primitivo acto de posesión. Sólo hay que ver aquel porte sereno que mantiene todas sus emociones cerradas, llamando a los demás a un reto de conseguir averiguar sus secretos. De seguro muchos clientes no sólo se han pavoneado mientras la presumía a los demás, debieron también tener el oscuro pensamiento de poseerla, de atraparla y convertirla en su permanente tesoro.

Dama EscortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora